EMOCI?N EN LA CELEBRACI?N DE RANIERO

La emoci¨®n presidi¨® ayer los actos de celebraci¨®n del 50? aniversario del acceso de Raniero al trono de M¨®naco. La animaci¨®n comenz¨® hacia las 9.30 hora local con el repicar de las campanas de todas las iglesias del Principado. El presidente del Consejo Pontifical de la Cultura, el obispo Paul Poupard, presidi¨® la celebraci¨®n de una misa en la catedral de Nuestra Se?ora de la Concepci¨®n de M¨®naco, donde en primera fila estaban, adem¨¢s de Raniero, sus hijos, el pr¨ªncipe heredero Alberto, las princesas Carolina (con su marido, Ernesto Augusto de Hannover) y Estefan¨ªa, as¨ª como la hermana de Raniero, la princesa Antonieta. El momento m¨¢s importante se desarroll¨® bajo un sol espl¨¦ndido cuando varios millares de monegascos se concentraron ante el palacio en la plaza de armas para o¨ªr al monarca. Raniero agradeci¨® a sus ciudadanos el regalo que le han hecho: un coraz¨®n de oro macizo, rodeado de otros cinco corazones m¨¢s peque?os, que simbolizan a toda la familia. A continuaci¨®n el pr¨ªncipe evoc¨® los lazos s¨®lidos tejidos entre los Grimaldi y los monegascos. La princesa Carolina, embarazada, rompi¨® a llorar cuando su padre evoco "las excepcionales cualidades de coraz¨®n y de esp¨ªritu de la princesa Gracia". Finalmente Raniero hizo alusi¨®n al destino del pr¨ªncipe Alberto, que "tendr¨¢ que hacer frente con vosotros al desaf¨ªo del tercer milenio".- ,