De Montesquieu a Bodino, marcha atr¨¢s
Hace a?os se puso de moda dar por finiquitada la separaci¨®n de poderes que el Bar¨®n de la Breda y de Montesquieu hab¨ªa identificado como base de la democracia inglesa. Pronto se vio que el problema no era la mucha separaci¨®n de poderes, sino la poca, y as¨ª llevamos a?os judicializando la pol¨ªtica (y viceversa), tarea en la que persistimos. Estos d¨ªas nos dedicamos a devorar con fruici¨®n otro de los cl¨¢sicos de la pol¨ªtica.No s¨¦ si debemos aceptar al pie de la letra la totalidad de los Seis Libros de la Rep¨²blica del franc¨¦s Jean Bodino (1576), te¨®rico de la soberan¨ªa, pero sospecho que alguno de ellos se tiene bien en pie. Recordemos su tesis: la soberan¨ªa del Estado significa que es la m¨¢s alta autoridad hacia adentro, pero tambi¨¦n hacia fuera, de modo que ning¨²n Estado es superior a otro. Y aunque estemos ya claramente en un orden pol¨ªtico internacional post-hobbesiano o post-bodiniano (como se?al¨® en brillante art¨ªculo Schmitter) debido a la proliferaci¨®n de Estados y de organismos internacionales, no por ello debemos enterrar al pensador franc¨¦s. Aunque sea s¨®lo porque hablar de democracia es otro modo de hablar de soberan¨ªa del pueblo, raz¨®n por la que la doctrina de la "soberan¨ªa limitada" naci¨®, vaya paradoja, en el Pacto de Varsovia antes de la ca¨ªda del muro.
Y as¨ª, cuando los diputados olvidan acudir al Congreso a debatir con el gobierno el alcance de la presencia espa?ola en Kosovo no s¨®lo ponen (activa e inevitablemente) en entredicho la soberan¨ªa de Yugoslavia, sino tambi¨¦n (por pasiva), la nuestra. Y es de poco aprecio y de mucho lamentar que tema tan serio que no cabe m¨¢s (hacer la guerra) sea menospreciado por los representantes de la soberan¨ªa nacional. Y cuando el Presidente explica en Harvard -pero no en la Carrera de los Jer¨®nimos- lo que ha acordado en Washington en nombre nuestro, que incluye la capacidad de intervenir militarmente sin apoyo de la ONU en casi medio mundo, y reitera despu¨¦s -ahora s¨ª en el Congreso- que se considera capacitado para enviar a Kosovo fuerzas de infanter¨ªa sin su previo respaldo, tampoco hace gala de mucho aprecio por la soberan¨ªa, ni la de los dem¨¢s ni, lo que es peor, la nuestra. Y recordemos que el Congreso de EE UU le ha prohibido terminantemente a Clinton enviar fuerzas terrestres sin su autorizaci¨®n. Al parecer, ellos s¨ª respetan (al menos) su soberan¨ªa. Otro tanto puede decirse del Vicepresidente, quien asegura que el art. 94 de la Constituci¨®n, por el que entramos en la OTAN, le ha transferido a ese organismo la capacidad de entrar en guerra, olvidando (y vaya olvido en un Vicepresidente pol¨ªtico) que el art. 94 es el que no implica transferencia de soberan¨ªa, que ¨¦se es el 93 (por el que entramos en la UE), de modo que en absoluto puede la OTAN entrar en guerra en nombre del pueblo espa?ol.
?Y qu¨¦ decir, finalmente, del Honorable? Pues, m¨¢s all¨¢ de lo chocante que pueda parecer su deseo de ser Virrey de Catalu?a -aspiraci¨®n tan celt¨ªbera y tan poco catalana que asombra-, su petici¨®n de "soberan¨ªa compartida" olvida que eso es la Constituci¨®n, soberan¨ªa compartida, pero que una vez firmada la soberan¨ªa no se comparte con nadie; se comparte el poder, y eso es el Estado de las Autonom¨ªas. Pero el problema mayor de tomarse a la ligera la soberan¨ªa (del pueblo, reitero) es que si lo hago yo, ?por qu¨¦ raz¨®n no lo va a hacer otro? Si la OTAN puede intervenir sin mandato de la ONU, ?por qu¨¦ no puede hacerlo una alianza de pa¨ªses ¨¢rabes para hacer cumplir las resoluciones de Naciones Unidas sobre los palestinos? En un mundo con casi 200 Estados, cuando uno decide saltarse la soberan¨ªa de otro est¨¢ legitimando que los dem¨¢s hagan lo mismo, incluso contra quien tom¨® la iniciativa. Y pondr¨¦ un ¨²ltimo ejemplo de reciprocidad perversa: por Internet (cito a M¨®nica Gonz¨¢lez, Santiago de Chile, especial para Clar¨ªn) me llega la noticia de que el ex Presidente Felipe Gonz¨¢lez ha debido cancelar un viaje a Chile pues "un grupo de abogados de derecha preparaba una querella en su contra y su r¨¢pida detenci¨®n en Santiago... por casos de tortura cometidos en Espa?a durante su gobierno en el pol¨¦mico esc¨¢ndalo de los GAL".
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