Sorprendente

Sorprende, incluso a los m¨¢s incr¨¦dulos, como era mi caso, la enorme influencia que parece tener nuestro presidente del Gobierno en los principales dirigentes occidentales a la hora de conformar sus posiciones pol¨ªticas.El se?or Aznar es un hombre de ideas claras, sencillas y austeras, como su personalidad, y, sin embargo, consigue comunicarlas con una determinaci¨®n tal que seduce a los estadistas mundiales, que tras conversar con ¨¦l perciben que su rumbo era equivocado y sienten la necesidad de variarlo.

Recientemente, el presidente Clinton escuch¨® con sumo inter¨¦s, mientras cenaban ambos en la Casa Blanca, las resolutivas afirmaciones que realizaba nuestro presidente: "La OTAN no pod¨ªa perder en el envite", "esta guerra la vamos a ganar".

Y, como consecuencia de tal alocuci¨®n, propuso intensificar los ataques a¨¦reos, porque los bombardeos dirigidos desde la Secretar¨ªa General de la OTAN por el socialista Solana no estaban da?ando suficientemente la estructura militar de los serbios de Milosevic.

Pero de todas estas actuaciones no tendr¨ªamos constancia, puesto que la humildad del se?or Aznar es proverbial, si no fuera por la profesionalidad de algunos medios de comunicaci¨®n espa?oles, especialmente escritos, que relatan con exactitud y objetividad inigualables la cr¨®nica de las actuaciones exitosas de nuestro presidente por la pol¨ªtica internacional, a la cual parece querer aplicar la misma receta que la utilizada en nuestro pa¨ªs con el lema "Espa?a va bien". Pronto, gracias a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, todos los habitantes de este planeta, cogidos de la mano, exclamaremos: "El mundo va bien".- . .