La isla votar¨¢ sin urna

La jornada electoral del 13 de junio se desarrollar¨¢ en la isla de Tabarca como todas las anteriores: sin urna en la que poder depositar las papeletas. Si el tiempo lo permite, las 60 personas que residen en el peque?o archipi¨¦lago fuera de temporada tur¨ªstica alta (de las 113 que integran el censo) se ver¨¢n forzadas a subir al barco que comunica con Santa Pola, y desde all¨ª cubrir en autob¨²s el trayecto por carretera hasta Alicante para ejercer su derecho al voto. En su defecto, les queda la posibilidad de votar por correo, modalidad que la mayor¨ªa utilizar¨¢ pese a que genera ciertas reticencias. De nada ha servido el compromiso del equipo local de gobierno, del PP, que por activa y por pasiva ha prometido a los isle?os poner fin a ese periplo, que se resolver¨ªa con la creaci¨®n de una mesa electoral. Las promesas de los pol¨ªticos se las ha llevado el mismo viento que sopla en la isla. El alcalde ped¨¢neo de Tabarca, Tano Garc¨ªa, no quiere ni o¨ªr hablar de lo que un d¨ªa los pol¨ªticos ofertaron: una urna flamante. Jos¨¦ Antonio Rovira, concejal del Ayuntamiento de Alicante y encargado del PP de las relaciones con Tabarca en 1995, asegur¨® durante aquella campa?a, en una de esas visitas que tanto gustan a los ediles, caldero incluido, que la peque?a poblaci¨®n votar¨ªa en 1999 sin tener que desplazarse hasta la pen¨ªnsula o utilizar la modalidad del voto por correo, tan distante y fr¨ªa. Algunos vecinos, que no quieren identificarse, se quejan con voz solapada de las "mentiras" que cada cierto tiempo ti?en las cristalinas aguas de la isla. "Yo s¨®lo s¨¦ que en mi tarjeta del censo, el colegio que se indica para votar est¨¢ en Alicante", asegura el dependiente del ¨²nico hostal de la isla. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, el ped¨¢neo ya se ha ocupado de avisar de que la urna no llegar¨¢ tampoco en esta ocasi¨®n. "Si no quieren ir a Alicante, deben votar por correo, pero no s¨¦ lo que har¨¢n", asegura con conocimiento de que "lo del sobre" tiene poca aceptaci¨®n en la isla. Jubilados, pescadores y obreros de la construcci¨®n, han sido avisados de la necesidad de utilizar barco y autob¨²s si quieren ver una urna de cerca. En la ¨²nica isla habitada de la Comunidad Valenciana, las horas pasan lentas, y las promesas van y vienen pero nunca se quedan, como las golondrinas que conectan con la pen¨ªnsula.