Saramago reitera su compromiso vital e intelectual con "la paz y la dignidad"

El escritor portugu¨¦s Jos¨¦ Saramago volvi¨® ayer por tercera vez, a sus 77 a?os, a Valencia. Su regreso no fue, sin embargo, como part¨ªcipe de aquel ya m¨ªtico Congreso de Intelectuales Antifascistas que se celebr¨® en 1937, y que se repiti¨® medio siglo despu¨¦s. El autor del Evangelio seg¨²n Jesucristo, cuyo compromiso -no s¨®lo "con los humildes, sino con los humillados", como dir¨ªa en su laudatio el profesor Jos¨¦ Luis Santos Lucas- lo ha convertido en paradigma del escritor inconformista, volvi¨® de nuevo, esta vez s¨ª, para ser investido doctor honoris causa por la Universidad Polit¨¦cnica, y reafirmar por en¨¦sima vez su compromiso "por la paz y la dignidad". "No he escrito nunca una sola l¨ªnea al servicio de mi partido, estoy en ¨¦l como ciudadano libre. Pero como tengo unas cuantas convicciones, muy firmes, se notan en todo lo que escribo. No hay ninguna posibilidad de enga?o", respondi¨® el Nobel de Literatura, al ser preguntado sobre la guerra en Yugoslavia. Saramago reconoci¨®, no sin cierto pesar, que hasta finales de los sesenta los escritores tuvieron un peso fuerte en la sociedad. En consecuencia, el autor de Ensayo de la ceguera, rechaz¨® que en este momento un manifesto contra la guerra suscrito por un conjunto de intectuales premiados pueda influir en la consecuci¨®n de la paz. "El tiempo que vivimos", precis¨®, "que se puede llamar la cultura de la frivolidad, donde el pensar es algo que poco a poco nos van quitando", para conseguir "no ya el pensamiento ¨²nico, sino el pensamiento cero", requerir¨ªa de una mayor implicaci¨®n por parte del ciudadano, si de verdad se quiere terminar con el conflicto en los Balcanes, o en Chiapas, que para Saramago, "son lo mismo". En contrapartida, el escritor abog¨® en su discurso por la coherencia -la coherencia vital e intelectual entre el autor y su obra-, en una ceremonia que no escap¨® al clima preelectoral que qued¨® reflejado con la presencia, confirmada a ¨²ltima hora, del presidente Zaplana y de buena parte de la clase pol¨ªtica valenciana. PASA A LA P?GINA 9