Construyamos la cara social del euro
El autor reclama la adopci¨®n de un conjunto de medidas que permitan a la sociedad espa?ola converger con la Uni¨®n Europea tambi¨¦n en empleo.
La integraci¨®n en Europa es uno de los mayores logros de la democracia espa?ola restablecida en 1977. La voluntad de integraci¨®n ha sido compartida de manera casi un¨¢nime por la sociedad espa?ola e impulsada por un inter¨¦s en recuperar el tiempo perdido (sin duda, las cosas ser¨ªan hoy diferentes si Espa?a hubiera estado, en 1957, entre los firmantes del Tratado de Roma) y por la convicci¨®n de que nuestro futuro est¨¢ asociado al de Europa. Por todo ello, el ingreso de nuestro pa¨ªs en las Comunidades Europeas en 1986 marc¨® un hito y cambi¨® el panorama. Trece a?os despu¨¦s, el balance de ese hecho es incuestionablemente positivo: logro de una aspiraci¨®n hist¨®rica, modernizaci¨®n de las leyes, fuerte impulso de la econom¨ªa, integraci¨®n en el plano cultural y pol¨ªtico,etc.Sin embargo, no se ha visto acompa?ado suficientemente por una disminuci¨®n de la brecha en el plano social. En 1986 est¨¢bamos muy lejos de los par¨¢metros comunitarios en niveles de renta, empleo y bienestar y en 1999 seguimos casi a la misma distancia. Y en la crucial materia del empleo (como muestra el cuadro adjunto), todos los indicadores son desfavorables para Espa?a, tanto en su cuant¨ªa como en su calidad: tenemos menos personas ocupadas y m¨¢s personas en paro, tanto globalmente como en cada uno de los sectores claves considerados habitualmente en las pol¨ªticas comunitarias: juvenil, femenino y de larga duraci¨®n. Adem¨¢s, nuestro mercado de trabajo es el m¨¢s dualizado de Europa por el abuso en la contrataci¨®n temporal.
Las diferencias son igualmente abrumadoras en otros campos: estamos 5,7 puntos por debajo de la media de la UE en gasto de protecci¨®n social, tenemos salarios considerablemente m¨¢s bajos y un porcentaje mayor de pobres. Y la distancia de la renta per c¨¢pita espa?ola de la media de la UE es similar a la que hab¨ªa en 1986: nada menos que ?22 puntos!
Hasta ahora, esas evidencias quedaron tapadas por dos factores. Por una parte, porque el orden de prioridades ha sido otro. La reestructuraci¨®n de la econom¨ªa y el ingreso en uno de los clubes m¨¢s ricos y selectos del planeta, ha primado sobre cualquier otra cosa. Pero ha influido en esto, adem¨¢s, la propia concepci¨®n pol¨ªtica imperante: los poderes p¨²blicos han actuado bajo la premisa de que los avances sociales ser¨ªan una consecuencia necesaria de la pertenencia a la UE, pensando que las pol¨ªticas comunitarias, los fondos estructurales y la propia din¨¢mica del mercado lograr¨ªan reducir las diferencias. Por contra, en UGT pensamos que cumplido el gran objetivo de la integraci¨®n a la UE y, sobre todo, a partir de la adopci¨®n del euro, debe haber un cambio en las prioridades y abordarse sin demora uno de los grandes desaf¨ªos de la sociedad espa?ola: la convergencia real en el plano social, con el car¨¢cter de un verdadero proyecto colectivo en el que participen todos los sectores. Para lograrlo, UGT propone cuatro objetivos imprescindibles.
El primero es alcanzar los niveles de empleo de la UE a trav¨¦s de una pol¨ªtica centrada prioritariamente en la creaci¨®n de puestos de trabajo en lugar de los ejes sobre los que gira la pol¨ªtica econ¨®mica actual: reducci¨®n del gasto p¨²blico (por debajo de las exigencias comunitarias y a costa de las infraestructuras), obsesiva reducci¨®n de impuestos a los sectores con mejor nivel de renta, liquidaci¨®n del sector p¨²blico, privatizaci¨®n de servicios p¨²blicos b¨¢sicos como la sanidad,etc. Una pol¨ªtica de empleo distinta exige impulsar las inversiones p¨²blicas, establecer pol¨ªticas industriales, implantar la semana laboral de 35 horas semanales, desarrollar las nuevas fuentes de creaci¨®n de empleo (servicios comunitarios y atenci¨®n al ciudadano), poner en marcha una verdadera estrategia medioambiental y aumentar el gasto p¨²blico en pol¨ªticas activas de empleo. Dos medidas son relevantes en esta direcci¨®n: mejorar cuantitativa y cualitativamente la formaci¨®n profesional hasta alcanzar los niveles europeos y aumentar la inversi¨®n en investigaci¨®n y desarrollo, que est¨¢ a niveles rid¨ªculos.
Un segundo objetivo es mejorar la calidad del empleo reduciendo la enorme temporalidad actual para lo que es impostergable poner en vigor medidas legislativas y contractuales (convenios colectivos) que reduzcan la rotaci¨®n interminable sobre los mismos empleos y acaben con los abusos de las empresas de trabajo temporal. Es fundamental el cumplimiento pleno de los acuerdos firmados por los dos sindicatos mayoritarios con la patronal en abril de 1997 sobre estabilidad del empleo y sobre negociaci¨®n colectiva. Adem¨¢s, debe actuarse para mejorar la seguridad en el trabajo (aspecto en el que somos poco europeos), garantizar la igualdad de oportunidades (sin medidas efectivas para fomentar el empleo y las condiciones laborales de la mujer -entre ellas, una buena ley sobre descanso parental- solicitar su apoyo electoral resulta un tanto c¨ªnico), promover el empleo de los colectivos con mayores dificultades de inserci¨®n en el mercado de trabajo, luchar m¨¢s contra la econom¨ªa sumergida,etc.
En tercer lugar, UGT considera que una pol¨ªtica social de acompa?amiento del euro debe dirigirse a aumentar la protecci¨®n social y los servicios p¨²blicos. Ello requiere elevar la cuant¨ªa de las pensiones, separar las fuentes de financiaci¨®n de la Seguridad Social, garantizar una renta m¨ªnima para situaciones de necesidad, aumentar la protecci¨®n por paro que hoy s¨®lo llega a menos de la mitad de los parados, defender la gesti¨®n p¨²blica de la sanidad. Y especialmente, mejorar la calidad de la educaci¨®n p¨²blica porque en esta materia se puede hablar con contundencia: no hay ninguna potencia econ¨®mica conocida que no est¨¦ basada en un buen sistema educativo. Aqu¨ª, el objetivo debe ser superar la media europea en gasto p¨²blico de ense?anza porque tenemos una desventaja hist¨®rica.
Por ¨²ltimo, creemos que un objetivo central debe ser aproximar las rentas espa?olas a la media europea. Ello exigir¨ªa elevar los salarios en la negociaci¨®n colectiva hasta aproximarlos a los niveles medios europeos, reformar el sistema fiscal (que actualmente conduce hacia el aumento de las desigualdades) para hacerlo m¨¢s progresivo, luchar en favor de la armonizaci¨®n fiscal europea, elevar el salario m¨ªnimo. Coherentemente, una tendencia hacia la equiparaci¨®n de las rentas con el conjunto de Europa debe comenzar por hacer lo mismo en nuestro pa¨ªs. En este sentido, consideramos fundamental e irrenunciable: un ¨²nico sistema de Seguridad Social, un sistema fiscal estatal unificado y progresivo, un modelo de financiaci¨®n auton¨®mica basado en la solidaridad y un refuerzo de la cooperaci¨®n entre las comunidades aut¨®nomas.
Estos objetivos forman parte de una campa?a en favor de la Europa Social en el contexto de la moneda ¨²nica en que est¨¢ empe?ado nuestro sindicato porque creemos que su logro nos permitir¨¢ decir al cabo de algunos a?os, con cierto grado de certeza, que el hist¨®rico acontecimiento de la adopci¨®n del euro como moneda com¨²n ha sido un ¨¦xito para la sociedad espa?ola. Es algo que deseamos fervientemente.
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