La sustancia similar a la insulina se hall¨® en un hongo africano tras 40.000 ensayos
El laboratorio de la empresa MSD en Madrid busca principios activos en la naturaleza
En los pasillos del laboratorio CIBE, en Madrid, hay filas de congeladores, que son su mayor activo y cuya conservaci¨®n es una de las mayores preocupaciones de los responsables de este centro de investigaci¨®n de la multinacional farmac¨¦utica Merck Sharp & Dohme (MSD) en Espa?a. Lo que contienen los congeladores es lo que los cient¨ªficos llaman una biblioteca: muestras preparadas y clasificadas de miles de sustancias naturales (de hongos y bacterias) que han terminado aqu¨ª un viaje, a veces largo y a veces corto, desde sus lugares de origen. En alguna de estas neveras est¨¢ el hongo , encontrado en 1996 en una hoja procedente del entonces Zaire, que a su vez produce una sustancia que ha demostrado por primera vez la posibilidad de encontrar un sustituto para la insulina en el tratamiento de la diabetes. Su hallazgo, publicado la pasada semana en la revista Science, fue precedido de 40.000 ensayos infructuosos.Las sustancias que pasan a la biblioteca proceden de las muestras naturales enviadas por recolectores contratados por la empresa, para luego someterlas a diversas pruebas con la esperanza de encontrar medicinas. Se intenta recrear el caso de la penicilina mediante una b¨²squeda sistem¨¢tica que elimine parte del azar del proceso y ampl¨ªe las perspectivas al sacar ventaja del acceso actual a la rica y desconocida biodiversidad mundial.
Cultivo
Fernando Pel¨¢ez, actual director del CIBE, que ha dirigido la parte del trabajo que se ha hecho en Espa?a sobre el hongo del antiguo Zaire dice que "se porta bien"; se deja cultivar y produce sin problemas el compuesto -una peque?a mol¨¦cula del tipo quinona-, lo que ha permitido realizar los ensayos en ratones que marcan el inicio de un largo camino hacia un an¨¢logo de la insulina que se pueda tomar por boca. Sin embargo, se ha resistido a desvelar sus secretos a la biolog¨ªa molecular, por lo que los cient¨ªficos no han podido m¨¢s que clasificarlo someramente en el g¨¦nero Pseudomassaria. Tampoco sabe Pel¨¢ez por qu¨¦ el hongo segrega esta sustancia, pero es algo que no le preocupa m¨¢s que como cient¨ªfico curioso.El objetivo de estos nuevos exploradores de la naturaleza no es la clasificaci¨®n sistem¨¢tica de sus hallazgos sino el descubrimiento de sustancias activas frente a las enfermedades y tanto les da que provengan de un lugar del mundo como de otro. Una vez capturado, si el hongo o bacteria se cultiva sin problemas, nunca ser¨¢ necesario volver al lugar donde se recogi¨® la primera muestra identificada. El CIBE, que se cre¨® en 1954 en colaboraci¨®n con la multinacional MSD hasta ser absorbido por ¨¦sta en 1979, cuenta entre sus ¨¦xitos recientes con la identificaci¨®n de una sustancia antif¨²ngica en un hongo recogido en 1985 en el r¨ªo Lozoya, en las cercan¨ªas de Madrid, que actualmente se encuentra muy pr¨®xima a la comercializaci¨®n. En el laboratorio trabajan unos 50 cient¨ªficos, en su mayor parte especializados en bioqu¨ªmica, en un ambiente que incluye una jornada que se inicia a las siete y media de la ma?ana. En el caso de la quinona que mimetiza la insulina, participaron en el estudio, adem¨¢s de Pel¨¢ez, tres investigadoras: Inmaculada Royo, Dolores Vilella y Mar¨ªa Teresa D¨ªez.
El screening (caracterizaci¨®n y ensayos sistem¨¢ticos) de sustancias naturales es una l¨ªnea de investigaci¨®n floreciente en la industria farmac¨¦utica, espoleada por la necesidad de encontrar nuevos medicamentos, la automatizaci¨®n de los laboratorios y el fracaso relativo de otras estrategias, como el dise?o de mol¨¦culas por ordenador. Tambi¨¦n en este campo hay evoluci¨®n. "Cuando trabajamos en 1996 con este hongo, tom¨¢bamos lo que recib¨ªamos, lo pas¨¢bamos por unos cuantos ensayos y lo tir¨¢bamos. Ahora, las muestras se cultivan en medios adecuados y se conservan como parte de una biblioteca, de forma que si pensamos en nuevas pruebas podamos ensayarlas en todas las muestras", explica Pel¨¢ez. Y es que no es cuesti¨®n de tirar a la basura una nueva penicilina o algo que pudiera curar la malaria.
L¨ªnea de investigaci¨®n
La l¨ªnea de investigaci¨®n que llev¨® al descubrimiento de la quinona parti¨® de una cient¨ªfica estadounidense, que hab¨ªa dise?ado un novedoso ensayo bioqu¨ªmico para detectar precisamente sustancias mim¨¦ticas de la insulina. A MSD le interes¨® el tema, e incluy¨® el ensayo entre la bater¨ªa de ellos a realizar en el centro de Madrid. Por el ensayo, que todav¨ªa sigue en marcha, han pasado ya 130.000 muestras. Cuando se detect¨® la quinona citada, a finales de 1996, ya se hab¨ªan analizado 40.000. Un proceso largo y met¨®dico que puede ser rentable porque en el laboratorio los robots se encargan de pipetear (introducir en pipetas) las muestras y las mesas de agitaci¨®n se mueven sin parar para acelerar los cultivos."La sustancia que hemos descubierto es s¨®lo un primer paso. Demuestra que puede haber compuestos con propiedades similares a la insulina, pero est¨¢ claro que lo que llegue a la farmacia, si llega, no ser¨¢ esta sustancia sino un derivado o un an¨¢logo, con mejores propiedades", recuerda Pel¨¢ez.
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