Gallito, en el recuerdo
La terna hizo el pase¨ªllo a los sones del pasodoble Gallito, y la plaza, puesta en pie, guard¨® un respetuoso minuto de silencio en memoria de Joselito El Gallo, de cuya muerte en Talavera de la Reina se cumpl¨ªan ayer 79 a?os. Fue el recuerdo para un h¨¦roe, un coloso del toreo, dominador en todos los tercios, que marc¨® junto a Belmonte una ¨¦poca gloriosa.Comenz¨® la novillada y los a?os se volvieron siglos. Parece incre¨ªble que esta fiesta haya cambiado tanto en tan poco tiempo: tres novilleros j¨®venes, en una plaza como La Maestranza con ganader¨ªa de lujo, y no dieron una sola vuelta al ruedo. Los tres se fueron a los alrededores de la puerta de chiqueros a recibir a uno de sus toros en una versi¨®n moderna de a porta gayola, puesto que se colocaron de rodillas casi en el centro del ruedo.
Novillos de Torrealta, bien presentados y mansos; encastado el 1?; peligroso el 3?
Mario Coelho: estocada (silencio); estocada que asoma -aviso- y dos descabellos (ovaci¨®n). V¨ªctor de la Serna: estocada ca¨ªda (silencio); tres pinchazos y media perpendicular (ovaci¨®n). Fern¨¢ndez Pineda: estocada ca¨ªda (ovaci¨®n); pinchazo y estocada (ovaci¨®n). Plaza de la Real Maestranza. 16 de mayo. M¨¢s de media entrada.
Los tres, en mayor o menor medida, demostraron ¨¢nimo y disposici¨®n, pero ninguno supo convertir sus buenos deseos en gozosa realidad. Con toda seguridad, sus mentores culpar¨¢n a los toros, que plantearon muchas dificultades, pero nadie ha dicho que ¨¦sta sea una profesi¨®n para bailarines sin coraz¨®n.
El portugu¨¦s Mario Coelho se llev¨® el mejor toro de la tarde y no consigui¨® nada. Maneja el capote con pinturer¨ªa, pone banderillas con conocimiento y espectacularidad, pero con la muleta en la mano pierde todos los enteros. Coelho se vio desbordado por la codicia del primero, y se le vino el mundo abajo cuando el toro embest¨ªa incansablemente y era incapaz de parar, templar y mandar aquella fuerza desconocida. En el cuarto consigui¨® una aceptable tanda de naturales, pero sufri¨® desarmes y enganchones, alarg¨® la faena y todo qued¨® en nada.
La mansedumbre de su lote le vino ancha a V¨ªctor de la Serna, que apareci¨® con mucha tristeza en la cara. Aguant¨® con valent¨ªa la vertiginosa salida de su primero, pero toro y torero se hundieron en el tercio final. Lo intent¨® en el quinto y se gan¨® una voltereta de la que result¨® ileso. El m¨¢s animoso fue Fern¨¢ndez Pineda. Con los novillos m¨¢s dif¨ªciles, super¨® la prueba.
Babelia
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