Jos¨¦ Luis Bote: "Despu¨¦s de esta tarde, el pasado ya no existe"
La tarde se llen¨® de fantasmas. Negros espectros no s¨®lo de lluv¨ªa. Hace exactamente siete a?os, el 17 de mayo de 1992, un toro hizo por Jos¨¦ Luis Bote y dej¨® en la espalda del diestro mucho m¨¢s que una cornada. La castigada carrera del torero madrile?o quedaba algo m¨¢s que rota. En aquel momento, definitivamente rota. "Ha sido muy dif¨ªcil remontar la tarde. A cada instante, no hac¨ªa sino recordar la cogida. Todo me la tra¨ªa a la mente. Pero no s¨®lo ella, de su mano me pasaban por la cabeza todos estos a?os de mala suerte. Al final, las cosas se han superado y despu¨¦s de este triunfo, el pasado ya no existe ", dice el torero en un alarde de dramatismo que contrasta con una evidencia menos profunda: llov¨ªa a raudales y, pese a ello, se celebr¨® la corrida."Bueno, no me duele considerarme culpable. En parte, yo he sido el responsable de que se celebre la corrida. Era mi oportunidad y no pod¨ªa dejarla pasar", afirma y contin¨²a: "Si digo la verdad, he visto unos claros y, al final, pues ten¨ªa raz¨®n". De hecho, llovi¨®, diluvi¨® y casi graniz¨® durante un toro: el que serv¨ªa para que Javier Conde confirmara la alternativa. Tampoco a ¨¦l, el principal agraviado con el agua, le duelen prendas a la hora de apuntarse la celebraci¨®n del festejo: "Las ganas eran muchas. No quer¨ªa posponer la confirmaci¨®n".
Poco fuelle
Puestos a analizar el encierro, los dos espadas coinciden en se?alar el poco fuelle de las reses. La ¨®ptica, sin embargo, se antoja bien diversa. "A mi primer toro", inicia Bote, "lo he visto violent¨ªsimo. Nobl¨®n pero violento. Adem¨¢s, las r¨¢fagas de viento han impedido que terminara de encontarme a gusto". Conde comienza lament¨¢ndose por el toro que no pudo torear: "Creo que se han precipitado ech¨¢ndolo para atr¨¢s. Ten¨ªa buen son y podr¨ªa haber hecho algo. No s¨¦, quiz¨¢ deber¨ªan haber tenido un poco de respeto con los que se est¨¢n jugando la vida. Luego... un toro de m¨¢s de 600 kilos que apenas ten¨ªa una arrancada".
En lo que respecta a los segundos, las opiniones, ya s¨ª, se exhiben completamente opuestas. "Desde el principio, sab¨ªa que me iba a servir. Eso s¨ª, no pod¨ªa bajarle la mano. Estaba muy justo. Ha tenido unas 20 arrancadas y nada m¨¢s. Tal vez si no le hubiese sacado a los medios hubiese aguantado un poquito m¨¢s". A Conde el toro que cerr¨® la plaza no le da para tanto: "No serv¨ªa ni para que te cogiera. S¨®lo he podido doblarme con el toro y matarlo. ?Qu¨¦ iba a hacer? Tirarme otras dos horas para nada
[se refiere a lo ocurrido con el quinto de la tarde que lidi¨® Finito de C¨®rdoba]. Adem¨¢s, ten¨ªa un enfriamiento que no pod¨ªa soportar".
Al final, acabada la tarde, se fueron los malos presagios, las negras nubes, los pasados amargos y quedaron, Bote, su oreja y "un fr¨ªo que no s¨¦ como ha aguantado la gente", concluye Conde.
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