Los Quince reclaman una r¨¢pida resoluci¨®n de la ONU que consagre la salida diplom¨¢tica

Los ministros de Exteriores de la Uni¨®n Europea (UE) reclamaron ayer una "r¨¢pida" resoluci¨®n del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que concrete los principios adoptados por el G-8 y abra paso a una soluci¨®n diplom¨¢tica de la guerra de Kosovo. Hoy y ma?ana ser¨¢n jornadas clave en el esfuerzo de los aliados y de Rusia para acordar los detalles de una plataforma com¨²n. Los ministros europeos oficializaron ayer su apoyo a la figura del presidente finland¨¦s, Martii Ahtisaari, como interlocutor internacional, en compa?¨ªa del ruso V¨ªktor Chernomirdin.

La reclamaci¨®n europea para que el Consejo de Seguridad acelere su resoluci¨®n es una presi¨®n sobre Mosc¨², pues se formul¨® en la misma jornada en que los ministros aprobaron una "estrategia com¨²n" para estrechar los lazos de todo tipo con Rusia. El ministro ruso, ?gor Ivanov, respondi¨® reiterando su conocida tesis de que "lo primero es que cesen los bombardeos", pero suaviz¨® su lenguaje. Asegur¨® que no plantear¨ªa "dificultades artificiales" al nuevo texto del G-8 (los siete pa¨ªses m¨¢s industrializados del mundo y Rusia), y que a Mosc¨² y los aliados les separan s¨®lo "algunas" diferencias.La urgencia de los Quince pretende tambi¨¦n subrayar ante sus opiniones p¨²blicas que no guerrean por placer, sino s¨®lo porque Belgrado frustra una soluci¨®n pac¨ªfica. Y su creciente insistencia en la diplomacia se debe quiz¨¢ tambi¨¦n a que los ataques a¨¦reos producen resultados m¨¢s lentos de los que habr¨ªan deseado. Adem¨¢s de esta presi¨®n, los Quince aportaron ayer su grano de arena al esfuerzo negociador que desde hoy alcanzar¨¢ un ritmo trepidante: hoy se reunir¨¢ en Helsinki el presidente finland¨¦s con Chernomirdin y con el subsecretario de Estado norteamericano, Strobe Talbott. Se espera que se aproximen lo bastante como para que ma?ana los directores pol¨ªticos del G-8 aborden la redacci¨®n t¨¦cnica de los detalles del acuerdo alcanzado en Bonn. Ese texto debe ser el bosquejo de la resoluci¨®n que apruebe el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Pues bien, los ministros confirmaron ayer el papel de Ahtisaari "en representaci¨®n de la Uni¨®n" en estos di¨¢logos, que seguramente le llevar¨¢n, junto a Chernomirdin, a presentar el texto del G-8 a Milosevic, una suerte de ultim¨¢tum. El canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, subray¨® desde Helsinki, donde se entrevist¨® con el presidente, que ¨¦ste "cuenta con el total respaldo de la UE", y augur¨® que su mediaci¨®n "puede ser el inicio de un proceso muy importante". Horas despu¨¦s, en la ciudad italiana de Bari, Schr?der a?adi¨® que "su margen de maniobra

[el de Ahtisaari] no tendr¨¢ m¨¢s l¨ªmites que los principios enunciados po el G-8".

[En Bari, el canciller alem¨¢n conoci¨® anoche la nueva propuesta de paz para Kosovo de cu?o italiano. El plan de D'Alema incluye una tregua unilateral de la OTAN tras una resoluci¨®n del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas basada en los acuerdos del G-8, y el despliegue de una fuerza internacional de la ONU en Kosovo. El plan italiano no exige una retirada serbia de Kosovo como condici¨®n previa para detener los bombardeos.]

Hasta ahora el papel del presidente de Finlandia -pa¨ªs que ostentar¨¢ el pr¨®ximo semestre la presidencia de la UE, neutralista, pero considerado proatlantista- hab¨ªa surgido casi por generaci¨®n espont¨¢nea, mediante un acuerdo discreto entre Washington, Mosc¨² y Bruselas. Ahora ya puede actuar abiertamente. Dispone de la confianza de las tres capitales, ventaja de la que no goza el delegado de Kofi Annan, el sueco Carl Bildt, cr¨ªtico con los bombardeos. Ahtisaari ya anunci¨® ayer que no acudir¨¢ a Belgrado "hasta que se den las condiciones necesarias". Es decir, un acuerdo ruso-occidental y quiz¨¢ un indicio de la disposici¨®n de Milosevic a obedecer.

Negociar y no negociar

El finland¨¦s permite a la OTAN -a trav¨¦s de la UE- al mismo tiempo negociar y no negociar con el dictador de Belgrado. Su ca¨ªda no figura en las cinco condiciones. Pero dirigentes como el brit¨¢nico Tony Blair han advertido de que no discutir¨¢n con Milosevic. Se disponen a hacerlo, pero mediante este intermediario. Lo reconoci¨® ayer el espa?ol Abel Matutes: "Est¨¢ claro que se le est¨¢ aceptando como interlocutor. Si queremos una salida diplom¨¢tica, habr¨¢ que hablar con la otra parte, no podemos negarnos a hablar con quien debe cumplir las cinco condiciones".

Pero el tablero diplom¨¢tico contempla otros movimientos de fichas. As¨ª, Milo Djukanovic, el presidente de Montenegro -rep¨²blica federada a Serbia-, empieza a configurarse como alternativa al dictador. "No ambiciono" el cargo, asegura. Pero su pol¨ªtica es "de orientaci¨®n europea y democr¨¢tica" y "ser¨ªa bueno tener iguales perspectivas en Yugoslavia", sugiri¨® el ministro alem¨¢n de Exteriores, Joschka Fischer. Y otras apuestas de largo plazo: los Quince aprobaron ayer, sin detallarlo, el Pacto de Estabilidad para los Balcanes, que propugna su aproximaci¨®n a la UE.