La impresi¨®n de que la guerra no va bien se impone en Washington
Para una sociedad que divide el mundo en ganadores y perdedores, la guerra de Kosovo no va bien. La victoria, el desfile bajo los confetis por las avenidas de Nueva York, no est¨¢ en el horizonte inmediato. A medida que pasan las semanas, la mejor hip¨®tesis desde Washington parece ser alcanzar un acuerdo diplom¨¢tico con el Gobierno de Belgrado que incorpore en la mayor medida posible los cinco puntos exigidos por la OTAN.El general invierno, capaz de segar m¨¢s vidas que la limpieza ¨¦tnica, est¨¢ a menos de cinco meses de distancia, y cerca de un mill¨®n de refugiados esperan, pr¨¢cticamente a la intemperie, el regreso a sus hogares. El tiempo, cronol¨®gico y atmosf¨¦rico, puede ser el mejor aliado de Slobodan Milosevic. El problema es c¨®mo vender a la opini¨®n p¨²blica norteamericana su presencia en lo que puede ser una nueva versi¨®n de los acuerdos de Rambouillet.
Es en el frente diplom¨¢tico, en el que se suceden las iniciativas europeas, donde se juega ahora la partida. El Pent¨¢gono, cur¨¢ndose en salud, ha vuelto a hacer saber que sin una invasi¨®n por tierra es dif¨ªcil que se cumplan todos los objetivos pol¨ªticos que se ha fijado la OTAN. As¨ª se lo comunic¨® hace una semana por carta al presidente Bill Clinton, seg¨²n publica en su ¨²ltima edici¨®n el semanario Newsweek. 50.000 soldados
El regreso de los refugiados kosovares a sus hogares exigir¨¢, en caso de acuerdo de Belgrado, un despliegue militar aliado que rondar¨¢ los 50.000 hombres, por lo que los preparativos para el traslado de esa fuerza deben comenzar pronto. En medios norteamericanos, la declaraci¨®n del ministro de Asuntos Exteriores brit¨¢nico, Robin Cook, en favor de una intervenci¨®n terrestre de la OTAN en Kosovo se interpreta como una forma de presionar a Milosevic para que acepte las condiciones de la Alianza. Cook, que se ha convertido en el portavoz del sector m¨¢s duro de la OTAN, viajar¨¢ esta semana a Washington para apoyar a la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albrigth.
Pero en Estados Unidos la guerra parece cada vez m¨¢s un conflicto distinto y distante del que hay pocos beneficios pol¨ªticos que extraer en plena precampa?a electoral. La aparente impunidad con que los aviones aliados intentan deshacer la resistencia militar yugoslava no oculta que las operaciones militares se han hecho cada vez m¨¢s complejas en el plano pol¨ªtico, y las relaciones con Rusia y China, as¨ª como con los propios aliados europeos, est¨¢n cada d¨ªa m¨¢s trabadas en el ovillo de los Balcanes.
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