Contra el "cretinismo internacional"
R¨¦gis Debray desvar¨ªa, y es una l¨¢stima. El que una vez fuera defensor de causas justas ha elegido el bando de los que critican los bombardeos de la OTAN no por su ineficacia, sino para subrayar los sufrimientos de la poblaci¨®n civil serbia. Se siente, pues, obligado a defender a los agresores, que se convierten en agredidos, negando los cr¨ªmenes contra los kosovares. Las fuerzas serbias contin¨²an en Kosovo su operaci¨®n de limpieza ¨¦tnica. Y tiene el descaro de decir a Chirac: "Me temo, se?or presidente, que estas palabras sean una enga?ifa".Cuando se les interroga sobre este escandaloso punto de vista (publicado en EL PA?S el viernes 14 de mayo), los refugiados se r¨ªen sarc¨¢sticamente y los miembros de las ONG se indignan. Todo el mundo se pregunta qu¨¦ le ha pasado a Debray. Milosevic es un perverso, nos recordaba apropiadamente en Le Monde del 2 de abril Veronique Nahoum Grappe. "Necesitar¨¢ mucho arte para disfrazar lo que hace en Kosovo. Le ser¨¢ menos f¨¢cil que en el sitio de Sarajevo". Pues bien, en su campa?a revisionista, ha sabido por lo menos llevar a su terreno a esp¨ªritus ingenuos. Nuestro desdichado autor ha querido hacerse notar y ha pensado que lo lograr¨ªa repitiendo esas frases cocinadas en las oficinas serbias de propaganda que todos nos sabemos de memoria.
Si ¨¦l no se ha dado cuenta es porque no ha seguido la historia reciente del r¨¦gimen serbio. El tema no le apasiona, no le indigna. Su indignaci¨®n se despert¨® con los bombardeos de la OTAN, aunque deber¨ªa haberlo hecho mucho antes. La indignaci¨®n es una de las llaves de la inteligencia. Abre los ojos, no los cierra. A Dios gracias, todav¨ªa hay que indignarse por los cr¨ªmenes, y mucha gente es capaz de ello, aunque quiz¨¢s no R¨¦gis Debray. H¨¦le aqu¨ª entregado a hip¨®tesis manidas y buscando a toda costa sacar "hechos en bruto" en un pa¨ªs cuya historia y geograf¨ªa ignora: se l¨ªa, chapotea en medio de lugares comunes.
Pretende haber hecho verificaciones. No ha podido: es un trabajo lento, colectivo y fastidioso. No sabe que centenares de m¨¦dicos, enfermeras, ONG, soldados, periodistas fiables (no "uno s¨®lo", como ¨¦l dice), investigadores de la Liga de Derechos Humanos han recopilado y contrastado hechos y testimonios con los que han alimentado los informes del Tribunal Penal Internacional, a fin de buscar la verdad sobre las matanzas y los m¨¦todos de expulsi¨®n violenta y organizada. Ignora que, en la masa de familias de refugiados, falta una media del 15% de los hombres. No se sabe d¨®nde est¨¢n. Ha provocado la risa de unos campesinos que lo han perdido todo con sus descripciones id¨ªlicas de los pueblos ocupados por los serbios, saqueados y despojados de al menos la mitad de su poblaci¨®n.
Se acab¨®. Ha perdido la partida y se encuentra en la grotesca situaci¨®n de un mal reportero que se ha dejado manipular por el sistema de mentiras serbio con el a?adido del intento abortado de hacernos creer que es ingenuo y honesto y que busca penosamente la verdad yendo al lugar de los hechos. Me parece que se trata de hipocres¨ªa pura. R¨¦gis Debray no es tan ignorante ni tan ingenuo.
En otro tiempo form¨® parte de la historia de los compromisos de la izquierda, aunque progresivamente haya experimentado una turbadora seducci¨®n por el nacionalismo. Pero ya en la ¨¦poca del martirio de Bosnia, siguiendo a Mitterrand, criticaba a los intelectuales franceses que tomaron partido contra el r¨¦gimen serbio, principal responsable de las violaciones, matanzas y destrucci¨®n de la purificaci¨®n ¨¦tnica.
Desde entonces, la voluntad del Gobierno franc¨¦s es m¨¢s clara y rechaza todo compromiso con la purificaci¨®n ¨¦tnica. Pero R¨¦gis Debray ha elegido su bando: el de Milosevic, decretado "dem¨®crata" desde que ya no es comunista. La prueba: ha sido elegido dos veces. ?Vaya manera de abordar el problema de la dictadura! Un estudiante de primero de Ciencias Pol¨ªticas ser¨ªa m¨¢s prudente.
S¨ª, hay una oposici¨®n a Milosevic: est¨¢ compuesta s¨®lo de nacionalistas fren¨¦ticos. En el Gobierno est¨¢n Seselj y su partido "radical", aunque durante mucho tiempo fue su principal adversario. Seselj es un aut¨¦ntico criminal fascista, amigo de Le Pen y jefe de unos grupos del tipo SS. Tambi¨¦n se encontraba en la oposici¨®n Vuk Draskovic, un nacionalista hist¨¦rico y literario capaz de decir una cosa y su contraria, pero en cualquier caso corifeo de Kosovo, eterno Jerusal¨¦n de los serbios, uno de esos chalados que convierten en locura el imaginario de los pueblos que sufren. Es una dictadura fascista de varios partidos con la facultad de derribar al Gobierno. Hab¨ªa que inventarla: ya est¨¢ inventada. Los dem¨®cratas se ha esfumado. Esperan, quiz¨¢, que se deje de considerar a Milosevic como un pol¨ªtico honorable. Al no haber elegido la democracia frente al fascismo, Debray se une al clan de los intelectuales narcisistas, a los que critic¨® ferozmente como medi¨®logo. Para provocar que se hable de ¨¦l, engrosa el grupo de los "cretinos internacionales" tan bien definido por Salman Rushdie, utilizando conscientemente algunos m¨¦todos que es preciso explicar a los ciudadanos para reducir el efecto nefasto y perturbador de su intervenci¨®n.
El m¨¦todo de la carta al presidente de la Rep¨²blica, que le hace adoptar el papel de s¨²bdito devoto que se permite decir al rey que le est¨¢n escondiendo la verdad: la violencia serbia en Kosovo ser¨ªa una mentira medi¨¢tica; se acusa injustamente al Gobierno de Milosevic de limpieza ¨¦tnica. No se trata m¨¢s que de una operaci¨®n menor de lucha antiterrorista de tipo argelino o israel¨ª. "Dejar sin agua al pez" del ELK, tomando una expresi¨®n de la guerra de Argelia cuando se crearon los pueblos de reagrupamiento.
Se presenta al ELK como un movimiento terrorista en el seno de una feroz guerra civil, cuyo origen, en los diez a?os de opresi¨®n anterior, no explica y que, en cualquier caso, enfrentaba a una polic¨ªa armada hasta los dientes a un ELK pr¨¢cticamente desarmado. No ha sabido reconocer una guerra de liberaci¨®n contra un colonialismo fascista en el "Kosovo serbio".
Esta imprudencia revela una complicidad m¨¢s profunda. El alineamiento de Debray con las tesis revisionistas va muy lejos y es especialmente minucioso. Elimina albaneses en la estad¨ªstica de poblaci¨®n de Kosovo (un poco m¨¢s de un mill¨®n, en lugar de 1.800.000) -como hizo la delegaci¨®n serbia en Rambouillet- y dice que los no albaneses son 500.000 cuando son 200.000. Lo hace para poder explicar pr¨®ximamente, cuando tenga lugar el gran perd¨®n, que los otros albaneses, los que, ejerciendo su derecho al retorno, se presenten sin papeles, sin matr¨ªculas de coche y sin rastro de propiedad en el catastro (pues los documentos,
las matr¨ªculas y el catastro han sido destruidos) son falsos kosovares, invasores albaneses.No le perturba a Debray afirmar adem¨¢s que la huida en masa se debe fundamentalmente a los bombardeos de la OTAN, que comenzaron a finales de marzo, cuando es bien sabido que la limpieza ¨¦tnica masiva comenz¨® durante el a?o 1998, con 300.000 personas desplazadas a la fuerza a partir del mes de junio y 500.000 en septiembre; y la reanudaci¨®n de las expulsiones programadas, violando los acuerdos de octubre de 1998, arroj¨® de inmediato a millares de nuevos refugiados hacia las fronteras de Macedonia, de Albania y de Montenegro.
Gracias a los numerosos testimonios recogidos desde el comienzo de la operaci¨®n en 1998, se sabe que las tropas de Milosevic practican una limpieza ¨¦tnica muy organizada para la que se han repartido claramente los papeles entre cuatro tipos de bandas armadas:
-Los soldados del Ej¨¦rcito regular que disparan ca?onazos sobre los pueblos y luego gu¨ªan a las columnas de refugiados por las carreteras.
-La polic¨ªa de Kosovo (serbios encargados de la represi¨®n desde hace diez a?os, desde que rige en la "provincia aut¨®noma" el r¨¦gimen de privaci¨®n de derechos civiles y de apartheid) que obliga a la gente a abandonar sus casas bajo amenaza de muerte.
-Las bandas paramilitares de las milicias de Arkan, criminales curtidos encargados de las barbaries m¨¢s brutales -matanzas de civiles, torturas, mutilaciones-, que ya se entrenaron en Bosnia y sirven de motor para la deportaci¨®n acelerada. Es mejor una peque?a matanza que un discurso largo.
-Los milicianos serbios, civiles comunes a veces denominados "incontrolados", a los que con frecuencia se moviliza para los atropellos contra sus antiguos vecinos (lo que no impide que, por el contrario, algunos serbios hayan protegido a sus vecinos albaneses).
Esta investigaci¨®n llega, en todo caso, a la conclusi¨®n de la existencia de una perfecta organizaci¨®n especialmente para el vaciado de pueblos enteros. S¨®lo la siguen paso a paso los realmente convencidos de que no se puede permitir que en Europa se instaure la impunidad para los cr¨ªmenes contra la humanidad y los cr¨ªmenes de guerra. R¨¦gis Debray no est¨¢ convencido, puesto que acepta negarlos. Pretende tener derecho a recusar el testimonio de las v¨ªctimas, a las que ¨ªmplicitamente percibe como orientales indignos de confianza.
Debray practica la manipulaci¨®n de los sentimientos de los lectores. En primer lugar, en la elecci¨®n de los hechos: al informar sobre las destrucciones de los colegios (m¨¢s que de los aeropuertos militares). Aunque se puede criticar lo inadecuado de los bombardeos de la OTAN, ¨¦stos causan muchas menos muertes que la liberaci¨®n de Francia. En segundo lugar, manipula en la elecci¨®n de las palabras: por ejemplo, denomina "francotiradores" a los resistentes del ELK que, al principio de la matanza, disparaban en Pristina para defender a la poblaci¨®n albanesa agredida por las bandas paramilitares porque sabe que este t¨¦rmino evoca a los chetniks asesinos de ni?os que disparaban a quemarropa sobre los civiles durante el sitio de Sarajevo. Se trata de clasificar a la resistencia -especialmente al ELK- en la categor¨ªa de terroristas y volver a situar al Ej¨¦rcito serbio en las filas del honorable sistema de mantenimiento del orden.
Al dirigirse al jefe del Estado, R¨¦gis Debray intenta poner este di¨¢logo bajo la advocaci¨®n de De Gaulle. Pero su gaullismo es de pacotilla: se ve claramente que jam¨¢s ha comprendido que si el gaullismo permanece vivo no es porque fuera de derecha o antiamericano, sino porque refund¨® la Rep¨²blica frente a un nacionalismo de derecha pr¨®ximo a los nazis, porque impidi¨® que una guerra civil prolongara la guerra, porque uni¨® a los pueblos y a las clases para la reconstrucci¨®n. A pesar de su pobreza inicial, Yugoslavia fue, gracias a su historia resistente, un pa¨ªs independiente, un pa¨ªs con un pueblo y unos ciudadanos orgullosos, un pa¨ªs con una econom¨ªa en progreso. Es este pa¨ªs el que Milosevic ha destruido al transformar el partido comunista de Serbia en un partido nacionalista serbio y al introducir la ¨¦tica pol¨ªtica de su r¨¦gimen en el tr¨¢gico camino de la limpieza ¨¦tnica.
Debray no nos habla ni de la Yugoslavia socialista ni de los comienzos de Milosevic, hace diez a?os, cuando transform¨® a Kosovo en un r¨¦gimen colonial de apartheid en el que estaba instituida la violaci¨®n de los derechos humanos. Piensa a corto plazo, fuera de la historia, sin moral pol¨ªtica y sin amor por el futuro. Espero que Chirac resista esta intentona de atontamiento.
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