Cristina S¨¢nchez se retira
El apoderado de la torera se?ala a los compa?eros de profesi¨®n como responsables de la renuncia
Cristina S¨¢nchez se va. La matadora de toros de 27 a?os aduce motivos "estrictamente profesionales". No quiere hablar: "Todav¨ªa estoy pensando. El jueves o el viernes dar¨¦ una rueda de prensa y ah¨ª lo contar¨¦ todo". Un pu?ado de frases soltadas con todo el cuidado. "Por favor, esperen un par de d¨ªas". Luego, el tel¨¦fono es desconectado y se acab¨®. Queda un silencio incapaz de soportar la incontenible riada de letra impresa, hablada y declamada que ha dejado una carrera insistentemente calificada de hist¨®rica. Hist¨®ricos fueron sus triunfos, su alternativa, su confirmaci¨®n... "La primera mujer que..." y en el griter¨ªo de los puntos suspensivos se perd¨ªa lo importante: el verdadero calado de una pelea desigual. Una mujer sola contra un mundo de hombres habitado por gestos extremos: de la grandeza al vituperio sin un triste apeadero a medio camino.Cristina lo conoci¨® todo. Su carrera se libr¨® en un batallar continuo en busca de reconocimiento. Mujer s¨ª, pero, por encima de todo, torero. Ella estaba convencida de que su injusta pelea acab¨® para siempre el 12 de mayo del a?o pasado. Entonces, Las Ventas ve¨ªa debutar y triunfar a un diestro de nombre Cristina. Por fin, s¨®lo una cosa diferenciaba a este matador del resto del escalaf¨®n: era el ¨²nico que no usaba postizo.
"Ella est¨¢ atravesando un bache. Pero no se va por eso. Lo suyo no es un problema de capacidad, sino de reconocimiento", ratifica el apoderado Sim¨®n Casas. "Da pena. Ella y yo mismo, hablo m¨¢s como amigo que como representante, cre¨ªamos que despu¨¦s de lo de Madrid todo iba a ser diferente. Nos hemos dado cuenta de que el esfuerzo no ha servido para nada. La afici¨®n y las empresas est¨¢n con ella, pero no sus compa?eros. No voy a dar nombres porque est¨¢n en boca de todos. Pero lo cierto es que much¨ªsimos diestros le han hecho el vac¨ªo y se han negado a compartir cartel con ella", recita el apoderado.
La cadena de agravios duele. Hiere como el m¨¢s injusto de los combates finalmente perdidos.
La madrile?a, vecina de Parla e hija del banderillero Antonio, un d¨ªa tuvo un sue?o. Se imagin¨® vestida de luces ci?¨¦ndose las embestidas de un toro bravo a la altura del faj¨ªn. Tanto le gust¨® el delirio de ni?a que en ¨¦l volc¨® todos sus esfuerzos. Mientras trabajaba de peluquera o de auxiliar administrativa siempre existi¨® un hueco para citar, mandar y templar. Entonces val¨ªa cualquier excusa. En la imaginaci¨®n, el viento entraba sumiso a una muleta transparente.
El problema de desear algo con fuerza es que al final se corre el riesgo de ver cumplidas las esperanzas. Y eso ocurri¨®. Hasta tal punto la realidad embisti¨® que su estreno de novillera en Madrid, un 24 de julio de 1995, se clausur¨® con una salida a hombros camino de la calle de Alcal¨¢. Hubo tiempos a¨²n mejores: en Nimes, el 24 de mayo de un a?o m¨¢s tarde, Cristina, de manos de Curro Romero, se convert¨ªa en matadora de toros.
"Lo que ella ha conseguido no lo ha logrado nadie. Eso s¨ª, y si todo va en contra, hasta el Cid Campeador puede caer del caballo", afirma entre la amargura y el entusiasmo Casas. "Por encima de todo", contin¨²a, "ella sigue siendo Cristina S¨¢nchez y su compromiso es con su trabajo. Desde hace tiempo hab¨ªa perdido la motivaci¨®n. ?ltimamente, y esto nunca hab¨ªa pasado, se encontraba a merced de los toros. Yo mismo le aconsej¨¦ que seguir as¨ª no ten¨ªa sentido. Arriesgar para nada. Seguir por seguir... no. Ella es torero".
Su ¨²ltima actuaci¨®n fue en el pueblo madrile?o de El Molar. Fall¨®, y mucho, con la espada. "Bueno, ella nunca ha ido del todo bien con el estoque. Yo, que tambi¨¦n he apoderado a la rejoneadora Mar¨ªa Sara, puedo decir que es natural. Mi teor¨ªa, si se quiere psicoanal¨ªtica, es que las mujeres han nacido para dar vida y, en consecuancia, les cuesta quitarla. Lo que ocurri¨® este fin de semana no es la causa de la retirada", comenta el representante. ?Ser¨¢ ¨¦sta su ¨²ltima corrida de toros? "Ser¨ªa una pena que una mujer que ha hecho tanto por el toreo y que ha peleado de este modo se fuera con ese recuerdo".
Mientras, ella calla. Sus "motivos profesionales" son los, de momento, no aclarados testigos de un renuncia, otra vez, hist¨®rica. Una historia que neg¨® el pan y la sal a la m¨ªtica Juanita Cruz y que ahora, en las carnes de Cristina S¨¢nchez, amenaza con repetirse.
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