Ganaron antes de empezar
Los mallorquines disfrutaron en la calle la alegr¨ªa de jugar una final europea
La capital balear amaneci¨® ayer te?ida de rojo y negro, los colores del Real Mallorca, y se paraliz¨® una hora antes de la gran final de la Recopa.Todo gir¨® en torno al choque de Birmingham. Las citas se programaron en funci¨®n del partido y la actividad laboral se desarroll¨® durante todo el d¨ªa condicionada por las inevitables referencias al once de H¨¦ctor C¨²per.
Los autobuses del transporte p¨²blico lucieron lazos mallorquinistas, el hospital Son Dureta habilit¨® una sala especial para que los pacientes pudieran presenciar el encuentro, y la polic¨ªa restringi¨® el tr¨¢fico en los tres puntos neur¨¢lgicos de la pasi¨®n por el Mallorca: Son Moix, la plaza de Toros y la plaza de la Tortugas. All¨ª se congregaron los aficionados para seguir el partido en grandes pantallas de televisi¨®n. Cerca de 20.000 personas cenaron, bebieron, escucharon actuaciones en directo de conjuntos musicales y siguieron las incidencias del partido a trav¨¦s de esas pantallas gigantes, con espect¨¢culos organizados por diversos medios de comunicaci¨®n.
Otros 5.000 hinchas hab¨ªan viajado durante toda la ma?ana de ayer a Birmingham a bordo de los 22 aviones que despegaron rumbo a esa ciudad inglesa, en un improvisado puente a¨¦reo hacia la final de la Recopa.
Muy pocos bares de Palma se atrevieron a abrir sin el reclamo de un aparato de televisi¨®n. El tumulto y los gritos de apoyo al Mallorca caracterizaron la jornada en los sitios p¨²blicos, todos engalanados con los colores rojinegro.
La algarab¨ªa subi¨® de tono cuando los dos equipos hicieron su entrada en el estadio Villa Park. "Campeones, campeones" y "C¨²per, qu¨¦date", fueron las consignas m¨¢s coreadas en esos momentos por los seguidores rojillos, temerosos todav¨ªa de que el entrenador argentino fiche, como parece, por el Valencia para la pr¨®xima temporada. Y corearon la noticia de que se hab¨ªa desplegado una gran bandera de la Universiada, cuya organizaci¨®n hab¨ªa subvencionado parcialmente el viaje de miles de hinchas a Inglaterra.
Cuando el colegiado austriaco Guenter Benko dio el pitido inicial, la tensi¨®n en el ambiente apretaba los m¨²sculos de los hinchas y aceleraba los corazones. Pu?os apretados, piernas agarrotadas y rostros serios segu¨ªan las acciones ofensivas del equipo italiano; los gritos de ¨¢nimo y los goles marcados con el coraz¨®n en cada avance isle?o constitu¨ªan la v¨¢lvula de escape mallorquinista.
En 83 a?os de historia, el Mallorca nunca hab¨ªa representando con tanta fidelidad la pasi¨®n futbol¨ªstica de toda la sociedad balear. Hasta los isle?os del interior, de la Part Forana, montaron pantallas gigantes para seguir el partido, como ocurri¨® en el patio del colegio de Lloseta y en la zona tur¨ªstica de Alc¨´dia.
Marc¨® Vieri nada m¨¢s empezar, y la congoja se apoder¨® de las plazas y de los bares. Descendi¨® el ritmo en la petici¨®n de cervezas, se volvieron las cabezas hacia el suelo... Para luego recuperar la euforia con esa colada de Stankovic y el toque certero de Dani.
El 1-1, transcurrido s¨®lo el primer cuarto de hora, seren¨® los ¨¢nimos porque presagiaba un partido largo, vivido minuto a minuto hasta el pitido sentenciador. Los hinchas ya sab¨ªan que deb¨ªan prepararse para sufrir hasta el final.
As¨ª lo hicieron, pero con una victoria ya en el bolsillo: haber llegado a la final de la Recopa; haberse colocado en aquella emocionante final de la Copa del Rey (perdida s¨®lo en los penaltis y tras acabar en inferioridad num¨¦rica) que dio paso a participar en esta competici¨®n europea; haber ganado al Barcelona la Supercopa de Espa?a; disputar este partido de Birmingham aupado al segundo puesto de la Liga. Todos sab¨ªan que, pasara lo que pasase, vivir aquello constitu¨ªa una alegr¨ªa descomunal. Palma vibr¨® como nunca antes lo hab¨ªa hecho con sus colores. Y muchos supieron expresar esa sensaci¨®n de la victoria segura, del esfuerzo recompensado. Un aficionado que no par¨® de animar a su equipo desde la barra del bar lo dijo as¨ª: "Podemos ganar o perder, pero ya nadie nos podr¨¢ quitar esta felicidad". Mallorca se la merec¨ªa.
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