El experimento del tripartito de Pamplona
Los convergentes navarros, los socialistas e IU intentan resistir el asalto de la derecha respaldados por una gesti¨®n eficaz
"Ya nadie se permite dudar de la honradez de sus gestores municipales, ya no hay sospechas de corrupci¨®n ni chistes de dudoso gusto sobre la percepci¨®n de comisiones". El alcalde de Pamplona, Javier Chourraut, de Convergencia de Dem¨®cratas de Navarra (CDN), no tiene pelos en la lengua al referirse a su antecesor, Alfredo Jaime, de Uni¨®n del Pueblo Navarro (UPN-PP), quien le dej¨® un d¨¦ficit de 2.215 millones de pesetas que ¨¦l ha convertido en cuatro a?os en un super¨¢vit de 2.305.Chourraut pide ahora a los ciudadanos que renueven su confianza en la experiencia del tripartito. El CDN, el PSN-PSOE e IU-EB han funcionado "en el primer Gobierno plural en la historia democr¨¢tica del Ayuntamiento pamplon¨¦s", enfatiza para proclamar despu¨¦s que aspira a seguir liderando "una mayor¨ªa de progreso". UPN fue en 1995 la lista m¨¢s votada (diez concejales de 27) y las previsiones le auguran otra victoria. Pero la lucha por el Ejecutivo auton¨®mico podr¨ªa llevar a que se repitiera la situaci¨®n actual.
El experimento naci¨® vinculado a la formaci¨®n del primer Gobierno tripartito de Navarra, dinamitado en 1996 por el esc¨¢ndalo de la cuenta suiza del que era presidente, el socialista Javier Otano. El poder pas¨® entonces a la derecha, UPN. Pero en Pamplona se mantuvo una coalici¨®n que ha demostrado tres virtudes: aglutinar a la mayor¨ªa social (14 ediles de 27), ser una garant¨ªa de control multipartito contra la sospecha de corrupci¨®n urban¨ªstica que azot¨® a UPN y obligar al Ayuntamiento a poner en pr¨¢ctica el talante democr¨¢tico que exige una pol¨ªtica de pacto y consenso, con lo que, en definitiva, ha recuperado el prestigio institucional y normalizado la vida ciudadana anulando la crispaci¨®n.
Las elecciones pillan ahora al municipio enfrascado en la peatonalizaci¨®n del centro hist¨®rico y la revitalizaci¨®n de sus infraestructuras: 2.000 millones de inversi¨®n sobre un montante global en la legislatura de m¨¢s de 8.000 que han quebrado la tendencia de inactividad inversora. Mucho que ver en ello tiene el reconocimiento, alcanzado en 1996, de la Carta de Capitalidad. Chourraut y el presidente de Navarra, Miguel Sanz (UPN-PP), la negociaron mano a mano con dureza y supone garantizar el pago anual de 2.000 millones, actualizables, a Pamplona por los costos de ser la capital. Los partidos gobernantes apuestan por tres de los actuales concejales para encabezar sus candidaturas. Adem¨¢s de Chourraut, por el CDN, los socialistas presentan a su presidente, Javier Iturbe, un hist¨®rico municipalista que competir¨¢ en el voto de la izquierda con la delegada de Urbanismo por IU, Lidia Biurrun.
Los poderes del grupo est¨¢n claros: la puesta en marcha del parque fluvial del r¨ªo Arga; la recuperaci¨®n de espacios singulares para usos culturales, como el Monumento a los Ca¨ªdos; el mausoleo del general golpista Emilio Mola, convertido en sala de exposiciones, y el teatro Gayarre, rescatado para la gesti¨®n p¨²blica tras un siglo en manos privadas.
El tripartito tambi¨¦n ha regulado el aparcamiento en la superficie, ha revisado el planeamiento urban¨ªstico de la ciudad del siglo XXI, ha anexionado con ¨¦xito el barrio de Mendillorri -una actuaci¨®n de vivienda protegida para 10.000 vecinos- y ha reforzado los servicios de bienestar social tanto en lo referente a los ni?os como a los ancianos.
Pese a todo, la legislatura ha sido tensa. El Gobierno ha tenido siempre enfrente a UPN, cuyo portavoz, Tom¨¢s Caballero, fue asesinado por ETA el 6 de mayo de 1998. A la oposici¨®n de la derecha se ha unido casi siempre, desde el otro v¨¦rtice del espectro pol¨ªtico, la de HB, la ¨²nica formaci¨®n nacionalista presente en el consistorio y que, acorde con los tiempos de tregua que corren, sit¨²a de nuevo a un moderado como alcaldable: el abogado y escritor Patxi Zabaleta, actual parlamentario foral. Zabaleta, que lleva a?os condenando la violencia de ETA, tiene amplia experiencia en la gesti¨®n municipal y junto al candidato de la coalici¨®n EA-PNV, Javier Ayesa, aspira a reforzar la voz nacionalista vasca en el primero de los ayuntamientos navarros.
Para conseguir el poder municipal, UPN-PP ha optado por la actual consejera de Medio Ambiente, Ordenaci¨®n del Territorio y Vivienda, Yolanda Barcina. Es la apuesta personal del presidente Sanz, pero arrastra una pol¨¦mica gesti¨®n y algunas de sus opiniones son demasiado cercanas a los deseos del sector inmobiliario.
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