CANDIDATO DE ERC El hombre que dio la estocada a ?ngel Colom
Los ¨²ltimos resultados en unas elecciones municipales en Valls (Alt Camp) dieron 10 concejales a CiU, 8 a los socialistas, 2 a ERC y 1 a una coalici¨®n de izquierdas. Todo apuntaba a que el alcalde ser¨ªa convergente, pero no fue as¨ª: Jordi Castells Guasch (Valls, 1952), que encabezaba la lista republicana por vez primera, hizo bingo: tras anunciar que sus votos no ser¨ªan para nadie, lo que de hecho entregaba la alcald¨ªa a CiU como lista m¨¢s votada, se encontr¨® por sorpresa con una oferta del PSC: le apoyar¨ªa a cambio de un acuerdo. Se a?adi¨® el voto de la coalici¨®n de izquierdas y Jordi Castells sali¨® elegido alcalde. La verdad es que nadie daba dos duros por el pacto; sin embargo, se ha mantenido durante cuatro a?os sin graves dificultades gracias a la triple fidelidad de los pactantes, que han participado todos en el equipo de gobierno municipal. Jordi Castells es un catalanista de toda la vida. Inici¨® su militancia pol¨ªtica en el PSAN (Partit Socialista d"Alliberament Nacional) en 1971, cuando era estudiante de Empresariales en Barcelona y se movi¨® por la urgencia de protestar contra el juicio de Burgos en el que se ped¨ªa pena de muerte para varios miembros de ETA. En el partido estaban ¨¦l y la que luego ser¨ªa su mujer (la escritora Margarida Aritzeta), as¨ª como un jovenc¨ªsimo Josep Llu¨ªs Carod-Rovira y la muchacha con la que tambi¨¦n acabar¨ªa por casarse. Castells militaba en Barcelona y era una especie de conexi¨®n entre Valls y la Assemblea de Catalunya. Y as¨ª fue hasta que volvi¨® a su tierra para trabajar en Monix. La f¨¢brica ha vivido su peor crisis durante su mandato y ¨¦sta es la peor de las pruebas que le ha tocado pasar como alcalde, reconoce. Del PSAN pas¨® a integrarse en Nacionalistes d"Esquerres y de esta formaci¨®n, siempre al lado de Josep Llu¨ªs Carod-Rovira, a Esquerra Republicana de Catalunya. Castells fue el hombre que dio la estocada a ?ngel Colom como l¨ªder del partido. Su propuesta de celebrar la asamblea del partido fuera de la ciudad de Barcelona, donde los dirigentes luego escindidos ten¨ªan mayor capacidad de maniobra, result¨® a la postre crucial para el futuro de ERC. Entre sus aficiones figuran la novela policiaca y, como no pod¨ªa ser de otro modo, los castells. Hasta el punto de que sus compa?eros dan por sentado que en Valls, Castells. Sin embargo, la frase presenta un inconveniente. Su hermano tiene el mismo apellido, pero figura en el ¨²ltimo lugar de las listas del PSC. M¨¢s a¨²n, los socialistas han sopesado en alguna ocasi¨®n la posibilidad de que vaya en primer lugar, lo que dar¨ªa lugar a un ins¨®lito duelo pol¨ªtico fraternalmente fratricida. El partido acarici¨® la idea de ir a las elecciones con el siguiente lema: "A Valls, Castells de nou", jugando con el doble significado: de nuevo y de nueve. La idea fue abandonada cuando Terrassa consigui¨® un castell de diez. El actual alcalde de Valls no sabe lo que ocurrir¨¢ el pr¨®ximo 14 de junio. Supone, a tenor de las encuestas que conoce, que ERC subir¨¢ y que CiU puede sufrir un retroceso. Si el resto de los partidos de izquierdas mantienen los resultados conseguidos en las anteriores elecciones, cabe repetir el pacto, pero sin la seguridad de retener la alcald¨ªa. "Ya veremos, habr¨¢ que decidir en su momento", afirma. Cuando pasea por las calles de esa ciudad de 20.000 habitantes, la gente le saluda con afabilidad. ?l asegura que el contacto con la poblaci¨®n es lo mejor que le queda de estos cuatro a?o de mandato, por encima incluso de otras satisfacciones, como la reapertura del Teatre Principal y la construcci¨®n de dos nuevos puentes sobre torrentes de la vecindad.
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