Juan Gonz¨¢lez saca al Atl¨¦tico de su mal sue?o

Conforme a un car¨¢cter que exige emociones fuertes, el Atl¨¦tico arregl¨® el partido en el ¨²ltimo minuto, en medio de las abundantes muestras de desagrado de su fiel hinchada, capaz de llenar el Manzanares sin otra perspectiva que el sufrimiento. As¨ª ha escrito muchas p¨¢ginas de su historia este club singular, siempre excesivo para todo. En Juan Gonz¨¢lez, autor del gol del empate, se resume la situaci¨®n actual del Atl¨¦tico. El hombre llega de prestado, con un talento muy limitado, sabedor de que sus d¨ªas en el equipo est¨¢n contados, un marginal convertido en el peque?o h¨¦roe del d¨ªa. Como en el Atl¨¦tico todo es una trapisonda, poco extra?a que un suplente procedente del Oviedo saque al equipo de un apuro grav¨ªsimo.Como se esperaba, en el Atl¨¦tico no hubo juego, ni pinta de hacerlo. La ¨²ltima victoria en casa lleg¨® en la noche de los tiempos, cuando Sacchi era entrenador, se juegaba la primera vuelta y la gente celebraba las derrotas del Barcelona y del Madrid. Ahora se vitorean los goles que reciben el Villarreal y el Extremadura. Un club que vive entre extremos, no cabe duda. Pero si el f¨²tbol es impensable en el Atl¨¦tico, lo peor es su triste futuro. En el mejor de los casos tendr¨¢ que vender a la mayor¨ªa de sus jugadores. Uno por uno, pasaron ayer por el partido. Falt¨® Venturin, pero nadie ech¨® en falta su ausencia. Si el Atl¨¦tico quiere poner en el escaparate su actual colecci¨®n de futbolistas, est¨¢ listo. Dificilmente sacar¨¢ un chavo por unos jugadores de una mediocridad asombrosa.

En el Racing hubo uno que ser¨ªa Maradona en el Atl¨¦tico. Munitis, se llama. Le bastaron cuatro cosas para provocar una sarracina en la defensa local. Cada una de sus intervenciones dej¨® en evidencia a los defensas, que se com¨ªan las fintas, los regates, los frenos.

De la primera parte, no hay nada que recordar. El Atl¨¦tico ten¨ªa dos problemas: jugadores discret¨ªsimos y mal colocados. El experimento de Santi como medio centro fue un fiasco. Se sinti¨® abrumado por sus limitaciones en una posici¨®n que desconoce. Pero a su alrededor, nadie le mejor¨®. Por los lados, Roberto y Serena estaban a la quinta pregunta. Y Juninho volv¨ªa dejar girones de un prestigio que ha perdido a chorros en el Atl¨¦tico. Un jugador intrascendente con ¨ªnfulas de estrella.

El Racing tambi¨¦n sostuvo que la primera parte corr¨ªa a beneficio de inventario. Pero en la segunda peg¨® un estir¨®n que sorprendi¨® al Atl¨¦tico. Marc¨® Bestchajnij y tembl¨® el Manzanares. El Atl¨¦tico no ve¨ªa la forma de conseguir el empate, principalmente porque no se acercaba al ¨¢rea. No pod¨ªa. Sus carencias se volvieron tan sangrantes que daba un l¨¢stima por los jugadores, superados por los acontecimientos y por sus limitaciones.

La gente comenz¨® a sublevarse. Se escucharon gritos de "mercenarios, mercenarios", y ya hab¨ªa quien se tem¨ªa lo peor en el pr¨®ximo partido frente al Extremadura. Pero a ¨²ltimisima hora, como es de ley en el Atl¨¦tico, Juninho sac¨® por fin un centro decente y Juan Gonz¨¢lez lo cabece¨® con mucho estilo ante el delirio de los aficionados, que ya no aguantan m¨¢s este mal sue?o.