Im¨¢genes metal¨²rgicas
JOSU BILBAO FULLAONDO El viernes, d¨ªa de inauguraci¨®n, la sala de la Escuela Municipal de M¨²sica de Sestao estaba repleta de gente. Entre lo m¨¢s florido no pod¨ªa faltar el alcalde, Segundo Calleja. Abr¨ªa la exposici¨®n Memoria Gr¨¢fica de una Siderurgia, referida principalmente a los hornos altos de Vizcaya, donde ¨¦l trabaj¨® a?os atr¨¢s en el oficio de soldador, como otros muchos de sus convecinos. Sin mayor pretensi¨®n, se pusieron al descubierto aspectos olvidados de un patrimonio hist¨®rico que ata?e a Euskadi entera y, como otros muchos actos culturales de envergadura similar, ha pasado ensombrecido por los grandes titulares. Es una colecci¨®n tarjetas postales y fotograf¨ªas que abarcan el periodo comprendido entre 1893 y 1943, unas fechas marcadas por la primera y ¨²ltima imagen original que ha recopilado Miguel ?ngel Mart¨ªnez Vitores (Barakaldo 1950). Con paciencia numism¨¢tica, durante algo m¨¢s de 20 a?os, busc¨® primero en los archivos de la empresa, luego recorri¨® los soportales del mercadillo dominical de la Plaza Nueva y, finalmente, entr¨® en contacto con coleccionistas de postales. Este aficionado a la fotograf¨ªa, aprendiz de tornero en AHV y hoy administrativo en Aceralia, ha hecho un seguimiento completo de la historia de su f¨¢brica a trav¨¦s de la tarjeta postal ilustrada. Alguna de las carencias que inevitablemente concurren en estos menesteres, ha sido corregida por im¨¢genes de otro formato y, aunque ya conocidas, provenientes de peri¨®dicos y revistas de la ¨¦poca, han sido encajadas con acierto en el contexto. La cronolog¨ªa ic¨®nica inicia con retazos de las ¨²ltimas ferrer¨ªas (hornos bajos) de Abadiano, Lebario (Amorebieta), la f¨¢brica de Guriezo (Santander) y la de Nuestra Se?ora del Carmen, en La Punta de Sestao, recuperada de un grabado publicado en la Ilustraci¨®n Hispano -Americana en 1881. Despu¨¦s de esta breve introducci¨®n irrumpe el grueso de las fotograf¨ªas que se centran en las empresas crecidas a orillas de la r¨ªa del Nervi¨®n. Mayormente en blanco y negro, algunas de ellas est¨¢n viradas en distintos tonos y otras coloreadas manualmente. Desde el Desierto Barakaldo hasta la Iberia las panor¨¢micas, tomadas desde la altura, ofrecen generosas, con aspectos variopintos, una idea global del lugar. Luego planos m¨¢s cerrados entran en el detalle. Estaciones de tren, el paso a nivel atravesado por una muchedumbre al levantar la barrera, iglesias y escuelas, plazas y oficinas, cargaderos de mineral o la cooperativa de consumo, van construyendo un entramado urbano completo. Las im¨¢genes se dejan impregnar por el desarrollismo industrial. Es una fotograf¨ªa metal¨²rgica que, sin conocer intencionalidad, en las tomas de mujeres estampando hojalata o los hombres en los talleres de fundici¨®n, realizadas en 1908, muestra un cierto compromiso social. Algo homologable a lo de Lewis W. Hine a quien la historia del fotograf¨ªa considera precursor de estas particularidades y de un estilo puro, directo, sin ning¨²n tipo de manipulaci¨®n que desemboc¨® en la corriente denominada live. En otro apartado, cuando se trata de estructuras industriales (bater¨ªas de coque, silos dep¨®sitos, hornos) recuerdan los clich¨¦s puramente topogr¨¢ficos, conceptuales, de los alemanes Bernd y Hilla Becher que revelan simplemente formas, materiales, lugares o momento de construcci¨®n. Aquellas tarjetas postales, estrictamente funcionales, que sirvieron inicialmente para enviar mensajes breves a familiares y amigos, una f¨®rmula visual de hacer part¨ªcipe a los dem¨¢s del lugar que se visitaba, se han convertido en herramienta para la recuperaci¨®n de paisajes transformados por la vida. Un referente para el estudio de las variaciones compositivas y estil¨ªsticas a trav¨¦s del tiempo que hoy podemos contrastar en un libro surgido de la exposici¨®n. Por cierto, un aspecto que debe mejorar su presentaci¨®n y escapar de abigarramientos en un local lo suficientemente amplio.
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