Bilba¨ªno no, por favor
Los malentendidos y errores que el comprensible apresuramiento period¨ªstico suele hacer correr sobre uno son de varios tipos. La amable nota firmada por A.P.F. en el ¨²ltimo Babelia (22 de mayo) incurr¨ªa al menos en dos. El primero -simp¨¢tico y rejuvenecedor- fechaba mi libro La infancia recuperada en 1994, cuando, para mi encanecido sonrojo, es casi 20 a?os anterior. El segundo me declara fil¨®sofo bilba¨ªno, y por ah¨ª ya no paso. Ni el Guggenheim es un museo donostiarra ni yo, al que los a?os han dado tambi¨¦n cierta capa de titanio, soy un fil¨®sofo bilba¨ªno. Lo aclaro por respeto a don Miguel de Unamuno y al Peine de los Vientos.-
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