La isla sin templo
En la isla de Tabarca la llegada del invierno trae consigo, adem¨¢s de la tranquilidad de perder de vista a los cientos de turistas invasores, el cese del culto cat¨®lico en el templo, salvo en caso de ¨®bitos, d¨ªas muy se?alados, la festividad de Navidad y la Semana Santa. Durante el invierno "no hay gente suficiente para oficiar la misa", asegura el sacrist¨¢n de Santa Pola, Vicente Lloret. El culto se reanuda de manera habitual con la temporada tur¨ªstica alta, es decir, con la llegada del verano y con la ocupaci¨®n plena, pero los habitantes de la ¨²nica isla habitada de la Comunidad Valenciana, adem¨¢s, no pueden acudir a misa por el deteriorado estado de la iglesia, una construcci¨®n del siglo XVIII que orden¨® edificar Carlos III. El monumento amenaza con desplomarse, y ante el peligro de derrumbes parciales ha sido vallado para impedir el acceso a su interior. Los pocos residentes del archipi¨¦lago que quieren celebrar misa, cuando el tiempo permite al p¨¢rroco de Santa Pola desplazarse a Tabarca, deben hacerlo en los locales de la Cofrad¨ªa de Pescadores, habilitada para el culto desde la pasada Semana Santa con el objeto de "hacer m¨¢s fuerza" frente a la Administraci¨®n p¨²blica. Pero la protesta ha sido en vano. La Consejer¨ªa de Cultura ha encargado un informe para calcular la inversi¨®n necesaria en la reforma del templo. Pero en la isla nadie conf¨ªa, dado que un primer informe encargado por la Direcci¨®n General de Patrimonio en 1996 ha quedado en agua de borrajas. Mientras se superan los tr¨¢mites burocr¨¢ticos, la degradaci¨®n del inmueble avanza. Una grieta profunda separa en varios cent¨ªmetros uno de los v¨¦rtices de la iglesia, que ha quedado desplazado hacia el vac¨ªo y amenaza con caer s¨®lo con la ayuda de un soplo de aire. El campanario, una construcci¨®n a?adida en el siglo XX al templo original, mantiene un dudoso equilibrio entre el cielo y la tierra. En el sobretecho de la iglesia, justo en el lateral que mira al peque?o puerto, aparece un inmenso agujero de tejas rotas y peque?as vigas fracturadas. La antigua casa en la que viv¨ªa el cura, agazapada junto a la iglesia, hace tiempo que se rindi¨® y hoy tan s¨®lo es un amasijo de tierra y cascotes. Para proteger a las personas que se acercan a contemplar la majestuosa construcci¨®n entre vuelta y vuelta de bronceado en la playa, se ha dispuesto un recinto de seguridad. El primer estudio t¨¦cnico estimaba una inversi¨®n urgente de 54 millones de pesetas para rehabilitar la cubierta. Para superar las humedades se precisan otros 35 millones. El Consell asegura que est¨¢ a la espera de un segundo informe para acometer la reforma, seg¨²n el ped¨¢neo de la isla, Tano Garc¨ªa, pero la realidad es que las obras de urgencia no llegan y el peligro de derrumbe aumenta. La mayor¨ªa de las construcciones de la isla, entre las que destaca el recinto amurallado del pueblo, pertenecen al siglo XVIII, cuando 265 italianos procedentes de la isla de Tabarka (frente a la costa tunecina) consiguieron la protecci¨®n de Carlos III frente a los ataques de los musulmanes. Por mandato real, los tabarkinos se instalaron en la entonces denominada Isla Plana, frente al cabo de Santa Pola, rebautizada luego como Nueva Tabarca. Actualmente el archipi¨¦lago tiene un censo de 113 habitantes, pero s¨®lo la mitad residen durante todo el a?o. El invierno en la isla no s¨®lo es duro para los restaurantes, y el aislamiento es general. Hace apenas dos meses, el mal estado de la mar dej¨® sin comunicaci¨®n a sus habitantes durante una semana, ya que los barcos que cubren el trayecto con la pen¨ªnsula no pod¨ªan aventurarse a cruzar el corto trayecto entre Santa Pola y Tabarca. Las inversiones que ha recibido la isla en los ¨²ltimos a?os han ido encaminadas, fundamentalmente, a la mejora de los servicios. La llegada de la campa?a electoral devolver¨¢ a la isla las promesas que en los pasados comicios se realizaron. La rehabilitaci¨®n de la iglesia ha sido asegurada por cada una de las personalidades que han visitado el pueblo, aunque por ahora, s¨®lo pueden sumarse a las decenas de leyendas sobre tesoros y monstruos que todav¨ªa se cuentan en la isla.
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