Arag¨®n cambia de siglo con hambre de proyectos
El potencial del Ebro y el de la situaci¨®n estrat¨¦gica, lastrados por el envejecimiento de la poblaci¨®n o su emigraci¨®nEl Par sue?a con homologarse a CiU, mientras que la Chunta Aragonesista tiene como modelo a Euskadiko Ezkerra
"De Oeste a Este, Arag¨®n es una tierra pujante. De Norte a Sur, un territorio alargado que conecta con la Espa?a despoblada y en recesi¨®n". La definici¨®n de esta comunidad, que ocupa el 8% de Espa?a y tiene el espacio rural m¨¢s desierto de Europa -12 habitantes por kil¨®metro cuadrado- la da Antonio Embid, catedr¨¢tico de Derecho Administrativo, presidente de las primeras Cortes aragonesas y hoy alejado de la pol¨ªtica. Embid asegura que "ser¨ªa una tierra de promisi¨®n" si la poblaci¨®n se distribuyese en una franja de 15 kil¨®metros respecto al Ebro. Pero no es as¨ª, aunque el r¨ªo -los aragoneses lo ven como propio a pesar de que atraviesa nueve comunidades- es la espina dorsal que deber¨ªa articularlos: el 80% vive a unos 25 kil¨®metros de su cauce, donde est¨¢n las buenas tierras, el regad¨ªo y "La Industria, con may¨²scula, porque La Industria es la Opel", recuerda Embid.La foto de Arag¨®n, que tiene poco m¨¢s de un mill¨®n de habitantes, de los que 842.000 habitan en la provincia de Zaragoza -esta capital tiene 600.000 y Huesca, la segunda ciudad, s¨®lo 50.000-, no es muy optimista. El sindicato UGT, mayoritario, dice que "entra en el siglo XXI con un traje gris" y explica que "ni los favorables resultados macroecon¨®micos de los ¨²ltimos a?os, de la mano de la bonanza econ¨®mica, logran ocultar su lento declive dentro del panorama nacional". La Confederaci¨®n de Empresarios de Arag¨®n (CREA) tambi¨¦n advierte de que el crecimiento no es eterno. Y eso que el Gobierno del PP y el Partido Aragon¨¦s (Par) insisten en que, en cuatro a?os, el paro ha bajado en un 30% y que la comunidad ha crecido en un 4%. Pero Embid matiza: "Vivimos bien porque somos pocos y el Estado del Bienestar, que debe mantenerse, nos permite tener ese espejismo. Pero no nos enga?emos. Procreamos poco y estamos envejecidos. Con m¨¢s nacimientos, nuestros hijos deber¨ªan emigrar porque no hay trabajo".
El horizonte es incierto y los an¨¢lisis coinciden. Hace falta fuste para pensar y proyectos que aglutinen las voluntades. El presidente de la CREA, Miguel ?ngel Hidalgo, se duele y trina contra la falta de proyectos. Su voz cr¨ªtica plane¨® la llegada de un acelerador de energ¨ªa de la mano de Carlo Rubbia, premio Nobel de f¨ªsica, para hacer de Zaragoza y su Universidad un centro de investigaci¨®n de part¨ªculas, pero se top¨® con una oposici¨®n muy dura y la iniciativa persiste, pero desacelerada.
As¨ª que Arag¨®n mira ahora las posibilidades de su territorio. En ¨¦l est¨¢ uno de los parques naturales patrimonios de la humanidad, el de Ordesa. Las pistas de esqu¨ª est¨¢n en expansi¨®n y miran hacia la candidatura a los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno del a?o 2008. En el centro se agrupan la industria, la poblaci¨®n y el desarrollo. El Sur, donde conviven las cuencas mineras turolenses, est¨¢ en declive. Y hay tierras v¨ªrgenes en el Mestrazgo, Albarrac¨ªn o Matarra?a con un patrimonio excepcional en f¨®siles y yacimientos.
La comunidad es, sobre todo, una reserva tur¨ªstica y el ocio podr¨ªa ser el sector que diversifique una econom¨ªa que gira, desde hace 17 a?os, alrededor de la automoci¨®n, de la que depende en exceso. Tanto que la mayor¨ªa de las empresas est¨¢n en manos de multinacionales. Quedan dos Cajas de Ahorro -Ibercaja y la Caja de Ahorros de la Inmaculada- y la industria papelera SAICA.
Pero, adem¨¢s, Arag¨®n, que goza de una situaci¨®n estrat¨¦gica privilegiada, vive encorsetado entre el Norte y Catalu?a. Su esperanza y su desaz¨®n se derivan de ello.
De Norte a Sur, se desertiza. Hay m¨¢s de 700 pueblos, muchos de ellos deshabitados y abandonados. La pol¨ªtica hidr¨¢ulica de los a?os 50 y 60 dej¨® en barbecho amplias zonas de la monta?a expropiada para embalsar agua y que ahora se rebela contra casos tan lamentables como el del pantano de J¨¢novas, una frenazo al desarrollo del Sobrabe y que, desde hace 50 a?os, ni arranca ni deja que la zona progrese.
A ello hay que a?adir las p¨¦simas comunicaciones y la desorganizaci¨®n territorial. Los partidos y las organizaciones sociales claman por vertebrarlo y el eje Norte-Sur podr¨ªa jugar un papel importante. Quedan flecos en las conexiones por carretera o ferrocarril. La autov¨ªa Somport-Sagunto fue una esperanza hoy matizada porque est¨¢ varada en la parte francesa y los proyectos de otra, la de Pamplona a Lleida, no arranca. La ilusi¨®n se llama AVE, promesa de un desarrollo que nadie quiere dejar escapar porque, si tuviese en ¨¦l una parada, el aeropuerto de Zaragoza podr¨ªa ser un centro log¨ªstico esencial en la Espa?a del Norte, si bien IU insiste en que est¨¢ condicionado por la base militar.
Un diagn¨®stico general en el que coinciden sindicatos, empresarios, partidos y la Universidad de Zaragoza, que pone el acento en proyectos de colaboraci¨®n entre instituciones capaces de dinamizar e igualar las condiciones de vida de los aragoneses. La comunidad tiene hoy transferidas la mayor¨ªa de las competencias -le quedan las de Sanidad, Justicia y Trabajo-, pero soporta carencias cotidianas por la falta de medios para, por ejemplo, llegar a tiempo a un hospital, que los hay, y evitar muertes como las habidas entre vecinos de ¨¢reas alejadas oscenses o turolenses.
Los aragoneses siguen mirando con recelo a sus vecinos y han visto c¨®mo su emigraci¨®n, un 25%, proporcionalmente la mayor, se une a la marcha de empresas atra¨ªdas por las ventajas fiscales del Norte. A punto de entrar en un nuevo milenio, el himno de Labordeta, hoy candidato europeo por la Chunta Aragonesista, sigue siendo realidad para los m¨¢s pesimistas: "Vamos camino de nada".
Claro que hay voces que se levantan en contra. As¨ª, el presidente, Santiago Lanzuela (PP), habla con entusiasmo "del sue?o y la potencia de esta tierra".
Sin embargo, Marcelino Iglesias (PSOE) se lamenta de la escasa iniciativa del Gobierno regional y, como la CREA, propone mirar m¨¢s a Francia: en su opini¨®n, la expansi¨®n pasa por el eje entre Toulouse y Zaragoza, que abrir¨ªa el Pirineo. A su vez, el Par quiere recuperar el papel aglutinador de la antigua Corona de Arag¨®n.
Los regionalistas, claves para la gobernabilidad
Las formaciones regionalistas se distribuyen a la derecha y la izquierda del arco parlamentario. El Partido Aragon¨¦s (Par) sue?a con homologarse a la coalici¨®n catalana Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) y la Chunta Aragonesista no esconde que su modelo es el vasco de Euskadiko Ezkerra (EE). El Par, que cuenta con 14 diputados, perder¨¢ votos, seg¨²n las encuestas, y la Chunta, que tiene dos, podr¨ªa llegar hasta los cinco. As¨ª, pues, ambos grupos se perfilan como llaves para la gobernabilidad. Pero el primero est¨¢ abierto a pactos, siempre que le permitan compartir el Gobierno, y el segundo, en principio, no parece dispuesto a ellos. Cuando naci¨® el Par, desde la Candidatura Aragonesa Independiente de Centro, en 1977, el agua fue su santo y se?a y su fundador, Hip¨®lito G¨®mez de las Roces, se aup¨® desde la Diputaci¨®n de Zaragoza en la lucha por defender el Ebro. Las manifestaciones antitrasvase fueron su tarjeta de presentaci¨®n y las mancomunidades su plataforma. Pero G¨®mez de las Roces ya se ha retirado. Su actual presidente, Jos¨¦ Mar¨ªa Mur, candidato a la presidencia de la comunidad, afirma que el cambio de su partido es el de la sociedad, menos rural y m¨¢s urbana y moderna. Pero otros piensan que, en esa apuesta, se han perdido militantes que no se identifican con l¨ªderes que defienden al tiempo la ense?anza p¨²blica y la concertada o la ley de parejas de hecho y que discuten al Ejecutivo del que forman parte su escaso inter¨¦s por defender los asuntos de Arag¨®n.Mientras tanto, la Chunta, joven y con fuerte implantaci¨®n en Zaragoza, gana terreno con un nacionalismo de izquierdas que, seg¨²n reivindica, ni es excluyente, ni violento, ni xen¨®fobo, ni se plantea crear un Estado Aragon¨¦s. Su progreso ha sido geom¨¦trico y conf¨ªa en ganar esca?os en todos los ¨¢mbitos.
Ambas formaciones han centrado sus reivindicaciones en la necesidad de una autonom¨ªa plena para Arag¨®n, pero su visi¨®n hidr¨¢ulica es distinta y la Chunta insiste en que los pantanos no son la soluci¨®n para un territorio extenso y despoblado. Las dos defienden lo propio y las se?as de identidad, pero el discurso del Par era hasta ahora m¨¢s directo y visceral.
Las diferencias entre estos partidos est¨¢ en su origen y, aunque en ocasiones sus piropos han sido rec¨ªprocos y elocuentes, a ambos les gusta marcar la distancia. Ches¨²s Bernal, el candidato a la presidencia por la Chunta, asegura: "No tenemos apenas que ver. Nosotros reivindicamos nuestro origen en los partidos de la izquierda de principios de siglo, como la Uni¨®n Aragonesista o el Estado Aragon¨¦s, y ellos [el Par], en la Asamblea de Notables que elabor¨® el texto del Estatuto del 36, aunque la Asamblea de Caspe la convocaron las izquierdas".
El Par ha creado ahora la Fundaci¨®n Arag¨®n XXI, un foro de estudios que se estren¨® hablando de nuevas tecnolog¨ªas y que est¨¢ impulsado por j¨®venes empresarios y profesores que poco tienen que ver con otros tiempos. As¨ª, Mur reitera: "Cuando dec¨ªamos que el partido era una familia, ¨¦ramos pocos. Hoy somos m¨¢s y nuestro voto viene de todos los sectores". Incluso ha fichado estrellas del deporte, como el baloncestista Fernando Arcega, para Zaragoza, o el futbolista Luis Milla, para Teruel.
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