La sombra de N¨²remberg se proyecta sobre los Balcanes

Heredero de los juicios de N¨²remberg y Tokio en el que los vencedores juzgaron los cr¨ªmenes cometidos en la II Guerra Mundial, el Tribunal Penal Intenacioanl (TPI) para la antigua Yugoslavia es el embri¨®n de una justicia mundial contra el genocidio.Fue creado en 1993 por una resoluci¨®n del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y tiene su sede en La Haya. Ya no es el ¨²nico banquillo para los delitos contra la humanidad. En ?frica, otros magistrados juzgan a los responsables del genocidio cometido en Ruanda en 1994. Y, aunque algunas grandes potencias siguen torpedeando la creaci¨®n de un Tribunal Internacional Penal permanente, cien pa¨ªses sentaron sus bases el pasado verano en Roma.

Los 11 jueces del TPI de La Haya, designados por la ONU, examinan al menos 61 casos abiertos contra criminales de guerra en la antigua Yugoslavia (incluido Kosovo), entre los que destacan el antiguo l¨ªder serbobosnio Radovan Karadzic y su jefe militar, el general Ratko Mladic, ambos bajo protecci¨®n de Milosevic, as¨ª como el paramilitar serbio Zeljko Raznatovic, Arkan, aunque tambi¨¦n hay acusados croatas o bosniomusulmanes. En las abarrotadas celdas del TPI esperan juicio m¨¢s de 24 detenidos y sobre otros 30 inculpados pesa una orden internacional de busca y captura.

Existe, adem¨¢s, una lista secreta, con un n¨²mero indeterminado de acusados Hasta ahora, el TPI ha dictado siete sentencias de c¨¢rcel. La m¨¢xima condena que puede imponer es la de prisi¨®n a perpetuidad.

Aunque no cuenta con una polic¨ªa propia, las fuerzas de la OTAN y los servicios de seguridad de varios pa¨ªses han practicado las detenciones.

Los jueces de La Haya han tenido, sin embargo, serias dificultades para investigar los hechos y para hacer comparecer a los testigos, unas limitaciones que han abligado a retirar los cargos contra 14 acusados