Asuntos Religiosos critica el fundamentalismo de algunos pa¨ªses contra las sectas

Ante todo, la libertad de conciencia. El director general de Asuntos Religiosos, Alberto de la Hera, ha roto una lanza en favor de las entidades religiosas a las que, con gran frecuencia, algunas autoridades o muchos medios de comunicaci¨®n confunden con sectas destructivas. Incluso sobre esta vidriosa materia, De la Hera aconseja prudencia, en defensa de la presunci¨®n de legalidad y frente a pa¨ªses que, como Francia o B¨¦lgica, exageran la persecuci¨®n a las sectas.

"Yo doy la cara por toda entidad inscrita en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia; s¨®lo una sentencia judicial puede hacernos cambiar de opini¨®n", dijo en la noche del mi¨¦rcoles, durante una cena con periodistas, el director general de Asuntos Religiosos, Alberto de la Hera. Catedr¨¢tico de Historia de la Iglesia y brillante canonista de la hornada del cardenal Antonio Mar¨ªa Rouco, con quien estudi¨® en Alemania, De la Hera subray¨® esta advertencia solemne: "Quien est¨¢ inscrito en nuestro registro no es una secta".La Direcci¨®n General de Asuntos Religiosos, dependiente del Ministerio de Justicia, acaba de publicar la Gu¨ªa de entidades religiosas de Espa?a (Iglesias, confesiones y comunidades minoritarias). El libro informa sobre 899 entidades pertenecientes a religiones minoritarias con presencia en Espa?a (protestantes, isl¨¢micos, jud¨ªos, ortodoxos, budistas, hinduistas, etc.), pero deja fuera de registro a las 15.548 entidades que declara la Iglesia Cat¨®lica. En todo caso, es una gu¨ªa que el director general aconseja ojear a las autoridades gubernativas y a la polic¨ªa o la Guardia Civil antes de iniciar cualquier investigaci¨®n o dar p¨¢bulo a sospechas y denuncias. "Cuando alguien tenga alguna duda, que consulte esta gu¨ªa", dice Alberto de la Hera.

El Palmar de Troya

En algunas ocasiones, la Direcci¨®n General de Asuntos Religiosos ha denegado una inscripci¨®n y han sido los tribunales los que dijeron la ¨²ltima palabra, a veces anulando la decisi¨®n del Ministerio de Justicia. Es el caso de El Palmar de Troya, en la provincia de Sevilla. Justicia le deneg¨® su car¨¢cter de entidad religiosa, con la presunci¨®n de que se trataba de una secta, los monjes de El Palmar recurrieron y los jueces les han dado la raz¨®n.

Las entidades religiosas registradas, por el hecho de serlo, obtienen del Estado determinados beneficios fiscales y de otro tipo. Las sectas, no. Por eso suelen disfrazar sus fines de religiosidad para confundirse con aqu¨¦llas, cuando en realidad s¨®lo son asociaciones econ¨®micas, culturales, deportivas o de otro tipo. El objetivo de la Direcci¨®n General de Asuntos Religiosos es discernir sobre esos disfraces. Pero de ah¨ª a considerar sospechosa a todas las sectas va un trecho que De la Hera aconseja recorrer con extrema cautela. Los denominados observatorios de sectas creados en Francia o B¨¦lgica son un ejemplo que no le gusta, porque ponen en riesgo la presunci¨®n de legalidad y criminaliza con mucha ligereza.

Sobre la pol¨¦mica de los crucifijos en las escuelas, el director general de Asuntos Religiosos propone que sea el consejo escolar de cada centro de ense?anza p¨²blica quien decida. Tan malo es retirar por ley los crucifijos de las escuelas p¨²blicas como mantenerlos a ultranza, dijo De la Hera, despu¨¦s de subrayar que el crucifijo, en su opini¨®n, es un s¨ªmbolo en muchos lugares y que Espa?a cuenta con una gran tradici¨®n religiosa que no puede ser ignorada y sin la cual no se pueden entender muchos de los hechos de la historia.

Se refiri¨® tambi¨¦n a los dos grandes temas por resolver en las relaciones Estado-Iglesia, el de la alternativa a la ense?anza de la religi¨®n y el del porcentaje que el Estado destina a la financiaci¨®n de la Iglesia por v¨ªa impositiva, De la Hera no ve mayores dificultades para su soluci¨®n, pero no especific¨® fechas ni contenidos de un posible acuerdo.