"Al ocio en Madrid le sientan muy bien las libertades"
"Pertenezco a la primera generaci¨®n de espa?oles que no se inici¨® sexualmente con putas", afirma el soci¨®logo y periodista Lorenzo D¨ªaz (Ciudad Real, 1944) a cuento de La Espa?a alegre, el ¨²ltimo libro que acaba de publicar y en el que analiza c¨®mo se han divertido los madrile?os en los ¨²ltimos cien a?os: el Madrid golfo y secreto de los a?os veinte, el destierro del cors¨¦, el baile en los hoteles de lujo como el Palace o el Ritz, la moda del deporte, el ¨¦xito de las cupletistas entre los intelectuales o la influencia del cinemat¨®grafo, la radio y, m¨¢s adelante, la televisi¨®n. Lorenzo D¨ªaz, casado con la periodista Concha Garc¨ªa Campoy, lleg¨® en los a?os sesenta a la capital con una maleta de cart¨®n y una ristra de chorizos manchegos. Hoy, ha dado forma amena y fascinante a su aproximaci¨®n a la historia de Madrid, escrutando en la vida cotidiana de sus gentes, desde el ocio hasta la gastronom¨ªa. Pregunta. ?En qu¨¦ ¨¦poca de este siglo se han divertido m¨¢s los madrile?os? Respuesta. En la d¨¦cada de los a?os veinte. Durante la I Guerra Mundial, Madrid se convirti¨® en el centro europeo de la frivolidad. A la capital lleg¨® el jazz, los bares americanos, los bailes p¨²blicos, los caf¨¦s con orquesta, el cine y el destape con las famosas cupletistas. Fue el desmadre.P. ?Es merecida la fama de noct¨¢mbulos de los madrile?os?
R. El madrile?o es nocherniego por naturaleza. A principios de siglo, Madrid bull¨ªa hasta altas horas de la noche: los grandes caf¨¦s no cerraban, los teatros ten¨ªan funci¨®n de madrugada y hab¨ªa casas de comida abiertas hasta el amanecer. Los a?os noventa han sido los menos noct¨¢mbulos en el Madrid de este siglo.
P. ?Qu¨¦ influye en el ocio de una ciudad?
R. Al ocio le sientan muy bien las libertades. Madrid fue una fiesta al final del franquismo y con el primer Ayuntamiento democr¨¢tico. La contribuci¨®n municipal es important¨ªsima para promover un ocio creativo.
P. En su libro afirma que la vida social y cultural en la capital actualmente "goza de una salud paup¨¦rrima".
R. El espectacular progreso econ¨®mico en los ¨²ltimos veinte a?os no se ha reflejado en el mundo de la cultura. Lo ¨²nico que funciona a tope son los grandes almacenes y las cafeter¨ªas de la Gran V¨ªa. Lamento la p¨¦rdida de las tertulias y el deterioro de los lugares emblem¨¢ticos de encuentro en la capital.
P. ?Qu¨¦ queda de aquel madrile?o de hace un siglo que fascinaba a los extranjeros?
R. El madrile?o conserva una forma de sociabilidad ¨²nica que le hace muy acogedor a los ojos del forastero, pero su proclividad a ser excesivamente simp¨¢tico le da a veces una imagen fr¨ªvola.
La Espa?a alegre. Ocio y diversi¨®n en el sigloXX. Espasa-Hoy. 2.500 pesetas
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