Una hora y tres cuartos y Eugenio de Mora a hombros

Una hora y tres cuartos dur¨® la corrida. Ni m¨¢s ni menos. A las nueve menos cuarto estaban sacando a hombros por la puerta grande a Eugenio de Mora, que vino en sustituci¨®n de Jos¨¦ Tomas, quien no acerc¨® a torear a Aranjuez por estar lesionado. Mand¨® el pertinente parte facultativo, que estaba puesto en las taquillas de la plaza. La corrida de Juan Pedro Domecq dio juego, regal¨® embestidas nobles y no alarde¨® de fuerzas ni de hechuras. Terciadita y c¨®moda, un tanto blanda, permiti¨® a los diestros, si estaban dispuestos, agradar al respetable, que, en l¨ªneas generales, se divirti¨® y contempl¨® momentos de buen hacer torero.Eugenio de Mora supo aprovechar a sus dos nobles toros. Les dio fiesta, sitio, y estuvo templado y en buenas condiciones de salir bien librado y con cartel. Por su tranquilidad ante la cara de sus bureles y porque supo medir las faenas y dar las distancias adecuadas.

A su primer toro lo salud¨® con una larga cambiada y lances animosos que fueron jaleados. Se dio el toro un testarazo contra las tablas y una voltereta al hincar los pitones en la arena, que acus¨® en sus fuerzas. De Mora comenz¨® la faena de muleta de rodillas, y luego en los medios, primero a media altura, y despu¨¦s corriendo la mano con templanza y hacia atr¨¢s, conseguir dos series de redondos bien trazados, que el p¨²blico core¨® con justeza.

En su segundo De Mora tore¨® bien con el capote en lances a pies juntos, que interpret¨® con gusto. La faena de muleta fue templada y variada, estuvo relajado y lleg¨® a sentirse en alg¨²n muletazo. Empez¨® el trasteo a media altura, para a continuaci¨®n bajar y correr la mano despacio y con buen sentido. Hubo armon¨ªa y medida en la faena. Y mat¨® de un estoconazo.

Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares en su primero manej¨® el capote con suavidad. Estuvo compuesto y elegante. Sobre la mano derecha lleg¨® a centrarse y dar muletazos templadillos en donde imper¨® el buen gusto. En su segundo, colorao, altern¨® las dos manos, al torear de muleta. Logr¨® series de empaque en donde hubo muletazos de enjundia. Remat¨® algunas tandas a base de trincheras y cambios por delante que tuvieron eco en los tendidos.

Curro Romero no tuvo su tarde, bueno, estuvo desconfiado y poco decidido. Las fuerzas de sus bureles no eran muy adecuadas para interpretar su toreo. Dos faenas de muleta breves, taca?as. Pronto busc¨® a sus dos toros, que no le gustaron nada de salida, el momento de atacar con la espada de verdad, que utiliz¨® presta y harteramente.