La excepci¨®n italiana y el euro
Los analistas y los mercados han descubierto indicios de relajo en el esfuerzo europeo de contener los d¨¦ficit p¨²blicos, en una decisi¨®n tomada por el Ecofin el pasado jueves: el visto bueno dado a Italia para que su d¨¦ficit pase de una previsi¨®n del 2% en 1999 a otra del 2,4%. Y han castigado esta heterodoxia con una reducci¨®n del valor del euro respecto al d¨®lar, que se ha devaluado casi un 15% desde su nacimiento el pasado 1 de enero.Italia, que ya hab¨ªa sufrido lo indecible el pasado ejercicio para llegar a cumplir los criterios de convergencia e ingresar en la zona euro, est¨¢ pagando ahora la compulsi¨®n de ese esfuerzo y existen dudas sobre si podr¨¢ sostenerlo y cumplir el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, aprobado en el Consejo de Amsterdam. Recordemos lo que dice ese pacto: que los pa¨ªses que accedan al euro habr¨¢n de mantener el rigor presupuestario y, a medio plazo, lograr el equilibrio. Todo pa¨ªs cuyo d¨¦ficit se sit¨²e por encima del 3% de su PIB ser¨¢ castigado con sanciones. Con excepciones: en caso de recesi¨®n (una disminuci¨®n del PIB superior al 2%), los Estados podr¨¢n tener d¨¦ficit superiores al 3%, con el objeto de reactivar su econom¨ªa; tambi¨¦n les est¨¢ permitido rebasar ese techo si la ca¨ªda del PIB se sit¨²a entre un 0,75% y un 2% y es achacable a acontecimientos inhabituales que escapen al control de los Estados miembros y que tengan impacto en la posici¨®n financiera de las administraciones p¨²blicas, o que sean consecuencia de una recesi¨®n econ¨®mica grave.
En sentido estricto, ni Italia est¨¢ en recesi¨®n ni ha incumplido el Pacto de Estabilidad (aunque su nivel de deuda supera el 120% del PIB). Pero los mercados han reaccionado como si as¨ª hubiera ocurrido. Italia est¨¢ afectada por una debilidad de su crecimiento (como Alemania o Francia, en distinto grado; entre los tres pa¨ªses representan el 70% de la econom¨ªa del euro) y padece, m¨¢s que los dem¨¢s, la guerra de Kosovo, por su proximidad con la zona. Seg¨²n un estudio del Deutsche Bank, la reconstrucci¨®n de Kosovo y el despliegue de tropas de seguridad ser¨¢n "una importante carga financiera para los pa¨ªses europeos en los pr¨®ximos a?os", hasta tal punto, que el d¨¦ficit p¨²blico aumentar¨¢ debido a la aceleraci¨®n del gasto de defensa, aunque no existe peligro de que se supere el l¨ªmite del 3% del PIB.
Los gobernadores de los bancos centrales del euro, y el propio Banco Central Europeo, emiten se?ales de inquietud porque los gobiernos no transmiten con suficiente energ¨ªa el compromiso de reducci¨®n del d¨¦ficit. Otros expertos privados temen que los esfuerzos hacia el equilibrio de las cuentas p¨²blicas se abandonen a las primeras de cambio en caso de una mayor debilidad de la coyuntura. Emerge de nuevo un debate soslayado en los ¨²ltimos tiempos: si las reformas estructurales y la baja de los tipos de inter¨¦s son suficientes para alegrar la coyuntura o ser¨¢ preciso relajar el control presupuestario para combatir la desaceleraci¨®n. A esto ¨²ltimo, los m¨¢s ideologizados lo denominan vuelta del keynesianismo, y el resto, sentido com¨²n, siempre que se permanezca dentro de los controles homologados por el Pacto de Estabilidad.
Coincidiendo con esta pol¨¦mica, el euro ha continuado bajando respecto al d¨®lar durante la semana pasada. El BCE y el FMI aparentan no estar preocupados por la debilidad de la moneda europea: no existe tal debilidad, dicen, sino fortaleza del d¨®lar, convertida en moneda refugio y apreciada ante la expectativa de una subida de los tipos de inter¨¦s en EE UU para dome?ar una inflaci¨®n incipiente. Adem¨¢s del poder¨ªo de la divisa estadounidense, el euro parece estar afectado por la percepci¨®n de la anemia de la econom¨ªa europea (en Francia ha bajado el gasto de los consumidores, y en Alemania, el ¨ªndice de expectativas empresariales cay¨® en abril en vez de subir, como se esperaba) y por la evoluci¨®n del conflicto de los Balcanes. Un euro d¨¦bil contribuye a la competitividad de las exportaciones europeas, pero tambi¨¦n al gigantesco d¨¦ficit comercial americano, lo que ser¨¢ un motivo de fricci¨®n si la econom¨ªa de EE UU se desacelera.
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