Sur de Granada, norte de Almer¨ªa
Rodeados de monta?as. Dej¨¢ndose resbalar por laderas o coronando peque?as cimas. Los pueblos de Las Alpujarras, blancos y orgullosos, salpican un paisaje tan bello como desagradecido para el esfuerzo del hombre que trata de vivir de la tierra en la que naci¨®. Un paisaje aut¨¦ntico, s¨®lo violentado por sinuosas carreteras que rompen el aislamiento con el que la monta?a conden¨® al pueblo. Pero, tras lustros de soledad, rara es la publicaci¨®n tur¨ªstica que no dedica peri¨®dicamente unas p¨¢ginas a esta comarca monta?osa, de naturaleza asombrosa. El enorme n¨²mero de visitantes de alguna de sus zonas, como el barranco del r¨ªo Poqueira, anim¨® al delegado de Turismo en Granada, el andalucista Pablo Serrano, a hablar de "masificaci¨®n". Declaraci¨®n que ha sido r¨¢pidamente contestada por los vecinos de Pampaneira, Capileira y Bubi¨®n. "Aqu¨ª no hay saturaci¨®n", asegura el alcalde de este ¨²ltimo pueblo, Antonio P¨¦rez, tambi¨¦n del PA. "El problema es que faltan servicios e infraestructuras para cubrir las necesidades del turismo", alega. Artesan¨ªa y ecologismo Pero el desarrollo de esta zona no es equiparable al de otras. La Alpujarra granadina es un conglomerado heterog¨¦neo de peque?os pueblos que rara vez superan los mil habitantes. Los 26 municipios de la comarca, con sus incontables anejos, apenas re¨²nen a 27.181 almas. Las localidades que no viven del turismo tratan de recuperar su rica artesan¨ªa para atraer visitantes. Otras, por iniciativas particulares, desarrollan una floreciente agricultura ecol¨®gica. Y alguna, como la m¨¢s alta de Espa?a, Trev¨¦lez, explota su fr¨ªo clima para consolidar su c¨¦lebre jam¨®n. Existen, no obstante, problemas. Como las malas condiciones de las carreteras de acceso, empeoradas por los habituales derrumbes que producen las tormentas. Y la falta de un concepto comarcal, a?orado por los alcaldes de varios municipios. "Tenemos que defender la Alpujarra entre todos y dejar de mirarnos el ombligo", se?ala el alcalde de Lanjar¨®n. Jos¨¦ Ramos cree que los 25 pueblos que constituyen la mancomunidad creada en 1995 tienen una mentalidad "localista": "Luchan por s¨ª mismos, no por la comarca". Antonio P¨¦rez comparte esta opini¨®n. "Entre todos debemos exigir inversiones a las distintas administraciones para mejorar los accesos y los deficientes servicios sanitarios y educativos", anima el alcalde de Bubi¨®n. Por ahora, el dinero est¨¢ llegando de la iniciativa privada. Una empresa de capital canadiense pretende comenzar en octubre las obras de un parque tem¨¢tico ecol¨®gico en Lanjar¨®n. El presupuesto ronda los 5.000 millones. La otra vertiente, la de Almer¨ªa, es otro cantar y a la vez, el mismo. La Alpujarra almeriense, eclipsada en muchas ocasiones por la granadina, acoge apenas 11.000 latidos seguidos. Son los de los vecinos que se distribuyen por la docena de municipios. Doce municipios, la mayor¨ªa humildes en extensi¨®n y pretensiones, de entre los que destaca con nombre propio Laujar de Andarax, capital de la Alpujarra almeriense. Con 1.830 vecinos, Laujar -regido por la socialista Mar¨ªa Teresa Vique- se presenta como el n¨²cleo dinamizador de una comarca relegada en ocasiones, que ahora comienza a ser reconquistada por oleadas cada vez m¨¢s frecuentes de turistas. Encanto con historia Al encanto que les brind¨® la naturaleza, los pueblos de esta zona suman su historia. En Laujar pas¨® una temporada Boabdil, tras ser derrotado por el rey Fernando. Y Laujar ser¨ªa, unos a?os despu¨¦s, la residencia de Aben Humeya, el ¨²ltimo rey andalus¨ª, asesinado por sicarios de su primo Aben Abo. Una buena infraestructura hotelera y de restauraci¨®n ha permitido a la capital de la Alpujarra almeriense mantener el tipo mientras otros municipios cercanos sufr¨ªan con mayor virulencia la espantada migratoria. A s¨®lo cinco kil¨®metros de la salida de Laujar est¨¢ Fond¨®n, con sus 918 habitantes y sus cafeter¨ªas coquetas mirando a la sierra. "Aqu¨ª ya no hay pueblos aislados. Eso se ve m¨¢s en la parte de Granada", asegura un vecino. Beires, Alm¨®cita, Padules y Ohanes se cuentan entre los pueblos m¨¢s peque?os de la zona. En el mismo saco entran R¨¢gol, Instinci¨®n, Illar, Bentarique o Paterna del R¨ªo. En estos pueblos, dominados por un alto porcentaje de personas mayores, las elecciones municipales no suelen reportar excesivas sorpresas frente a las anteriores. PP y PSOE, con contadas incursiones de IU y andalucistas, dominan ambas vertientes. La zona se convierte, por tanto, en un reto para los dos partidos mayoritarios cara a los comicios que se avecinan en ¨¦ste que fue el ¨²ltimo reducto morisco de la Pen¨ªnsula.
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