El Atl¨¦tico se arrastra
El Extremadura deja en evidencia al equipo rojiblanco
El Atl¨¦tico agrand¨® en Almendralejo su problema de conciencia. Se arrastr¨® sin excusas. Se dej¨® pisotear por un equipo menor pero en el que van todos a una, un conjunto que en s¨ª mismo deber¨ªa servirle a los rojiblancos como motivo para no descender, como argumento para enrabietarse y salir del drama. Pero al Atl¨¦tico no le queda f¨²tbol ni verg¨¹enza. Fue humillado por un conjunto desarmado, que suple sus limitaciones con entrega, fe y orden, que disfruta y cree en lo que hace, que no se rinde. Respira el Atl¨¦tico por los terceros, esos aliados de la tabla que, primados o no, volvieron a dejar lejos a los conjuntos de abajo. La promoci¨®n, en cualquier caso, est¨¢ a tres puntos. A esa distancia est¨¢n del Atl¨¦tico el propio Extremadura y el Alav¨¦s.El Extremadura mereci¨® m¨¢s. Se sinti¨® grande y feliz. En el ¨²ltimo tramo del duelo bail¨® literalmente al Atl¨¦tico, donde hubo derrumbamiento general. La humillaci¨®n qued¨® retratada en la ¨²ltima jugada: Gabrich y Manuel recre¨¢ndose en el punto de penalti, pas¨¢ndose el bal¨®n el uno al otro sin decidirse a tirar. Cuando Juninho lleg¨® a la carrera -un gesto de rebeld¨ªa el del brasile?o que no se advirti¨® en los otros-, Gabrich tir¨® y Molina volvi¨® a sacar una mano. Al guardameta le hab¨ªan llegado de todas las maneras posibles en el ¨²ltimo cuarto de hora y segu¨ªa de pie, con la cabeza erguida. S¨®lo ¨¦l, aliado con el palo y la falta de punter¨ªa enemiga, aguant¨® firme el chaparr¨®n. Sus intervenciones evitaron un tanteo m¨¢s doloroso.
EXTREMADURA 2
ATL?TICO 1Extremadura: Gaspercic; ?scar Montiel, Kalla (Pedro Jos¨¦, m. 55), F¨¦lix, David; Viaoud, Esp¨®sito (Poli, m. 82), Belenguer, Soto; Dur¨¦ (Manuel, m. 77) y Gabrich. Atl¨¦tico: Molina; Mena, Santi, Chamot, Serena; Aguilera, Bejbl (Roberto, m. 75), Juninho, Lard¨ªn (Solari, m. 70); Jos¨¦ Mari y Juan Gonz¨¢lez (Torrisi, m. 46). Goles: 0-1. M.15. Jos¨¦ Mari quiebra a David en el medio campo, corre solo la banda derecha, llega al ¨¢rea y centra. Kalla desv¨ªa, el bal¨®n le vuelve a Jos¨¦ Mari, que, con Gaspercic en el suelo, marca a placer. 1-1. M.40. Esp¨®sito saca una falta desde la derecha, el bal¨®n llega al segundo palo y F¨¦lix empuja a la red. 2-1. M. 63. Dur¨¦ desde la esquina derecha del ¨¢rea, conecta una volea dur¨ªsima.. ?rbitro: Medina Cantalejo. Expuls¨® a Santi (m.45) por doble tarjeta. Amonest¨® a Viaoud, Dur¨¦, Belenguer, Pedro Jos¨¦, Chamot, Aguilera, Unos 14.000 espectadores en el Francisco de la Hera.
El Atl¨¦tico naufrag¨® de nuevo. Y eso que el partido se le puso dulce. Los rojiblancos se vieron favorecidos de salida por dos factores ajenos: las reducidas dimensiones del campo y la valiente actitud del rival. Un campo tan peque?o como el Francisco de la Hera se convierte en un problema de consideraci¨®n cuando el adversario se encierra y te espera, cuando los espacios libres se venden caros. Pero no cuando el de enfrente se abre y arriesga. Entonces, basta un regate para plantarte en el ¨¢rea enemiga, un pase profundo para lanzar avisos de gol. El Extremadura, m¨¢s necesitado de puntos, expuso m¨¢s y el Atl¨¦tico lo agradeci¨®: lleg¨® hasta Gaspercic,con claridad y frecuencia, sin tener que recurrir a la elaboraci¨®n, a la distracci¨®n, a los toques precisos, todos esos aspectos tan alejados del juego rojiblanco actual.
Llegando los dos equipos con facilidad a la caja rival, la calidad individual estaba condenada a establecer las diferencias. Y en realidad, as¨ª sucedi¨®: la cosa se puso 0-1 gracias a Molina, que ataj¨® mucho y bien, y a Jos¨¦ Mari, al que le bast¨® con recortar en el medio campo para llegar solo hasta el ¨¢rea. Pero contra la calidad de algunos de los rojiblancos, el Extremadura puso una actitud m¨¢s digna.
Le ayud¨® la expulsi¨®n de Santi tras el 1-1 (el tanto de F¨¦lix fue un modelo de falta de atenci¨®n defensiva en una acci¨®n a bal¨®n parado), pero m¨¢s su predisposici¨®n, su ardor, su ¨¢nimo. Por ah¨ª gole¨® al Atl¨¦tico. Se vio en cada subida: mientras los rojiblancos conduc¨ªan el bal¨®n con desgana, por puro trabajo, un simple ejercicio profesional, los extreme?os viv¨ªan sus ataques con entusiasmo, los convert¨ªan en actos de fe, en aventuras.
Disfrut¨® el Extremadura de la segunda parte, fase en la que el Atl¨¦tico se resquebrej¨® por completo. Impotente, roto en el f¨²tbol y en el ¨¢nimo, el equipo de Antic fue ense?ando uno por uno todos sus pecados. Los colectivos (desorden, falta de recursos, la mediocridad general, la moral por los suelos) y los individuales (Lard¨ªn parece un jugador acabado, Aguilera va por su cuenta, Chamot se autoexcluy¨® del derby). El Extremadura le pas¨® por encima, le pisote¨®, le ridiculiz¨®. S¨®lo Molina se mantuvo de pie; s¨®lo ¨¦l evit¨® que la derrota fuera a¨²n m¨¢s humillante.
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