En tierra por protestar

Un simple "comentario" a la puerta de un avi¨®n puede convertir el disgusto por un retraso de hora y media en una expulsi¨®n del aparato con intervenci¨®n de las fuerzas del orden incluida. El pasado s¨¢bado a mediod¨ªa Antonio Abril, relaciones p¨²blicas del dise?ador de moda catal¨¢n Joaquim Verd¨², fue obligado por la Guardia Civil a abandonar un vuelo de Iberia del puente a¨¦reo Barcelona-Madrid por orden del piloto, que se neg¨® a despegar con ¨¦l a bordo. La acusaci¨®n: increpar a la tripulaci¨®n e instigar al resto del pasaje a la rebeli¨®n. Cuesti¨®n de interpretaciones: para el pasajero el asunto no pas¨® de "un sencillo comentario ir¨®nico" que hizo al sobrecargo al entrar en el avi¨®n y despu¨¦s de hora y media de demora en el aeropuerto de El Prat.Lo que empez¨® como un pl¨¢cido vuelo del puente a¨¦reo -uno m¨¢s de los aproximadamente cinco que realizan a la semana Abril y Verd¨² para atender sus negocios- termin¨® en disgusto. Y el disgusto va ahora camino de seguir hasta los tribunales. "Todo este asunto est¨¢ ya en manos de mi abogada, porque considero que me est¨¢n difamando. Lo que me ha dado rabia es que en el parte de incidencias que elabora Iberia me describan como una persona agresiva, como si hubiese querido dirigir Rebeli¨®n a bordo", explica Antonio Abril.

La peripecia empez¨® el s¨¢bado a mediod¨ªa, cuando Abril y Verd¨² esperaban el vuelo que deb¨ªa llevarles a Madrid. Estaban invitados por la noche a una fiesta en homenaje al fallecido dise?ador Manuel Pi?a. Su avi¨®n ya arrastraba 90 minutos de retraso cuando, hacia las 15.15 horas, se les indic¨® que pod¨ªan embarcar. A partir de ah¨ª las versiones difieren. "Al o¨ªr que me daban las buenas tardes, contest¨¦ que no me parec¨ªan tan buenas, y les coment¨¦ que se ahorraran el disco de "Iberia les da las gracias", porque la gente estaba enfadada", explica Abril. "No s¨¦ si utilice la palabra enfadada o cabreada pero no lo hice en mal tono", a?ade.

Antonio Abril asegura que su comentario fue hecho en un tono tranquilo y, si acaso, algo sarc¨¢stico, pero que la cosa no fue a mayores y, sin m¨¢s incidencias, se dirigi¨® a su asiento. Cuando el pasaje se acomod¨®, un "educad¨ªsimo" representante del instituto armado indic¨® al sorprendido pasajero que el piloto no estaba dispuesto a llevarle en su avi¨®n. De nada sirvieron sus protestas ni la solidaridad de su jefe. Al final, Abril se qued¨® en tierra y viaj¨® a Madrid en el siguiente vuelo. Adem¨¢s de las acciones legales, Abril y Verd¨² han presentado una relamaci¨®n ante Iberia por el trato recibido. Iberia disiente de la versi¨®n de Antonio Abril y sostiene que ¨¦ste accedi¨® al avi¨®n de mal talante: "Con una actitud insultante, diciendo que deber¨ªan despedir a todo el personal. Una parte del pasaje le coreaba y el comandante entendi¨® que esta actitud pod¨ªa ser contagiosa", explica un portavoz de la compa?¨ªa a¨¦rea, que sostiene que el piloto cumpli¨® con su obligaci¨®n al avisar a la Guardia Civil de la presencia de un pasajero conflictivo en el aparato.

El Sindicato de Pilotos de L¨ªneas A¨¦reas (SEPLA), por su parte, apoya al piloto y al sobrecargo, pero no a la compa?¨ªa de bandera. "El sobrecargo advirti¨® al comandante conforme a su experiencia en estos casos. Pero Iberia ha hecho una publicidad tan negativa de los pilotos que el pasajero no sabe a qui¨¦n culpar. Se equivoc¨® al culpar al piloto en vez de a Iberia", dice el portavoz del SEPLA, Santiago Santamar¨ªa.