En el hotel con Magda

Quinto d¨ªa de campa?a. Hoy, ball de gent gran, con Magda Oranich, Leslie, l"Anxoveta, y N¨²ria Feliu. No me dir¨¢n que la cosa no promete. Me visto lo m¨¢s similar a Mari Pau Huguet que da mi ropero y me voy al Hotel Oriente a marcarme unos pasos de inc¨®gnito. Llego en el mismo momento en que lo hace Magda Oranich, quien, en nuestra escena pol¨ªtica, viene a ser una mezcla de Tina Turner y Aram¨ªs Fuster. Va enfundada toda ella en prendas ce?idas gris astronauta, con falda por encima de la rodilla y medias a tono, y lleva unos pendientes que son un cuelgue. La recibe en la puerta Leslie, m¨¢s contento que una anxoveta. Se van directos al micro, pues els avis, que ya han tomado posiciones, empiezan a echarle miradas cari?osas a la mesa de las bebidas y tratan de identificar por qu¨¦ puerta saldr¨¢ el berenar prometido en el programa. Leslie confirma que est¨¢ muy contento de estar all¨ª, aunque no dice si lo est¨¢ tanto como una anxoveta, y cede de inmediato la palabra al torbellino Oranich, que en cuesti¨®n de medio minuto, se ventila: "Volem guanyar/ volem que Barcelona sigui imparable/ volem que sigui m¨¦s catalana/ altres necessiten que vingui gent de Madrid/ nosaltres ens ho fem sols/ i ara anem a ballar un rock/ que ¨¦s de la meva ¨¨poca i de la del Leslie". Arrastra al ex S¨ªrex al centro de la pista, y ah¨ª est¨¢, oh, yeah!, imparable, meneando el esqueleto. Yo, cuando sea mayor, pienso hacer como Magda: jubilarme en Converg¨¨ncia. Se la ve tan bien, tan c¨®moda, tan en su lugar, que a saber por qu¨¦ le habr¨¢ costado tanto llegar hasta ah¨ª. Adem¨¢s, estos bailes que organiza su partido est¨¢n francamente bien, no pienso perderme ni uno. Entre otras cosas porque aqu¨ª no hay cuota alguna de m¨²sica catalana, ?yupi! Se suceden boleros, cha-cha-ch¨¢s, cumbias, rancheras, pasodobles y canci¨®n popular espa?ola a dojo, tipo "no te quieres enterar, ye, ye" y "no te vayas de Navarra", con un buen rollo total. S¨®lo al principio, antes de los parlamentos, Lola, acompa?ada al teclado electr¨®nico por Gildo, ha cantado La gavina voladora, por lo de crear ambiente m¨¢s que nada, pero luego a otra cosa, mariposa. Lola y Gildo, que integran el grupo Cocktail Palace, son gatos viejos en materia de gent gran. Cuando ha aparecido el pan con tomate y jam¨®n por la puerta del fondo, previo aviso de un miembro de la organizaci¨®n de que no hubiera atropellos, que iba a sobrar, se mantienen en un indefinido intermezzo ambiental. "A la hora de la merienda no est¨¢n para nada m¨¢s", me susurra Lola. Andaba yo todav¨ªa valorando mi m¨¢s que posible jubilaci¨®n en Converg¨¨ncia, cuando la irrupci¨®n de la jubilosa N¨²ria Feliu ha acabado de convencerme de que ¨¦se era mi destino. N¨²ria s¨®lo ha dicho "amb la Magda serem imparables" y "jo voto pel ball", pero a m¨ª me ha bastado. Luego ha recorrido la sala, repartiendo cari?o al p¨²blico que tanto la quiere y d¨¢ndole al abanico. No me queda m¨¢s que informarme de la peluquer¨ªa a la que acuden Magda y N¨²ria, que sin duda es la misma, para cortarme el flequillo. Lo siento, Mari Pau, pero hoy he visto la luz.