Savoldelli aparece para mantener la emoci¨®n
Honchar (antes Gontchar) gana una contrarreloj en la que Clavero perdi¨® m¨¢s tiempo del previsto
Savoldelli, el flaco. Savoldelli, el halc¨®n: Savoldelli, cara de ni?o, 26 a?os cumplidos en mayo. Italia se regocija. Paolo Savoldelli, el corredor del Saeco amante de volar bajando, ha llegado al Giro en el momento justo. Carne fresca para enfrentarla a su Marco Pantani; nueva competencia, ahora que llega la monta?a m¨¢s publicitaria, ahora que los viejos h¨¦roes que han mantenido la tensi¨®n, o la ficci¨®n de tensi¨®n, empiezan a parecer cansados. Pantani, Marco, El Pirata. Pantani, el due?o del planeta Giro, el patr¨®n de la carrera. De rosa atacar¨¢ desde hoy los Dolomitas, su verdadero terreno de expresi¨®n. Despu¨¦s de las monta?as que han escrito la leyenda de la carrera italiana s¨®lo quedar¨¢ Mil¨¢n, su podio, su tercera victoria consecutiva en una gran ronda. Giro 98. Tour 98. Giro 99. ?O es adelantar demasiado? No parece.Serhiy Honchar (nombre que antes se transliteraba del alfabeto cir¨ªlico como Serg¨¦i Gontchar), el gran especialista de la potencia y los desarrollos desmesurados, gan¨® un a?o m¨¢s (y van tres) su contrarreloj llana, llan¨ªsima, de Giro (curioso este ucranio de 28 a?os que siempre ha corrido en Italia: sus 10 triunfos en el profesionalismo han sido 10 triunfos en contrarreloj). Laurent Jalabert, el favorito sentimental, no s¨®lo no pudo derrotar al ucranio, tampoco pudo asaltar con fuerza la maglia rosa de Pantani ni aventajar al Pirata en m¨¢s de 57 segundos (1,2 segundos por kil¨®metro): cansancio. Mucho Giro, muchas batallas disputadas, tres etapas ganadas, ocho d¨ªas en rosa. Ivan Gotti, el escalador menudo que se pone de puntillas para lograr que su flequillo alcance la cabeza pelada de Pantani, sigue, aun as¨ª, impotente: nueva derrota en sus cara a cara con el Pirata. Aunque las p¨¦rdidas sean m¨ªnimas, simb¨®licamente, moralmente, son determinantes. 39s m¨¢s ayer, 1.07m en total en todas las contrarreloj, 2.05m entre monta?a y bonificaciones.
Daniel Clavero -el gran derrotado por una contrarreloj que, si se piensa bien, es un ejercicio in¨²til en este Giro, un castigo innecesario para la gran tropa de escaladores que s¨®lo quieren medirse en su terreno- sufri¨® el calor, las rectas, la llanura interminable. No pudo aguantar ni a Pantani (2.04m, m¨¢s o menos lo esperado), ni a Gotti (1.25m, m¨¢s de lo pensado), ni mucho menos al fresco, a Savoldelli (3.25m). Las cuentas se le deshacen al bravo madrile?o. Si son n¨²meros solo, vale. El problema ser¨ªa que tras los n¨²meros se escondiera un descenso en su forma. Mal momento para desfallecer, la v¨ªspera del Manghen y del Alpe de Pampeago.
Divididos
Buen momento para llegar volando, Savoldelli. Espectacular contrarreloj. Qu¨¦ agilidad moviendo los desarrollos; qu¨¦ forma de tomar las curvas, al mil¨ªmetro, a la d¨¦cima, a la velocidad justa por el sitio m¨¢s extremo. 1,80 metros; 68 kilos. Cesenatico est¨¢ dividido: el cu?ado de Savoldelli (el novio de la hermana de su novia) tiene una helader¨ªa en el centro del pueblo m¨¢s pueblo de E Pirata. ?Qu¨¦ hacer? Tifar por los dos. El Halc¨®n, as¨ª le llaman, apareci¨® volando en el descenso de la Fauniera y ha mantenido el vuelo en la planicie v¨¦neta. Se ha acercado a Pantani. Ya est¨¢ a 44s. ?Podr¨¢ mantener el impulso sobre los montes p¨¢lidos?El historial que este protegido del controvertido doctor Michele Ferrari (Savoldelli, ganador en febrero del trofeo Laigueglia, tuvo que declarar, reci¨¦n bajado del podio ante la polic¨ªa italiana sobre los m¨¦todos de entrenamiento y las sustancias propuestas por el m¨¦dico de los campeones) no permite aventurar que su incursi¨®n dolom¨ªtica pueda saldarse con ¨¦xito. Tiene a su favor la frescura con la que ha llegado a la temida tercera semana; tiene en contra su ternura ante hombres hechos y derechos. ?Hasta d¨®nde aguantar¨¢? ?Qu¨¦ har¨¢ hoy cuando el terror¨ªfico Manghen se empine llegado su kil¨®metro 17, sus rampas se conviertan en paredes del casi 10% y Marco Pantani diga "arrivederci"? Jos¨¦ Mar¨ªa Jim¨¦nez, entero e inasequible a la tristeza, lo tiene claro: "Ser¨¦ el primero que salte a su rueda; eso lo saben hasta en Marte". ?Hasta d¨®nde llegar¨¢? Bonito este Giro: por lo menos permite hacerse preguntas nuevas todos los d¨ªas. Y todos los d¨ªas ofrece respuestas sorprendentes.
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