Del desgobierno a la normalidad pol¨ªtica
Hace ahora cuatro a?os miles de personas se manifestaban en Santander en pro de la regeneraci¨®n pol¨ªtica e institucional. As¨ª era de complicada la situaci¨®n. Lazos blancos simbolizaban la protesta ciudadana por la enconada crisis pol¨ªtica as¨ª como la reivindicaci¨®n de la dignidad que se exig¨ªa a los partidos.Cuando seis meses despu¨¦s Jos¨¦ Joaqu¨ªn Mart¨ªnez Sieso, abogado de 44 a?os y diputado regional, accedi¨® a la presidencia de la comunidad (527.000 habitantes) con los votos del PP, del partido de Hormaechea y de los regionalistas, se comprometi¨® antes que nada a buscar la estabilidad y recuperaci¨®n de la operatividad auton¨®mica. Hab¨ªa que responder con urgencia al clamor popular y poner fin al desgobierno.
Hoy, por m¨²ltiples razones que esgrime, la derecha gobernante considera a Cantabria en el camino que conduce a la Arcadia feliz. Contagiado presuntamente del ¨¦xtasis triunfal que embarga al Gobierno central, al presidente c¨¢ntabro, que destaca por su comedimiento y prudencia, se le calent¨® la boca, como suele ocurrir en estas ceremonias, cuando el 21 de marzo pasado, ante 1.600 militantes compareci¨® como candidato a la reelecci¨®n. Enfatiz¨® sobre la reducci¨®n del paro en un 30%, dio por liquidados los problemas de la industria y afirm¨® que proyectos de gran envergadura, como las comunicaciones con el interior de la Pen¨ªnsula y la conclusi¨®n de la autov¨ªa del Cant¨¢brico (en proyecto y por finalizar, respectivamente), el saneamiento de la bah¨ªa de Santander (ya en ejecuci¨®n con un presupuesto de 12.000 millones de pesetas) y la construcci¨®n de la r¨¦plica de Altamira, cambiar¨¢n el futuro de Cantabria. La derecha gobernante se propone, sin mayores precisiones, en cumplimiento de lo que define una "misi¨®n hist¨®rica" situar a Cantabria a la altura de los pa¨ªses de Europa m¨¢s desarrollados. Desde que se transform¨® en comunidad aut¨®noma, Cantabria dispone este a?o del m¨¢s elevado de los presupuestos, 97.500 millones, casi 20.000 m¨¢s que en 1997. La econom¨ªa regional progresa en sincron¨ªa con el conjunto del Estado.
Surgen, sin embargo, las advertencias de los expertos. El profesor Jos¨¦ Villaverde, de la Universidad de Cantabria, alerta en el anuario de El Diario Monta?¨¦s sobre la necesidad de adoptar medidas tendentes a estimular el dinamismo inversor. "El mermado crecimiento de la inversi¨®n durante la mayor parte de 1998 es un factor que no s¨®lo limita la demanda agregada sino que sobre todo da?a la capacidad competitiva futura, coartando as¨ª toda posibilidad de expansi¨®n econ¨®mica estable y sostenida".
Al margen de pol¨¦micas partidarias hay evidentes signos de prosperidad. Por ejemplo, en 1998 se vendieron 18.691 veh¨ªculos, 3.500 m¨¢s que el a?o anterior. Aunque en los ¨²ltimos meses ha descendido la creaci¨®n de empresas, la tasa de paro baja, con 21.489 desempleados en abril.
El pasado invierno, gracias a su taller de psicolog¨ªa, la Universidad de Cantabria descubri¨® el desd¨¦n que los estudiantes sienten aqu¨ª por la pol¨ªtica, as¨ª como su escasa valoraci¨®n de los l¨ªderes regionales hasta el punto de que todos fueron suspendidos. S¨®lo ?ngel Duque, candidato socialista, y Mart¨ªnez Sieso rozaron el aprobado.
Seg¨²n un sondeo de El Diario Monta?¨¦s, populares y socialistas crecer¨¢n a costa de los regionalistas, y la UPCA est¨¢ al borde de su exclusi¨®n del Parlamento auton¨®mico. El PP, con el 44,6% de los votos y 17 o 18 diputados alcanzar¨ªa la mayor¨ªa simple del Parlamento (la absoluta se situa en 20). Los 10 diputados del PSOE se incrementar¨ªan entre cuatro y seis m¨¢s con el 40,7% de los sufragios. Nuevamente los regionalistas se convertir¨ªan en grupo bisagra.
El hecho de que unos 145.000 electores no tengan decidido qu¨¦ votar aumenta la confusi¨®n en el Partido Popular.
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