Compuestas y sin baile
Se quedaron compuestas y sin baile. No falt¨® ning¨²n detalle: medias, malla, falda con vuelo, tacones, pelo recogido, maquillaje y ganas, muchas ganas. Alumnas del Conservatorio de Danza de Almer¨ªa y otras escuelas municipales de flamenco de la provincia se congregaron a las puertas del Pabell¨®n de Deportes de El Ejido, a 30 kil¨®metros de la capital, para asistir a una clase magistral impartida por la bailaora Sara Baras, que actuaba esa misma noche en el municipio. La iniciativa, nacida del propio Ayuntamiento de El Ejido, que estos d¨ªas celebra la XXII edici¨®n de su Festival de Teatro, llevaba meses estudiada y planificada. Las previsiones se desbordaron con m¨¢s de 40 solicitudes. Finalmente 27 alumnas, de entre 12 y 24 a?os, esperaban el jueves impaciente la cita y los consejos de su ¨ªdolo. "Lo que m¨¢s me impresiona es que est¨¦ Sara corrigi¨¦ndote, ?te imaginas?", comentaba una de las chicas, lejos de intuir que la clase so?ada quedar¨ªa, finalmente, anulada. El reloj marcaba las cinco de la tarde, hora prevista para el inicio de la gran experiencia, pero los organizadores informaron del retraso inesperado de la bailaora. "Sara se va a retrasar un poco. Os vais a ir cambiando de ropa", inform¨® uno de los t¨¦cnicos del festival. En un santiam¨¦n, las 26 chicas y el ¨²nico chico del grupo estaban pertrechados. "La mujer se puede escudar en el vestuario. Pero el hombre est¨¢ al aire y encontrar un t¨ªo que baile bien cuesta trabajo. Por eso, cuando lo encuentras, hay que subirlo", razonaba el alumno, de 25 a?os y profesor de la Escuela Municipal de Baile de Pechina, que justificaba as¨ª la fama de Cort¨¦s y Canales. Los comentarios entre bastidores se suced¨ªan entre los participantes con taconeos y palmeos de fondo, m¨¢s de nervios que de precalentamiento. "Es que Sara es muy completa", matiz¨® una estudiante matriculada en sexto de danza espa?ola, "es un ejemplo a seguir porque tiene much¨ªsima fuerza en los pies y luego de cintura para arriba baila much¨ªsimo. Y eso es muy dif¨ªcil, porque la que es buena en una cosa le falla la otra". El tiempo transcurr¨ªa y la Baras no llegaba. A las ocho de la tarde, cuando s¨®lo faltaban dos horas para el comienzo del espect¨¢culo de la artista, Sue?os, las esperanzas comenzaron a flaquear. La te¨®rica hora de pr¨¢ctica con la estrella fue rebaj¨¢ndose en la mente del privilegiado grupo. "Con estar ya aqu¨ª nos conformamos. Si son s¨®lo son diez minutos de clase, pues diez minutos. Me conformo con llevarme un poquito de experiencia y un aporte de curr¨ªculum. Y si puedo robarle alg¨²n pasito...", coment¨® Ingrid, que se hab¨ªa desplazado desde Granada para asistir al evento. "Estoy aqu¨ª por una sorpresa de mi novio. ?l fue quien vio el recorte en la prensa anunciando esto y r¨¢pido lo gestion¨® todo desde Granada". Se hicieron las nueve y cuarto de la noche y la Baras, al fin, lleg¨®. Baj¨® del coche y, tras ser recibida por los organizadores de su espect¨¢culo en El Ejido, entr¨® en el polideportivo, donde la esperaban medios de comunicaci¨®n que le dirigieron varias preguntas: "?Ha cambiado mucho la Sara del a?o pasado a la de ¨¦ste? ?Podr¨ªas resumirnos qu¨¦ veremos en Sue?os?". Despu¨¦s de atender a la prensa lleg¨® el esperado encuentro. Las alumnas de pie, en semic¨ªrculo frente a Baras, que entraba al aforo mientras dec¨ªa: "Lo siento much¨ªsimo. No va a poder ser esta vez. ?Nos hacemos unas fotos?" Aut¨®grafos y flashes se prolongaron durante 15 minutos con sus fans, que hubieron de conformarse con eso y con el espect¨¢culo que comenz¨® minutos m¨¢s tarde. Baras triunf¨® aquella noche. El Ejido se puso en pie y ella se sinti¨® a gusto sobre el escenario.
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