El rostro de Europa
Nunca un pol¨ªtico espa?ol hab¨ªa escalado cotas tan altas en la esfera internacional. El nombramiento de Javier Solana como m¨ªster Pesc, representante de la pol¨ªtica exterior y de seguridad com¨²n de la UE, por el Consejo Europeo reunido en Colonia, supone a la vez un reconocimiento por su gesti¨®n al frente de la OTAN en momentos dif¨ªciles y un deseo de la UE de tomarse en serio sus carencias diplom¨¢ticas y de defensa. Solana, de 56 a?os, f¨ªsico de profesi¨®n, antiguo pacifista, socialista desde los sesenta, ministro de cuatro carteras diferentes, se sit¨²a en la estela de otros espa?oles con altos cargos en organismos internacionales, como su t¨ªo abuelo Salvador de Madariaga o Pablo de Azc¨¢rate, ambos en la Sociedad de Naciones, o Federico Mayor Zaragoza al frente de la Unesco.El mismo d¨ªa en que Milosevic se plegaba a las exigencias de la OTAN, la candidatura de su secretario general suscitaba el consenso para poner en marcha esa pol¨ªtica exterior y de seguridad europea. Resulta lamentable la mezquindad de Aznar frente al acuerdo que se estaba fraguando en torno a Solana: el presidente del Gobierno espa?ol fue casi el ¨²ltimo en sumarse a una iniciativa que encabez¨® su amigo Blair y a la que se sumaron de inmediato Schr?der y Chirac.
La crisis de Kosovo ha terminado de convencer a la UE de la necesidad de resolver su clamoroso d¨¦ficit en defensa y pol¨ªtica exterior. La elecci¨®n de Solana -"a pesar" de ser secretario general de la OTAN, como coment¨® con sorna el ministro franc¨¦s Hubert V¨¦drine- marca el principio de una nueva etapa en la UE hacia el desarrollo de una identidad defensiva europea aut¨®noma de Estados Unidos. La experiencia de Solana al frente de la OTAN en tiempo de crisis ha sido un aval para su nombramiento como Mr. Pesc, que tendr¨¢ entre sus cometidos inmediatos desarrollar un pilar defensivo europeo y convertir al olvidado Eurocuerpo (integrado por efectivos alemanes, franceses, espa?oles, belgas y luxemburgueses) en una fuerza de intervenci¨®n r¨¢pida para situaciones de crisis.
Al amparo del reci¨¦n estrenado Tratado de Amsterdam, la UE decidi¨® tambi¨¦n ayer lanzar su primera "estrategia com¨²n" justamente hacia Rusia. Solana tendr¨¢ que recuperar lo que fue hasta hace unos meses su mayor acervo al frente de la OTAN, las buenas relaciones con Rusia, seriamente resquebrajadas por la crisis de Kosovo. La cumbre de Colonia ha inaugurado una nueva din¨¢mica, hacia una Europa m¨¢s pol¨ªtica, tras haber puesto en pie una uni¨®n monetaria, pero no econ¨®mica. Ayer mismo el Consejo Europeo aprob¨® un Pacto para el Empleo que no deja de ser un cat¨¢logo de buenas intenciones nacionales, vac¨ªo de contenido, al tiempo que convocaba para el primer semestre del 2000 una cumbre extraordinaria sobre las "reformas econ¨®micas y estructurales" en la UE.
No se ha resuelto la crisis de liderazgo europeo, pero al menos hay un proyecto en marcha. Y Europa siempre ha necesitado un proyecto para avanzar. Ahora lo tiene por partida triple: la PESC y la defensa, la ampliaci¨®n al Este y un plan para estabilizar la Europa balc¨¢nica, al que los mandatarios decidieron que no tendr¨¢ acceso Serbia mientras no se instaure una democracia, una clara se?al de que Milosevic debe dejar el poder.
Solana no cambiar¨¢ de despacho en Bruselas hasta enero pr¨®ximo. Entre tanto, m¨¢s que pensar en inventar contenidos para su futuro cargo europeo, a¨²n le queda una dif¨ªcil labor que hacer en Yugoslavia, y en general en los Balcanes, que no se van a pacificar de la noche a la ma?ana, aunque termine al fin la guerra de Kosovo. Es un signo positivo que el comandante supremo de la OTAN en Europa, el general Clark, y el jefe del Estado Mayor yugoslavo hayan establecido contacto telef¨®nico, y que se haya convocado para hoy una reuni¨®n en la frontera macedonia entre militares de una y otra parte para resolver t¨¦cnicamente la prometida retirada militar serbia de Kosovo, la llegada de una fuerza internacional, y el esperado alto el fuego, que se reclama ya con urgencia.
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