Indonesia entierra ma?ana 30 a?os de dictadura con la elecci¨®n de su Parlamento
Los estudiantes y la polic¨ªa protagonizan violentos enfrentamientos en las calles de Yakarta
ENVIADO ESPECIALDoscientos diez millones de indonesios se convertir¨¢n ma?ana en la tercera democracia del mundo, al elegir el Parlamento llamado a enterrar tres d¨¦cadas largas de dictadura de Suharto, nacida en un ba?o de sangre nacional a mediados de los sesenta y derrocada el a?o pasado en una revoluci¨®n popular que cost¨® 1.200 vidas en Yakarta. Megawati Sukarnoputri es la gran favorita para las elecciones parlamentarias de este lunes, pero lo decisivo en el sistema presidencial indonesio es qui¨¦n ocupa la jefatura del Estado.
El Golkar, el partido de Suharto y del presidente Yusuf Habibie, aspira a conservar la presidencia, que emanar¨¢ en noviembre del Parlamento que ahora se elige. La continuidad del Golkar en el poder arrojar¨ªa a Indonesia al caos. Ayer se produjeron choques entre polic¨ªas y estudiantes que se manifestaban contra el poco calado de las reformas en el sistema pol¨ªtico indonesio, enfretamiento que se sald¨® con varios heridos. La polic¨ªa ha reforzado sus posiciones tanto en la capital como en el conflictivo enclave de Timor Oriental. La ¨²ltima vez que los indonesios votaron libremente fue en 1955. El r¨¦gimen de Suharto s¨®lo permiti¨® luego la presencia de tres partidos que ritualmente concurr¨ªan a las urnas para que, de pucherazo en pucherazo, el Golkar obtuviera tres de cada cuatro votos. La farsa se ha acabado, pero el futuro es una gran inc¨®gnita."Vota al partido que quieras, pero tenemos que estar unidos", se le¨ªa en una pancarta que ayer llevaba un peque?o grupo de estudiantes concentrados ante el Monumento de la Bienvenida, levantado por Sukarno en 1962 como un doble pilar de hormig¨®n de 40 metros de altura, rematado por una pareja en bronce que saluda a los que llegan a la capital. El Monumento de la Bienvenida se ha convertido en el escaparate pol¨ªtico de Indonesia, y ayer un pu?ado de estudiantes, preparados con equipo de escalada, se encaram¨® a ¨¦l para protestar "contra el statu quo".
Los estudiantes ya no son la fuerza de mayo de 1998, cuando acabaron con Suharto, aunque Andy, de 22 a?os y alumno de ingenier¨ªa qu¨ªmica, dice que seguir¨¢n planteando exigencias a quienes formen el Gobierno. "Nos da igual qui¨¦n gane, pero controlaremos al Gobierno desde fuera para que acabe con el statu quo y avance en la reforma", asegura Andy, excesivamente optimista sobre la capacidad de las fuerzas estudiantiles.
Los partidos, 48 en total, han tomado el relevo de los estudiantes, aunque s¨®lo un pu?ado de esa sopa de letras tiene viabilidad. C¨®mo construir el futuro del pa¨ªs no ha sido objeto de debate en esta campa?a, carente de propuestas program¨¢ticas detalladas. Los grandes temas han sido la democratizaci¨®n, la futura presidencia, las personalidades pol¨ªticas en liza. Los indonesios carecen de cultura pol¨ªtica convencional, pero sienten instintivamente que Megawati les puede traer el cambio. "Si el Golkar es realmente nuevo, que lo demuestre en los tribunales", se?ala Andy, que quisiera tambi¨¦n ver en el banquillo a Habibie, como heredero del r¨¦gimen de Suharto, a cuyo lado el hoy presidente se hizo pol¨ªticamente durante m¨¢s de 20 a?os.
Megawati, con el color rojo y un toro enfurecido como signos distintivos de su Partido Democr¨¢tico de Indonesia por la Lucha (PDI-P,) presidi¨® el jueves en Yakarta un mitin con cientos de miles de personas. "Hemos sido oprimidos durante muchos, muchos a?os. Nos han ignorado durante muchos, muchos a?os, pero ahora podemos ganar", dijo a una enfebrecida multitud la hija de primer presidente de la Indonesia independiente. "No vend¨¢is vuestro voto". Era un pertinente recordatorio de c¨®mo act¨²a el Golkar, que, si bien parece haber ca¨ªdo en desgracia en las grandes ciudades, atesora enorme influencia en las zonas rurales. Es un enigma qu¨¦ pueda hacer el Golkar ma?ana, si bien se puede aventurar que en las zonas rurales y apartadas no le ir¨¢ mal, dado el conservadurismo natural de ese electorado, no tan perjudicado por la crisis como el urbano, y la presencia de los caciques. Un da?o limitado y posibles alianzas en el futuro con partidos menores brindar¨ªa a Habibie la oportunidad de seguir en la presidencia, perspectiva t¨¦cnicamente posible, pero pol¨ªticamente insoportable. "Gane leg¨ªtimamente o no, habr¨¢ una gran crisis en Indonesia si Habibie sigue como presidente", aventura una fuente diplom¨¢tica. Otros dos grandes partidos intentan, junto al de Megawati, arrinconar al Golkar: el Partido del Despertar Nacional, del respetado l¨ªder musulm¨¢n moderado Abdurrahman Wahid, con ascendiente en el campo, y el Partido del Mandato Nacional, de Amien Rais, m¨¢s urbano y dirigido por un l¨ªder con carisma y una acreditada trayectoria de lucha contra el r¨¦gimen.
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