Lamento por un solidario
Enrique Aller, cooperante de la Uni¨®n Europea, perdi¨® la vida en la madrugada del lunes en un accidente de tr¨¢fico en la regi¨®n peruana de Ayacucho. Con ¨¦l falleci¨® tambi¨¦n una joven bi¨®loga coru?esa, Mercedes Arteche, colaboradora de la ONG Asociaci¨®n de Amigos de las Mujeres Altoandinas, y el conductor que los acompa?aba, un funcionario local. El veh¨ªculo se estrell¨® contra un cami¨®n, en medio de la niebla. Nacido en Lal¨ªn hace 51 a?os, Enrique hab¨ªa llegado a Ayacucho como director del programa Desplazados contra la Violencia. Siempre ligero de equipaje, fue ¨¦ste el final de una larga e intensa ruta solidaria que inici¨® en su propia Galicia. Activo opositor a la dictadura en sus a?os de estudiante, se destacar¨ªa m¨¢s tarde como abogado laboralista y desinteresado colaborador de los sindicatos que emerg¨ªan de la clandestinidad. Fue uno de los promotores del semanario de izquierdas y galleguista Teima. La puerta de su despacho siempre estaba abierta, y el bufete, primero en Santiago y luego en A Coru?a, era un puerto de acogida sin miedo al temporal. Incluso f¨ªsicamente, ten¨ªa los rasgos de una estirpe ind¨®mita, amante de la libertad. Alto, jovial, destemido (botado para diante, es la expresi¨®n gallega), su mirada y su coraz¨®n anticipaban la generosa zancada. Cuando intuy¨® que se hab¨ªa terminado un ciclo profesional y pol¨ªtico, esa mirada anticipadora le llev¨® a otros lugares sacudidos por los temporales de la historia. Y a partir de los ochenta continu¨® su ruta solidaria, aportando saber y pundonor jur¨ªdico, por Nicaragua, Bolivia y Palestina. La ¨²ltima vez que lo vimos fue en la Navidad pasada. Jugaba un partido de f¨²tbol con sus amigos coru?eses. Enrique empez¨® el encuentro algo agarrotado, pero acab¨® luchando como si fuera un aspirante juvenil. As¨ª era. Ten¨ªa la resistencia y la velocidad de un coraz¨®n grande. El adi¨®s ha sido en Ayacucho, entre la niebla monta?osa, y aun desde el p¨¦same cabe decir que muri¨® como quer¨ªa. En acto de servicio, con su bufete a cuestas, all¨ª donde se le necesitaba.
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