Yvonne Loriod, viuda de Messiaen, cree que los discos aseguran el legado del compositor
La pianista francesa, que toc¨® ayer en Madrid, pronuncia hoy una conferencia
"Era incapaz de matar una mosca". As¨ª recuerda a Olivier Messiaen (Avi?¨®n, 1908-Par¨ªs 1992) su viuda, Ivonne Loriod. Pianista de prestigio desde los a?os cincuenta, hoy es la guardiana de las esencias del compositor franc¨¦s, al que se unir¨¢ siempre a la religiosidad y la naturaleza. Toc¨® ayer al piano en el Auditorio Nacional la pieza de su marido Des canyons aux ¨¦toiles y hoy pronuncia una conferencia en la Residencia de Estudiantes, en Madrid, donde asegur¨® que la m¨²sica de su marido "sobrevivir¨¢ con toda su pureza por las grandes grabaciones que se han hecho".
, Lleva una cruz de oro que reluce entre una blusa violeta, o nazarena, mejor dicho. Siempre sonr¨ªe, hasta cuando ajusta cuentas. Anda con una solemne lentitud sobre la que pesa una setentena de a?os a descifrar -que, por otra parte, no le impidi¨® acabar de ensayar a la una de la madrugada anteayer- y describe el trabajo de su marido, uno de los compositores m¨¢s importantes del siglo, con la pasi¨®n de quien presume de tener el carnet de socio honorario de un club de fans. "Fui su esposa y no me importa que en las entrevistas que me hacen hablemos m¨¢s de ¨¦l que de m¨ª. Es un honor", asegura. Por eso, sus ocupaciones principales, aparte de sus clases y sus conciertos - "cada vez menos", remarca-, es la contestaci¨®n y atenci¨®n diaria a las cartas de los estudiosos y admiradores del m¨²sico y la preparaci¨®n de la edici¨®n de siete tomos que encierran todas las grandes aportaciones de Olivier Messiaen al mundo de la m¨²sica. "Cada tomo tiene 650 p¨¢ginas; vamos por el quinto. En el primero aborda el ritmo; en el segundo, el canto gregoriano; en el tercero, los conciertos de piano de Mozart, y en los siguientes, la obra de Claude Debussy, el color en la m¨²sica y un tratado de ornitolog¨ªa que trata de todas las especies de p¨¢jaros que hay en el mundo". Al fin y al cabo, los p¨¢jaros cantan y su m¨²sica fue uno de los motivos m¨¢s importantes en la obra del franc¨¦s, que, entre otras cosas, pasar¨¢ a la historia por obras como Despertar de los p¨¢jaros o P¨¢jaros ex¨®ticos, y ¨¦sta interpretada ayer, Des canyons aux ¨¦toiles, que se le encarg¨® en Estados Unidos hacia 1972 y gracias a la cual le dieron su nombre a dos monta?as en Utah. "Fue una obra que compuso inspir¨¢ndose en el Ca?¨®n de Bryce; estuvimos all¨ª 15 d¨ªas y Messiaen -siempre le llama por el apellido, como una estudiante del conservatorio- se pasaba solo a cielo abierto de la ma?ana a la noche escuchando a los p¨¢jaros. Cuando lo estrenamos, el gobernador de Utah nos dijo que quedaban dos monta?as sin nombre en el ca?¨®n y que ser¨ªa un honor para ellos el poder llamarlas Messiaen", recuerda.
Obras para ¨®rgano
Pero las aportaciones de este artista a la composici¨®n en el siglo XX no quedan en piezas para piano y en esta ¨®pera. Messiaen escribi¨® obras para ¨®rgano monumentales -El banquete celeste, la Misa de Pentecost¨¦s o el Libro del ¨®rgano- que ¨¦l mismo interpretaba en la iglesia de la Trinidad, en Par¨ªs, de donde fue organista desde 1931 hasta su muerte. Tambi¨¦n atac¨® la m¨²sica de c¨¢mara, de la que dej¨® una pieza bandera como ¨¦l, Cuarteto para el fin de los tiempos. "Lo compuso en el campo de concentraci¨®n", cuenta Loriod. Corr¨ªa el a?o 1941 y un fr¨ªo asesino en aquel stalag VIII A, cercano a Gorlitz, hoy territorio de Polonia. Messiaen hab¨ªa sido capturado por los alemanes, pero pudo estrenar su obra ante 5.000 prisioneros el 15 de enero de 1941. "Pidi¨® que le hicieran centinela para estar solo por las noches y poder pensar tranquilo en su m¨²sica; imag¨ªnese, con las manos llenas de saba?ones por el fr¨ªo y comiendo ¨²nicamente una raci¨®n de sopa de grasa de ballena". Las secuelas de aquellos tiempos no le dejaron jam¨¢s. "Le afectaron al cerebro", dice.
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