Una italiana irrumpe en la fiesta

, Eva Bianchini naci¨® en Florencia (Italia). Un sitio equivocado. Ya lo sab¨ªa cuando ten¨ªa 14 a?os y su gran afici¨®n era "hurgar por las agencias de viajes en cualquier revista en que apareciera Espa?a". Se compr¨® un diccionario de castellano y le dio por escuchar la radio que hablaba en ese idioma. Por fuerza, acab¨® tropez¨¢ndose con el mundo de los toros y a partir de entonces se dedic¨® a recortar las cr¨®nicas taurinas que aparec¨ªan en los peri¨®dicos espa?oles. As¨ª comenz¨® el gui¨®n que ha dise?ado minuciosamente para su vida y que ahora, con 20 a?os y cinco novilladas de ¨¦xito, est¨¢ completando. A los 15 a?os se fabric¨® una muleta con la que dibujaba amapolas en el aire sin mucho arte. Ese mundo extra?o le fascinaba, y, a base de leer a Hemingway, logr¨® convertir "el gusanillo" en una forma de vida en la que ha puesto todo su empe?o. Un a?o m¨¢s tarde convenci¨® a sus padres para viajar a Espa?a. Tres d¨ªas en Sevilla fueron suficientes para afianzar su sue?o: "Aqu¨ª la gente es diferente, optimista. Los andaluces saben disfrutar de valores que en otros sitios se han perdido. En la Feria de Abril y en el Roc¨ªo todos van como hermanos". Eva volvi¨® a Italia, pero ya no se apellidaba Bianchini. Ya era Eva Florencia, el nombre con el que se enfrentar¨¢ pronto a un toro si hay suerte. A pesar de ser italiana, su historia es de manual, la de un maletilla espa?ol de los a?os sesenta, salvo en una cosa: ella no quiere sacar a su familia de la pobreza, m¨¢s bien ha cambiado un hogar confortable por una vida literaria. A los 17 a?os se escap¨® de su casa para cambiar de pa¨ªs y de vida. La aventura dur¨® apenas dos semanas. Su padre y el c¨®nsul fueron a buscarla y la devolvieron a Italia. No se conform¨®. Abandon¨® los estudios y trabaj¨® unos meses de camarera; lo justo para ahorrar un dinerillo, alcanzar la mayor¨ªa de edad y regresar a Espa?a. "Me aloj¨¦ en un piso en la Macarena. ?Soy tan de la Macarena! Cuando me fugu¨¦ llevaba el pasaporte caducado y era menor de edad. Rec¨¦ a la Virgen para que la polic¨ªa no se diera cuenta", recuerda con su voz baja y casi t¨ªmida. Una vez en Sevilla, se apunt¨® en la escuela taurina. Recuerda con orgullo sus primeros tentaderos, a los que iba en bicicleta o en autoestop: "La primera vez que me puse delante de una vaquilla me peg¨® ocho revolcones". El torero Jos¨¦ Luis Parada gui¨® su mano en aquella ocasi¨®n y no ha dejado de hacerlo hasta hoy. Ahora vive con el banderillero Antonio V¨¢zquez, El Vinagre, en un pueblo del norte de Huelva, Higuera de la Sierra. Desde la casa encalada, con vigas de madera, humilde y fresquita, se ve la plaza de toros donde entrena por las ma?anas con el maestro Parada. All¨ª ha conseguido, en s¨®lo dos novilladas, seis orejas y dos rabos. Los cosos de Los Palacios y de Carmona (Sevilla), ya plazas mayores, suman a sus triunfos otras seis orejas. "Eva tiene m¨¢s valor que arte", dice emocionado El Vinagre, que ya no acude "ni siquiera al callej¨®n", porque no puede soportar que ella se plante con descaro ante los cuernos de las vaquillas. "Es una emoci¨®n fuerte. Me realizo, me siento viva. Es algo que no se puede explicar", dice la italiana. Asegura que no tiene miedo, salvo a "quedar mal delante del p¨²blico". Tampoco teme que un d¨ªa tenga que retirarse, como Cristina S¨¢nchez, porque los toreros no quieran medirse en el cartel con una mujer. "Este mundo es muy machista, pero acaba de abrirse y en unos a?os las cosas cambiar¨¢n". Por si acaso, ha encargado su primer traje de luces de color verde, "el de la esperanza". Y El Cordob¨¦s le ha regalado otro, fucsia y oro. Hace a?o y medio que no va a Italia. Sus padres han venido a verla y ella les devolver¨¢ la visita en Navidad. Despu¨¦s, todo seguir¨¢ igual. Asegura que no es supersticiosa, pero lleva los ritos taurinos al pie de la letra: reza un poco delante de unas im¨¢genes antes de salir a la plaza y su montera nunca est¨¢ sobre la cama. La devoci¨®n que siente por ella El Vinagre completa su biograf¨ªa: "Es la ¨²nica torera extranjera y la ¨²nica novillera que ha conseguido un rabo en la plaza de El Alamillo [Sevilla]", dice el banderillero mientras le limpia las botas y Eva se enfunda el traje campero para salir a la plaza y hacerse unas fotos para la prensa. Ya no tiene que recortar cr¨®nicas taurinas de toreros famosos. Pronto coleccionar¨¢ las cr¨®nicas de su propia historia. ?Llena de ¨¦xitos?