Un "dol?ainer" con swing

Pasqual Juan Rochera no es de Nueva Orleans; ni siquiera ha navegado por el Misisip¨ª. Pasqualet de Vila-real se dedica a poner aislantes en las casas, a pegar moquetas, a la ebanister¨ªa y a trabajar la tierra. Pero este miembro de Xarxa Teatre vive para la m¨²sica. El grupo con el que acaba de debutar, Pasqualet Swing Band, es un cuarteto que gira en torno a una dol?aina hecha de madera de palo santo que ofrece la pieza Summertime en una versi¨®n sui generis que har¨ªa las delicias del propio Gershwin. Quien hace sonar divinamente ese primitivo instrumento ha tenido un aprendizaje de medio siglo. "Con 12 a?os ya tocaba el flaut¨ªn en la banda. En cuanto tuve dinero", recuerda, "me compr¨¦ mi primer clarinete". Su primera dol?aina aprendi¨® a tocarla solo y tocaba todo lo que pillaba: "En mi casa ten¨ªamos una acorde¨®n de feria y una bandurria y los hac¨ªa sonar". En 1997, El gre?a, como tambi¨¦n se le conoce, grab¨® un disco compacto, e incluy¨® en ¨¦l temas m¨¢s propios del jazz y de la m¨²sica latina. Ahora, en el Pub Terra de Castell¨®n, local de actuaciones en vivo, la banda presenta temas como Cinque minuti ancora, un cha cha ch¨¢ con ritmo de swing. "Es un atrevido", comentan el resto de miembros de la formaci¨®n musical. Con los ojos cerrados, presionando fuerte la ca?a con la boca para sacarle m¨¢s partido al instrumento, Pasqualet ofrece con su dol?aina obras como Las tardes del Ritz, Rio grande do sud o el ritmo afrocubano Tab¨². "Esto no tiene nombre", dice Jos¨¦ Clemente, el benjam¨ªn, que toca el bajo, "es como introducir una corneta en una orquesta". Los otros dos m¨²sicos son viejos conocidos de Pasqualet. El dol?ainer dice que a Juan Igual, El Cardenal, de Vila-real (piano y acorde¨®n) y a Ximo Franc, Mor¨®n, de Betx¨ª (percusi¨®n) los conoce "de antes de nacer". Con ellos dos se embarc¨® a principios de los ochenta en una aventura art¨ªstica llamada Xarxa Teatre. Desde entonces, las giras con dicha compa?¨ªa les han hecho recorrer m¨¢s de 20 pa¨ªses. "Europa nos la hemos pateado por entero", afirma Pasqualet. All¨¢ donde han ido, su pasaporte ha sido la m¨²sica y su idioma, el instrumento de cada cual. Ponen la misma pasi¨®n en una estaci¨®n de tren que subidos al escenario: "En Xarxa somos como una familia, nos llevamos todos muy bien", apunta el bater¨ªa. "Ello hace que despu¨¦s de cenar en las giras, si el sitio lo permite, montemos un poco de juerga, unos divertidos ensayos improvisados". La dol?aina es un instrumento poco sofisticado: "Lo dif¨ªcil es la afinaci¨®n, sirve sobre todo para piezas folkl¨®ricas y sencillas", reconoce el alma de este cuarteto de swing. Con la dol?aina hay notas que no se pueden sacar y por eso hay temas que se desechan del repertorio. Desde 1957, Pasqualet ha venido actuando en pasacalles, fiestas de toros, bailes populares y procesiones. Conocido ya en todas las comarcas valencianas, con Xarxa le lleg¨® el turno de dar la vuelta al mundo: "Mi mujer est¨¢ orgullosa", dice en tono ir¨®nico, "de que no estemos nunca en casa". Dispuesto a dar muchos conciertos con su banda de swing, es un hombre vitalista, y ya es el referente de toda la compa?¨ªa teatral de Vila-real. Con su peculiar forma de entender la m¨²sica, no sabe d¨®nde para Montreaux, pero qu¨¦ m¨¢s le d¨¢.