Gil consolida un movimiento antisistema
El gilismo no tiene ideolog¨ªa, conf¨ªa s¨®lo en la eficacia de la gesti¨®n y se salta las normas administrativas y burocr¨¢ticas si hace falta.
, Al principio nadie se tom¨® en serio la irrupci¨®n de Jes¨²s Gil en la pol¨ªtica. M¨¢s tarde pareci¨® una an¨¦cdota graciosa. Ya era famoso como presidente del Atl¨¦tico de Madrid y tras su elecci¨®n como alcalde se convirti¨® en estrella de Tele 5 en 1991. Desde un jacuzzi hac¨ªa de ingenioso buf¨®n. Gil hace un chiste sobre su desembarco en la ciudad: "Marbella se llamaba entonces for sale, todo se vend¨ªa". Y reconoce que se present¨® por sus negocios: "Yo me estaba jugando una inversi¨®n aqu¨ª de 20.000 millones de pesetas". Ahora ya nadie se r¨ªe. "Debajo de la gracia, un hombre de negocios usa ilegalmente la representaci¨®n popular para ganar dinero", dice el vicepresidente del PP en M¨¢laga, Joaqu¨ªn Ram¨ªrez. Gil creci¨® en las elecciones de 1995. Se present¨® en cinco municipios con el Grupo Independiente Liberal (GIL). Su hijo sac¨® la mayor¨ªa absoluta en Estepona y ¨¦l repiti¨®. Jos¨¦ Luis Centella, diputado de IU en el Congreso, denuncia que compr¨® concejales del PSOE, IU y el PP para hacerse con Casares y Manilva. El caso m¨¢s escandaloso fue el de Antonio Parra, antiguo alcalde comunista de Manilva, que vot¨® al candidato gilista en una moci¨®n de censura. Gil admite que coloc¨® a Parra en una empresa de la Mancomunidad de la Costa: "No puedo dejar tirada a una persona perseguida y humillada". Y ahora el hombre de negocios, cercado judicialmente por varios procesos, dobla su apuesta y presenta 13 candidaturas con las que intenta el asalto a Ceuta y Melilla, La L¨ªnea y San Roque en C¨¢diz y la Costa del Sol occidental. Gil consolida as¨ª la implantaci¨®n en el sur de un movimiento antisistema que desprecia a los pol¨ªticos tradicionales. Esta organizaci¨®n se jacta de no tener ideolog¨ªa y conf¨ªa s¨®lo en la eficacia de la gesti¨®n, salt¨¢ndose las normas burocr¨¢ticas si hace falta. Los negocios particulares de esta familia y los asuntos p¨²blicos se gestionan desde el despacho privado de Gil. ?l asegura que no mezcla unos intereses y otros. Pero las imputaciones de malversaci¨®n, prevaricaci¨®n y falsedad documental lo ponen en entredicho. El fen¨®meno se extiende de manera desigual. En la costa malague?a s¨®lo tiene aseguradas Marbella y Estepona. Las encuestas le conceden uno o dos concejales en Fuengirola y Benalm¨¢dena, donde se presenta su yerno, y cuatro o cinco en Mijas y Ronda. Su aparici¨®n no altera la hegemon¨ªa de los alcaldes actuales. ?sta es otra caracter¨ªstica del movimiento: s¨®lo gana en sociedades desesperanzadas. As¨ª, el hundimiento de los socialistas en Marbella y su mala gesti¨®n, que ni ellos discuten, fue el primer escal¨®n de Gil hacia el poder. Mejores expectativas tiene en Ceuta y Melilla. Sus planes, si ganara, no son claros: ¨¦l dice que "es un invento que vayan a convertirlas en para¨ªsos fiscales" y su hijo elogia la f¨®rmula. Ambas ciudades aut¨®nomas tienen transferidas las competencias de juego, otro negocio que interesa a la familia. El PP ha anunciado que no pactar¨¢ en ning¨²n caso con Gil. Es una novedad. En mayo de 1995, en pleno auge del "?v¨¢yase, se?or Gonz¨¢lez!", los dirigentes regionales tuvieron la tentaci¨®n de aplicar la doctrina Aznar, servirse de Gil para llegar a acuerdos en alg¨²n municipio y ayudarse para la instalaci¨®n del PP en la Diputaci¨®n de M¨¢laga y de Gil en la Mancomunidad de la Costa del Sol. Jes¨²s Gil Mar¨ªn ha dicho que se celebraron varios encuentros y una cena en casa de su padre. El PP no lo ha desmentido. Ahora, sin embargo, todos al un¨ªsono critican a Gil su escaso talante democr¨¢tico. Un ejemplo diario es el peri¨®dico municipal de Marbella, La Tribuna, que hace una descarada propaganda de los 13 candidatos gilistas e insulta a sus adversarios pol¨ªticos. Tambi¨¦n le reprochan que quiera secuestrar la voluntad de quienes tratan con el Ayuntamiento. El municipio le arrend¨® una gran casa a los hermanos Ma¨ªz, por 750.000 pesetas al mes, y la convirti¨® en conservatorio de Marbella. Antonio Ma¨ªz pertenece a un coro rociero al que Miriam Gil invit¨® a cantar en su boda. La aparici¨®n de Ma¨ªz como n¨²mero 15 en la lista del PP fue tomada por Gil como una "traici¨®n" y prohibi¨® su asistencia: "A nivel personal, lo consider¨¦ una decepci¨®n. Yo act¨²o por cuestiones de lealtad, de dignidad". Ma¨ªz, primer presidente de la UCD en Marbella, tiene una respuesta distinta: "?l no es mi enemigo, sino mi alcalde. Y yo firm¨¦ un contrato con el Ayuntamiento, no un compromiso personal con ¨¦l".
Una secta
Otros pol¨ªticos dicen cosas peores. "El gilismo es una enfermedad grave de la democracia; y su l¨ªder, el jefe de una secta", afirma Isabel Garc¨ªa Marcos, portavoz del PSOE en Marbella desde 1991. Ella es la aut¨¦ntica bestia negra de Gil. Ha promovido la actuaci¨®n de la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n en los casos en que el alcalde est¨¢ imputado: "En el Ayuntamiento hay personas que se han llevado dinero de las arcas municipales. Y tienen un poder econ¨®mico detr¨¢s que procede de tr¨¢ficos ilegales y tiene que ver con la mafia". Sea o no una enfermedad el gilismo, lo cierto es que los dos grandes partidos nacionales presentan m¨¦dicos como alternativa. El pediatra Diego Maldonado (PP), actual responsable de Cultura en la Diputaci¨®n de M¨¢laga, considera que "Gil confunde su mayor¨ªa absoluta con el poder absoluto y coloca la arbitrariedad y el autoritarismo por encima del di¨¢logo y la democracia". La Comisi¨®n de Urbanismo de M¨¢laga tiene suspendido el plan de ordenaci¨®n urbana de la ciudad. El Ayuntamiento quer¨ªa declarar suelo urbanizable 30 kil¨®metros cuadrados, que inclu¨ªan terrenos de alto valor ecol¨®gico. Para la directora general de Urbanismo de la Junta de Andaluc¨ªa, Josefina Cruz, "Marbella ten¨ªa un buen modelo de ciudad, con zonas verdes abundantes y ¨¢reas residenciales bien distribuidas; es posible cambiar ese criterio en alg¨²n sitio, pero lo alarmante del plan de Gil era la destrucci¨®n sistem¨¢tica de esa estructura urbana". La amenaza de una Marbella llena de torres es una realidad. Sean Connery se ha marchado y vende su casa de primera l¨ªnea de playa porque le han construido al lado un bloque de cinco plantas. No es que el agente 007 huya asustado. La seguridad es una de las divisas de Gil. Aunque, como dice Francisca Caracuel, la n¨²mero dos de la lista del PP, "en la ciudad m¨¢s segura del mundo, ?por qu¨¦ va siempre el alcalde rodeado de guardaespaldas?".
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