Polic¨ªas en apuros
Tres agentes antisecuestros denuncian en M¨¦xico que la corrupci¨®n de Ciudad Ju¨¢rez les ha llevado a la c¨¢rcel.
, Tres polic¨ªas mexicanos que cumplieron en Espa?a un curso de superaci¨®n profesional y decencia y regresaron a M¨¦xico para investigar la desaparici¨®n de personas, sufren prisi¨®n en Ciudad Ju¨¢rez con cargos de secuestro. Luis Lara, licenciado en administraci¨®n de empresas; Iv¨¢n Ba?uelos, abogado, y Froil¨¢n Castillo, experto en inform¨¢tica, se proclaman inocentes, v¨ªctimas de la trampa tendida por la mafia imperante en la ciudad fronteriza, una fraternidad delincuente que asesina, secuestra, prospera con el narcotr¨¢fico y no admite intromisiones. Los tres agentes, escolarizados hace dos a?os en la Academia del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa de ?vila, fueron asignados por la Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica (PGR), fiscal¨ªa general, a un grupo especial de inspectores encargado de averiguar las razones de tantos secuestros en la poblaci¨®n lim¨ªtrofe con Estados Unidos, por qu¨¦ tantos desaparecidos sin mediar petici¨®n de rescate. Los tres polic¨ªas, todos en torno a los 30 a?os, todav¨ªa a la espera de juicio, recuerdan satisfechos las ense?anzas y consejos recibidos en ?vila durante 12 meses de curso (1996-97). La fiscal¨ªa general les envi¨® en febrero de 1998 a la ciudad norte?a pegada a El Paso, en la otra orilla de r¨ªo Bravo, con amplios poderes e instrucciones precisas: toda la informaci¨®n valiosa recogida durante las pesquisas no ser¨ªa compartida con los agentes locales, con la polic¨ªa de la Procuradur¨ªa de Justicia del Estado, Chihuahua, sino despachada directamente a Ciudad de M¨¦xico para su procesamiento por funcionarios federales. As¨ª lo hicieron. Durante varios meses trabajaron a fondo, casi desde cero, pues el archivo juarense sobre desapariciones, sobre los levantones, sobre las personas empujadas hacia el interior de un coche en plena calle y nunca devueltas, apenas serv¨ªa. Era tan flaco, seg¨²n los tres encausados, porque en muchos casos la apertura de diligencias no era sino una tapadera, un tr¨¢mite para justificar que algo se hac¨ªa. "No tuvimos ninguna colaboraci¨®n de las autoridades de Ju¨¢rez. Recibimos amenazas de bomba en las oficinas y nos segu¨ªan en carros. Incluso en una ocasi¨®n nos levantaron a nosotros porque supuestamente se equivocaron. Nos colocaron un carro delante y otro detr¨¢s y nos bajaron del nuestro". Los tres polic¨ªas ten¨ªan casi concluidos 13 casos y preparaban las correspondientes ¨®rdenes de detenci¨®n cuando les lleg¨® la suya. Gobernaba el Estado el opositor Partido de Acci¨®n Nacional (PAN), conservador. Las averiguaciones del tr¨ªo en una ciudad donde cerca de 200 mujeres han sido asesinadas y donde cad¨¢veres sin identificar a¨²n aparecen junto a los cactus del desierto, levantaron ascuas en los sectores pol¨ªticos, judiciales, empresariales o policiales, conocedores de sus avances. En los casos investigados por los becarios de ?vila "hab¨ªa polic¨ªas de la judicial del Estado implicados, entre mandos medios y agentes. Eran solamente personas desaparecidas porque, de hecho, por ninguno de ellos se pidi¨® rescate. El caso m¨¢s importante que tuvimos era el de una mujer espa?ola, pintora, desaparecida, supuestamente relacionada con el cartel de Ju¨¢rez 95. No hab¨ªan investigado nada y eso que hab¨ªa muchos datos. Creemos que la polic¨ªa judicial del Estado, al verse copada, peligrando, nos tienden una trampa". Un d¨ªa, Lara, Ba?uelos y Castillo son interceptados por 10 veh¨ªculos y conducidos a golpes a comisar¨ªa, donde se les endosa el secuestro de una mujer. No oponen resistencia pese a estar armados. "Nosotros no conocemos a la v¨ªctima porque no se present¨®, a pesar de que se la ha requerido, y desde el pasado mes de mayo que estamos aqu¨ª. No sabemos ni si existe". Con posterioridad a esta entrevista entre rejas, una mujer declar¨® en el juzgado haber sido secuestrada por los tres procesados. Inevitablemente, su testimonio tambi¨¦n qued¨® en entredicho porque Ju¨¢rez es una ciudad citada por la propia prensa mexicana como tomada por la corrupci¨®n, la extorsi¨®n, los apa?os judiciales, los negocios turbios y los ajustes de cuentas cometidos por polic¨ªas a sueldo del narcotr¨¢fico. Los tres polic¨ªas en prisi¨®n supuestamente ped¨ªan 5.000 d¨®lares y un veh¨ªculo con matr¨ªcula mexicana por la liberaci¨®n de la secuestrada. "Algo totalmente il¨®gico: 5.000 d¨®lares y un carro con placas que pueden ser rastreadas. Adem¨¢s, utilizan como prueba la declaraci¨®n de los polic¨ªas que nos detienen", protestan. "Y algo muy significativo es que ten¨ªamos en puertas llamar al jefe de la polic¨ªa judicial del Estado para interrogarlo de manera oficial". Durante su detenci¨®n y posterior allanamiento de la oficina, son incautados disquetes con informaci¨®n confidencial. ?Pero no sab¨ªan ustedes que su misi¨®n iba a ser dif¨ªcil? "S¨ª, pero no hasta el extremo en que nos encontramos".
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