El reparto no llega a las corporaciones locales

El reparto del gasto p¨²blico entre los distintos niveles de Gobierno -Administraci¨®n central, comunidades aut¨®nomas y corporaciones locales- ha registrado una gran transformaci¨®n en los ¨²ltimos 20 a?os. Durante este periodo, el Gobierno ha ido perdiendo peso de una forma paulatina. En 1979, gestionaba el 88% de todo el gasto p¨²blico, mientras que en 1996 este porcentaje se hab¨ªa reducido al 65,5%. Pero este proceso de descentralizaci¨®n se ha registrado s¨®lo en una direcci¨®n, en el de las comunidades aut¨®nomas creadas por la Constituci¨®n de 1978, y que ha permitido que administren el 22% de todo el gasto p¨²blico espa?ol.

Sin embargo, todo este proceso de descentralizaci¨®n ha sido irrelevante para los ayuntamientos, cuya participaci¨®n en el gasto total contin¨²a estancada, al igual que hace veinte a?os, en el 11,9%, seg¨²n el estudio elaborado por la profesora Nuria Bosch para la Diputaci¨®n de Barcelona. El mismo trabajo pone de relieve el escaso peso de las haciendas locales espa?olas, tanto si se les compara con los pa¨ªses de estructura federal como con los pa¨ªses unitarios. Tan solo en Australia -con el 5,8% del gasto para los municipios- y Portugal (8,6%) los ayuntamientos tienen un peso inferior.

Con el objetivo de incrementar la dotaci¨®n financiera de los ayuntamientos y con el prop¨®sito de acercar la administraci¨®n a los ciudadanos se han realizado distintas proyecciones al efecto de ceder nuevas competencias a las corporaciones locales. Se trata b¨¢sicamente de la ense?anza infantil, primaria y secundaria, las pol¨ªticas de vivienda y las dedicadas al fomento de la ocupaci¨®n.

Sin tener en cuenta el gasto de las pensiones de la Seguridad Social ni el de las clases pasivas, el peso del gasto municipal se elevar¨ªa as¨ª al 23% de todo el gasto p¨²blico.