Rusia se compromete a no enviar m¨¢s tropas a Kosovo mientras no haya acuerdo con la OTAN
Rusia no reforzar¨¢ su presencia militar en Kosovo, concretada por sorpresa la madrugada del s¨¢bado, hasta que haya un acuerdo con la OTAN sobre su participaci¨®n en la fuerza internacional. El subsecretario norteamericano de Estado, Strobe Talbott, arranc¨® esta promesa en Mosc¨² al ministro de Exteriores, ?gor Ivanov, que luego la reiter¨®, entre otros, al secretario del Foreign Office, Robin Cook. A cambio, Rusia desempe?ar¨¢, seg¨²n Talbott, un "importante y manifiesto papel", a¨²n lejos del objetivo de Mosc¨²: controlar la zona de mayor¨ªa serbia.
El s¨¢bado fue el d¨ªa de reafirmaci¨®n del orgullo ruso. Coincidiendo con la fiesta de la independencia, se palpaba la satisfacci¨®n por haber ganado a la OTAN una batalla, siquiera simb¨®lica. Los 200 paracaidistas llegados al aeropuerto de Pristina restauraron un tanto el orgullo maltrecho por la "injustificable agresi¨®n a los hermanos eslavos del sur". Ayer, ese orgullo se aliment¨® sobre el terreno con un incidente, en el fondo irrelevante, con tropas francesas. En Mosc¨², las aguas volvieron a un toma y daca en el que era dif¨ªcil orientarse, repleto de declaraciones ambiguas pero que parec¨ªan cristalizar en el deseo de no llevar hasta sus ¨²ltimas consecuencias el desaf¨ªo a la OTAN. Talbott, tras su cita a solas con Ivanov, se mostr¨® "satisfecho, pero sin que eso signifique que todos los problemas han sido resueltos".
En el m¨¢s crucial de todos, el negociador norteamericano riz¨® el rizo. "No hay duda", se?al¨®, "de que Rusia deber¨ªa tener un ¨¢rea en la cual su responsabilidad fuera manifiesta y evidente". "?Un sector bajo su propio control?", le pregunt¨® un periodista. "Yo no lo dir¨ªa as¨ª", le contest¨®.
Ivanov, por su parte, recalc¨® que en este "periodo transitorio" todo seguir¨¢ como est¨¢, mientras se determinan las zonas de despliegue de cada pa¨ªs. El ministro asegur¨® que Rusia se opone a la partici¨®n de Kosovo y defiende el mantenimiento a ultranza de la integridad territorial de Yugoslavia.
Cinco partes
Entre los matices de traducci¨®n, y la dificultad en delimitar sem¨¢nticamente conceptos como ¨¢rea, sector o zona, no es f¨¢cil saber a qu¨¦ atenerse, pero est¨¢ claro que la OTAN no ceder¨¢ a Rusia una de las cinco partes en que ha dividido Kosovo, entre otras cosas porque su mando ya est¨¢ adjudicado: a EEUU, Francia, Alemania, Reino Unido e Italia. Ayer, Talbott y el ministro de Exteriores brit¨¢nico, Robin Cook, recibieron seguridades de Ivanov de que no se ampliar¨¢ el contingente en Pristina mientras se negocia (tampoco se retirar¨¢) y de que Rusia acepta el "mando unificado". Pero eso no es nuevo. Mosc¨² ya lo asumi¨® mientras se negociaba el fin de la guerra, s¨®lo que exig¨ªa que el mando recayese en un pa¨ªs neutral (propuso a Finlandia) y no en la OTAN. Pol¨ªticos y militares rusos siguen neg¨¢ndose a poner a sus soldados bajo mando aliado.
El ministro de Defensa brit¨¢nico, George Robertson, insinu¨® ayer que si Rusia sigue incordiando en Kosovo se puede encontrar con que los "siete grandes" no le conceden esta semana en Colonia (Alemania) la ayuda que necesita desesperadamente para salir de la crisis.
El l¨ªder del Kremlin, que intenta conjurar este peligro, asegur¨® al canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, con el que se reunir¨¢ el domingo, que s¨®lo asistir¨¢ a la ¨²ltima jornada de la cumbre y que, en las dos anteriores, estar¨¢ representado por su primer ministro, Sergu¨¦i Stepashin. ?ste est¨¢ apartado de la gesti¨®n directa de la crisis de Kosovo (bastante tiene con la de Rusia), y V¨ªktor Chernomirdin ha pasado tambi¨¦n a un segundo plano tras ser acusado por la oposici¨®n de cartero de la OTAN. Dado que Ivanov ni siquiera fue informado de que una columna rusa entraba en Kosovo, la gran pregunta es: ?qui¨¦n toma las decisiones? La respuesta m¨¢s obvia es: Yeltsin. Pero, sobre ¨¦l, debilitado por la enfermedad, pesan influencias tan heterog¨¦neas como las de oligarcas, asesores y familiares. En este caso, ha resultado evidente la presi¨®n de unos militares humillados por la acci¨®n de la Alianza Atl¨¢ntica.
Bill Clinton y Bor¨ªs Yeltsin hablaron ayer por tel¨¦fono por la tarde durante una hora para intentar desbloquear el contencioso provocado por la entrada de una columna rusa en Kosovo, y se citaron para el pr¨®ximo domingo en Colonia (Alemania). A juzgar por un comunicado ruso y por las declaraciones de un portavoz norteamericano, los dos presidentes se pusieron al menos de acuerdo en dos cosas: en la necesidad de proseguir un "di¨¢logo intensivo" y en dejar que sean las delegaciones militares de ambos pa¨ªses los que negocien la forma de coordinar las decisiones de la operaci¨®n de paz en Kosovo.
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