MAR?A DEL PRADO G?MEZ ENFERMERA "La clave de mi profesi¨®n est¨¢ en ponerse en el lugar del paciente"
Cuando, a los 26 a?os, Mar¨ªa del Prado G¨®mez (Ciudad Real, 1952) ingres¨® en el hospital, a causa de una grave enfermedad renal, descubri¨®, asegura, su vocaci¨®n. Hasta entonces hab¨ªa sido una empleada de oficina sin estudios; pero, a partir de ese momento, sac¨® el Graduado Escolar, accedi¨® a la Universidad para mayores de 25 a?os y termin¨® haciendo la carrera de enfermer¨ªa. Hoy es la supervisora de la Unidad de Reanimaci¨®n Posquir¨²rgica del Hospital Macarena de Sevilla. Un estudio dirigido por ella sobre el dolor en los pacientes reci¨¦n operados, y un nuevo m¨¦todo para control¨¢rselo, sirve ahora de modelo para otras Unidades hospitalarias. Pregunta. ?Qu¨¦ es el dolor? Respuesta. Si hablamos del dolor posquir¨²rgico, es algo in¨²til; porque puede evitarse. Claro que hay otras circunstancias en las que el dolor puede considerarse necesario, pues avisa de que algo va mal en el organismo. P. ?Por qu¨¦ cree usted que los enfermos reci¨¦n operados se quejan tan poco? En su estudio demuestra que en la sala de reanimaci¨®n hay m¨¢s dolor del que se pensaba. R. Creo que es una cuesti¨®n cultural. Existen muchos t¨®picos sobre el dolor: si te quejas te consideran un mal enfermo. Mucha gente da por supuesto que despu¨¦s de una intervenci¨®n quir¨²rgica debe asumirse el dolor. Y no es as¨ª. Hoy la medicina dispone de f¨¢rmacos muy eficaces que evitan el sufrimiento postoperatorio. P. El paciente debe quejarse, ?no? R. Exacto. Su responsabilidad es decirnos qu¨¦ le pasa. Y nosotros, los m¨¦dicos y las enfermeras, estamos obligados a evitarle que sufra. P. Es usted una enfermera de vocaci¨®n tard¨ªa... ?Qu¨¦ ocurri¨® pa-ra que eligiese, con casi 30 a?os, esta profesi¨®n? R. Cuando estuve ingresada, a causa de mi enfermedad de ri?¨®n, yo era "la 514, cama 1"; no se me olvida. Y cada vez que alguien me llamaba por mi nombre, me sub¨ªa la moral. Entonces descubr¨ª lo mucho que una enfermera puede hacer por un enfermo. P. ?Qu¨¦ quiere decir? R. Pues... que la enfermera es como el ama de casa. Nosotras tenemos que estar pendientes de todo para que, luego, el m¨¦dico pueda actuar. P. De modo que haber sido antes paciente le da una perspectiva distinta de la profesi¨®n. R. S¨ª. Yo siempre digo que, en la carrera, una de las pr¨¢cticas deber¨ªa consistir en "estar enfermo". Porque la clave de esta profesi¨®n est¨¢ en ponerse en el lugar del paciente. P. ?C¨®mo? R. Primero, hay que considerarlo como la persona que es, no como a un n¨²mero. Luego est¨¢ la informaci¨®n, hay que darle toda la que pida. El trato familiar, el calor humano, comprender sus necesidades... Todo esto es muy importante.
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