Portugal, un obst¨¢culo en la fuerte presencia internacional del BSCH
LA EXPANSI?N DE LA BANCA ESPA?OLA
Si algo ha quedado demostrado en sus cinco meses de existencia del Banco Santander Central Hispano (BSCH) es la ambici¨®n sin l¨ªmites con que ha arrancado para lograr sus objetivos de expansi¨®n y de convertirse en una de las principales entidades. Desde el principio, tras la vertiginosa negociaci¨®n para crear el nuevo banco, fij¨® como objetivos Europa y Latinoam¨¦rica (al margen de su consolidaci¨®n como primer banco espa?ol). Intensific¨® entonces las relaciones con los que ya eran sus socios, venidos del antiguo Santander o del antiguo Central Hispano: Royal Bank of Scotland, Commerzbank, San Paolo di Torino, Soci¨¦t¨¦ G¨¦n¨¦rale, Comercial Portugu¨¦s... Sobre el papel no aparec¨ªan graves problemas, sin embargo han surgido, en la mayor parte de los casos, ba?ados de nacionalismo, como se ha demostrado en el reciente episodio de Portugal. Precisamente, el presidente del Comercial Portugu¨¦s (BCP), Jorge Jardim, sali¨® escaldado de su relaci¨®n con el BSCH. Fue un socio fiel mientras estuvo en el antiguo BCH porque pod¨ªa hacer y deshacer en Portugal y aparec¨ªa en Espa?a como un ejemplo de banquero moderno. Pero cuando se produjo la fusi¨®n del BSCH todo cambi¨®. El primer banco espa?ol quiso mandar en Portugal y Jardim no quiso que le pisaran su c¨¦sped. Lleg¨® a un acuerdo amistoso y se fue del banco del que era consejero. Justo en el mismo momento, el BSCH se peleaba en Chile con otro antiguo socio del BCH, Andr¨®nico Luksic, por el control del Banco de Santiago. Aquella batalla termin¨® con ofensas cruzadas y la intervenci¨®n del Banco Central de Chile. Al final, el banco espa?ol controla el de Santiago y aparentemente todo se ha calmado.
En Portugal la pelea parece m¨¢s enconada. El BSCH, tras la marcha de Jardim, se qued¨® fuera de juego y por eso apost¨® por el Grupo Champalimaud. Una apuesta que no ha gustado nada al Gobierno de Guterres; pero tampoco a Jorge Jardim, que ha reaparecido como gran defensor de los intereses nacionales. Entre Chile y Portugal valen los paralelismos, pero en el caso del pa¨ªs vecino se trata de la Uni¨®n Europea y de un mercado libre. Como tambi¨¦n lo es en Francia, donde a alguno de sus dirigentes no le ha gustado demasiado que el BSCH aumentara su participaci¨®n en Soci¨¦t¨¦ G¨¦n¨¦rale y se le considerara como un aliado frente a la oferta de compra de la BNP, que se encuentra en proceso. No han sido ni ser¨¢n las aventuras del BSCH precisamente un camino de rosas.
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