Soldados alemanes protegen a una minor¨ªa musulmana de represalias de los albanokosovares
Los goranos, eslavos islamizados, son acusados de colaborar con el r¨¦gimen de Belgrado
ENVIADO ESPECIALTropas alemanas de la fuerza internacional de paz para Kosovo (Kfor) intervinieron ayer en la ciudad de Dragas, situada 30 kil¨®metros al sur de Prizren, cerca de la frontera con Albania, para impedir que el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo (ELK) pusiese en marcha un mecanismo para oprimir a los goranos, una minor¨ªa musulmana que habla la lengua serbocroata. El ELK considera a los goranos colaboracionistas del r¨¦gimen serbio e intentaba quitarles las armas y privarlos del suministro de productos b¨¢sicos.
En Dragas, que antes de la guerra ten¨ªa unos 35.000 habitantes, viv¨ªan casi al 50% goranos y albaneses. Los goranos son musulmanes, la misma religi¨®n que la mayor¨ªa de los albaneses, pero su lengua y lealtad son serbias. Quizas por no tener ning¨²n lugar ad¨®nde ir, como los serbios de pura cepa que huyeron de Kosovo a Serbia, los goranos han optado por quedarse en Dragas y su regi¨®n, pero en esto lleg¨® el ELK e implant¨® sus propias reglas de juego, que se pueden resumir en la vieja m¨¢xima: "al enemigo, ni agua". Con la entrada del ELK, en Dragas empezaron las dificultades para los goranos. Cuando los oficiales de las tropas alemanas llegaron ayer al mediod¨ªa a Dragas, se encontraron ante la gasolinera de la empresa estatal yugoslava Beopetrol con tres guerrilleros del ELK, armados con sus kalashnikovs, que controlaban la venta de gasolina. El encargado de la gasolinera, un gorano de 55 a?os llamado Qamil Sylejmani, declara que s¨®lo le dejaban vender gasolina a quienes portaban un vale con la firma del ELK. Por a?adidura, el ELK le hab¨ªa arrebatado las llaves de su casa.
En las calles de Dragas los dos bandos hablan y gesticulan con excitaci¨®n. Se quejan los goranos de que el ELK, que parece controlar la ciudad, les ha dado un ultim¨¢tum, para que entreguen en 24 horas todas las armas que tengan. Los goranos se niegan, porque aseguran que las necesitan para su autodefensa y tambi¨¦n contra los bandidos y contrabandistas albaneses, que cometen fechor¨ªas por la zona.
Aparte la animaci¨®n en las calles, no parece que haya vida en Dragas, con los comercios destru¨ªdos. En las paredes quedan todav¨ªa carteles de propaganda de las elecciones yugoslavas, que tal vez nunca m¨¢s lleguen a celebrarse en Kosovo. Desde uno de esos carteles algo ajados, Vuk Draskoviv, el vicepresidente de Yugoslavia destitu¨ªdo por el presidente Slobodan Milosevic, parece contemplar con su mirada feroz c¨®mo las tropas de la OTAN hollan el suelo sagrado de Kosovo. Tres carros blindados alemanes se encuentran estacionados en la plaza central del pueblo.
El alf¨¦rez Torsten Neubert, de 22 a?os, explica desde su puesto en el blindado que se encuentran all¨ª para ofrecer protecci¨®n a los goranos y al mismo tiempo demostrar presencia de Kfor. Sobre las dificultades de la misi¨®n el alferez, s¨®lo se queja del desconocimiento del idioma, porque "no sabemos si nos saludan o nos insultan".
El comandante del ELK de la regi¨®n, Samidin Xhezairi, alias Hoxha, es un albanokosovar de 36 a?os, que trabaj¨® 10 en Viena como enfermero y habla alem¨¢n con fluidez. Esto le permite negociar sin int¨¦rprete con el teniente coronel alem¨¢n, Maximilian Eder, que ha llegado a Dragas para advertir a los dos grupos ¨¦tnicos sobre las reglas del juego que todos deben respetar. El comandante Hoxha, un rubio muy alto con una larga y poblada barba, lleva un aparatoso vendaje en la cabeza. En los ¨²ltimos d¨ªas de combates con los serbios en Prizren le estall¨® cerca una granada y una esquirla le entr¨® en la cabeza. Hace dos d¨ªa se la sacaron en el hospital de Prizren.
La entrevista entre Eder y Hoxha resulta tensa. El oficial alem¨¢n, que emplea todo el tiempo un tono tajante y cortante, deja bien claro que no admite resistencia. El comandante del ELK adopta una actitud sumisa ante el alem¨¢n y apenas le replica. Eder afirma: "Soy responsable de que no haya conflictos armados entre los grupos ¨¦tnicos y que la vida transcurra pac¨ªfica. El ELK no puede molestar a los goranos, ni cortarles la gasolina, alimentos y todo lo que necesiten para la vida cotidiana". Responde Hoxha que ¨¦l lleg¨® el d¨ªa anterior y todav¨ªa no tiene un conocimiento exacto de la situaci¨®n y argumenta que pidi¨® al jefe de correos que asuma su puesto, sin importarle de d¨®nde procede.
El tono del oficial alem¨¢n se endurece, al advertirles que todav¨ªa pueden conservar las armas, por encontrarse fuera de Prizren, pero: "no pueden crear retenes, ni emplear las armas contra la poblaci¨®n. No toleraremos que el ELK se constituya en un poder. S¨®lo la OTAN tiene el poder aqu¨ª". Adem¨¢s, exige el oficial alem¨¢n que el ELK retire de las hombreras de sus uniformes la bandera alemana que muchos llevan ahora.
Al final, Eder dispone que goranos y albaneses elijan hasta las 14.00 horas de hoy a sus representates, pare tener unos interlocutores. La situaci¨®n permenece tensa y los ¨¢nimos excitados.
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