Champ¨¢n
Aunque las fuentes del Nilo o los pozos de petr¨®leo de Arabia se pusieran a manar champ¨¢n o cava catal¨¢n no habr¨ªa suficiente para abastecer la brutal demanda de esa bebida, la incomensurable sed de felicidad que se producir¨¢ la pr¨®xima Nochevieja. La humanidad entera, quiero decir, esa peque?a parte del planeta que no est¨¢ sentada en el basurero de la historia, se dispone a celebrar los ¨²ltimos segundos de este siglo y los primeros del nuevo milenio con algo especial. Sin duda, la gente rara aprovechar¨¢ ese instante estelar para arrojarse por un acantilado, celebrar un coito colgado de un campanario o cometer cualquier locura que la instale en el Guinness. Medio mundo trabajar¨¢ esa noche para el Libro de los R¨¦cords, pero la inmensa mayor¨ªa de los mortales ni siquiera en ese cruce de los siglos dejar¨¢ de ser normal y querr¨¢ brindar con champ¨¢n. No habr¨¢ suficiente. Corren rumores de que ya se est¨¢n falsificando millones de botellas. Por unos meses, las mafias consideran m¨¢s rentable que fabricar droga sint¨¦tica pegar unas simples etiquetas de M?et Chandon o de cualquier marca acreditada a unas miserables gaseosas, a cualquier ampolla cuyo contenido ser¨¢ agua del grifo o simplemente nada cuando toquen las 12 campanadas de la felicidad. El mundo est¨¢ tan mal que corremos el riesgo no s¨®lo de morir navajeados en una esquina, sino de beber champ¨¢n falso la pr¨®xima Nochevieja. Mal augurio tendr¨ªa, tal vez el m¨¢s infame desde el punto de vista de los dioses antiguos, iniciar el tercer milenio de nuestra cultura levantando la copa con alegr¨ªa ritual y bebiendo un vino enga?ado. El peligro parece inevitable: recorrer con la culpa en la nuca 2.000 a?os de cristianismo, salir indemne de tantas pestes, degollaciones, hogueras de la Edad Media, falsedades filos¨®ficas, monstruos producidos por la diosa Raz¨®n, guerras de exterminio; haber llegado sano y salvo al puente del tercer milenio y cuando tienes que coronar esta aventura hist¨®rica moj¨¢ndote el l¨®bulo de la oreja con el sacramento del champ¨¢n, que ¨¦ste sea falso har¨¢ que todo cuanto la humanidad ha conseguido de felicidad sea tambi¨¦n falso. Ser¨ªa terrible que el tercer milenio comenzara descorchando una botella de vac¨ªo y que saltara el tap¨®n hacia la nada. Uno ha sido la sensaci¨®n que percibe en el ¨²ltimo instante de su existencia. Si en ese momento te enga?an, toda la vida has estado enga?ado.
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