LA JUERGA IMPOSIBLE DE DOS POETAS
Antonio Machado no s¨®lo era el poeta "del pobre ali?o indumentario", sino que en su juventud amaba el flamenco y el baile, y adem¨¢s hac¨ªa escapadas clandestinas desde Baeza a ?beda para practicar amores inconfesables. Por otra parte, Guiomar, su amada clandestina, ocult¨® cartas suyas: ?qu¨¦ hab¨ªa en ellas? y tambi¨¦n silenci¨® sus tardes de amor en Fuenterrab¨ªa. Ese Machado parrandero hubiera ido de juerga con ?ngel Gonz¨¢lez, el poeta de la generaci¨®n del cincuenta, cuya biograf¨ªa Antonio Machado fue presentada ayer en Crisol por sus colegas Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald, compa?ero de generaci¨®n, y Luis Garc¨ªa Montero; este ¨²ltimo dijo que seguramente a Machado le hubiera gustado conocer a su bi¨®grafo y Caballero Bonald fue el que estuvo de acuerdo en que probablemente aquel Machado juvenil hubiera sido un excelente compa?ero de juerga para Gonz¨¢lez, que es conocido y apreciado por su gusto p¨²blico por la vida nocturna, que ¨¦l suele concluir cantando y guitarreando. La escritora mexicana ?ngeles Mastretta no tuvo ¨¦xito en su deseo de que cantara Gonz¨¢lez, quien a cambio ley¨® un poema que incluye en su libro y que es una descripci¨®n desolada de la Espa?a inmediatamente posterior a la que desterr¨® a Antonio Machado. Caballero Bonald record¨® que era cierto que el autor de Soledades parec¨ªa trist¨®n, ensimismado y melanc¨®lico, pero en efecto hab¨ªa otro Machado a quien el propio Caballero atribuye estos versos ap¨®crifos: "Casi nunca me equivoco:/desconf¨ªo de los hombres/que hablan mucho y beben poco".-
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