Al Rayo le atropella la urgencia
El equipo de Vallecas empat¨® con el Badajoz y tiene que conformarse con la promoci¨®n
Fue una tarde de transistores, de supuestos maletines y de fracaso. El del Rayo, claro. So?aban los vallecanos con atrapar el ascenso directo y enterrado est¨¢ el sue?o. Tendr¨¢ que esperar a la promoci¨®n. Pero con ser eso medianamente negativo, peor result¨® la manera como se produjo el descalabro rayista, un conjunto incapaz de hacer la tarea m¨ªnima: derrotar a un Badajoz que pareci¨® jugarse la vida en cada acci¨®n, lo que sin duda provocar¨¢ m¨¢s de un comentario. Pero lo que habr¨ªa que preguntarse es por qu¨¦ el Rayo mostr¨® ayer la peor de sus caras. Tres minutos dur¨® el jolgorio en Vallecas, los que tard¨® el Numancia en marcar su primer gol. Acababa de arrancar el partido y ya llegaban noticias desalentadoras de Soria. Pero para desalentador el juego del Rayo, que se invent¨® un ejercicio tan sufrido como in¨²til, en el que gobern¨® la urgencia, que acab¨® atropell¨¢ndole con violencia. El Badajoz cumpli¨® con su obligaci¨®n, m¨¢s all¨¢ de suspicacias. Cierto es que se emple¨® en ocasiones con un arrojo desmedido, y que tuvo alg¨²n gesto poco edificante, como aquella acci¨®n en la que no ech¨® el bal¨®n fuera cuando un jugador rival permanec¨ªa lesionado sobre el c¨¦sped. Pero el Rayo, que conste, se enred¨® solito, sin que nadie le obligara a ello.
RAYO VALLECANO 1
BADAJOZ 1Rayo: Lopetegui; Cota (Michel I, m. 46), Mu?iz, Hern¨¢ndez, Alc¨¢zar; Est¨ªbariz, Tiago, Luis Cembranos, Pineda (Llorens, m. 74); Iv¨¢n Rosado (Michel II, m. 55) y Bolo. Badajoz: Poli; Ra¨²l Ferrer, Rodri, Txutxi, Arturo; Pinto, Solaun, Frank, Moreno (Revilla, m. 65); Sabino (Carlos Torres, m. 83) y Ra¨²l Ga?¨¢n (Artero, m. 62). Goles: 0-1. M. 55. Solaun. 1-1. M. 86. Luis Cembranos. ?rbitro: Rubio Iniesta. Amonest¨® a L.Cembranos, Hern¨¢ndez, Tiago, Ferrer y Txutxi. 14.000 espectadores en Vallecas. El ¨¢rbitro y los jugadores del Badajoz abandonaron el c¨¦sped protegidos por la polic¨ªa, que despu¨¦s tuvo que actuar en las cercan¨ªas del estadio.
Porque durante todo el partido fue el de Vallecas un equipo irreconocible. Le pod¨ªa la presi¨®n, le cegaban las prisas y, lo que es peor, le asustaba el bal¨®n. Su centro del campo emiti¨® un discurso t¨¦trico. Pineda se perd¨ªa en juegos malabares y a Luis Cembranos le faltaba sangre fr¨ªa, mientras Tiago corr¨ªa y corr¨ªa. Y volv¨ªa a correr. Como lo hac¨ªan los delanteros, aqu¨ª y all¨¢. Y el f¨²tbol, secuestrado.
Nada rese?able ocurri¨® hasta que el Badajoz marc¨®. A partir de ah¨ª el partido descendi¨® a los bajos fondos, con el ¨¢rbitro, al que le vino todo grande, convertido en v¨ªctima de las iras rayistas. Luis Cembranos logr¨® el empate y el choque muri¨® en una guerra de guerrillas, en la que el Rayo se manej¨® de pena, dejando para mejor ocasi¨®n el anhelado ascenso que, por supuesto, jam¨¢s conseguir¨¢ si vuelve a perpetrar un partido como el de ayer. Y ya metidos en tan in¨²til batalla, varios jugadores, con menci¨®n especial para Hern¨¢ndez, rodearon al ¨¢rbitro al final del choque para conseguir, quiz¨¢, que les sancionen y les impidan jugar la promoci¨®n. El Rayo perdi¨® ayer el ascenso directo, adem¨¢s del sentido com¨²n. Que ya es perder.
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