Espa?a mira al podio de reojo
La selecci¨®n debuta hoy ante Hungr¨ªa en un torneo en el que busca la clasificaci¨®n ol¨ªmpica y sue?a con llegar a semifinales
"Alg¨²n d¨ªa vamos a dar ese salto de calidad". Hace poco m¨¢s de diez meses la selecci¨®n espa?ola de baloncesto regres¨® del Mundial de Atenas con esa promesa de Lolo Sainz. La frase defini¨® el regusto agridulce por las buenas vibraciones que despert¨® con su juego y el tropiezo en la misma piedra que la releg¨® al quinto puesto. Hoy entra de nuevo en materia, esta vez en Clermont Ferrand, donde debuta ante Hungr¨ªa en el Eurobasket99 (20.45, La 2). Se mira el podio de reojo, con cierto rubor, mientras que el debate contin¨²a siendo tan ambiguo como las cosechas de una ¨²ltima d¨¦cada que han dejado botellas a medio llenar. Lejos del podio y de las semifinales a las que casi siempre lleg¨® en la d¨¦cada de los ochenta, llega a este nuevo compromiso con objetivos obligados para unos y ut¨®picos para otros. Primero: lograr la clasificaci¨®n para los Juegos Ol¨ªmpicos de Sidney -se reserva billete para los cinco primeros, los seis si entre ellos est¨¢ como es previsible Yugoslavia -. Se desea evitar a toda costa el fracaso del Europeo de 1995 en el que la sexta plaza dej¨® a Espa?a fuera de Atlanta96. Segundo: pasar el cruce de cuartos de final donde siempre se ha estrellado desde que se extingui¨® la generaci¨®n de Corbal¨¢n, Epi, Jim¨¦nez, Mart¨ªn y Romay y desde que debut¨® como seleccionador Lolo Sainz en 1993. Tercero: lograr una medalla, algo que no se consigue desde el Europeo de 1991 en Roma.
Los m¨¢s pesimistas no se resisten a advertir de un punto adicional pero previo a los rese?ados: hay que evitar un paso en falso y rubricar la clasificaci¨®n para los cuartos de final. Para ello es de obligado cumplimiento arrancar con dos victorias, hoy ante Hungr¨ªa -previsible invitado de piedra en el cuarteto que forma el grupo B de Clermont Ferrand- y ma?ana ante Eslovenia para v¨¦rselas el mi¨¦rcoles con mayor tranquilidad con un rival con m¨¢s pedigr¨ª como Rusia y a partir del viernes, ya en Pau, con los tres supervivientes del grupo A que act¨²a en Toulouse y que ser¨¢n previsiblemente Yugoslavia, Francia y Macedonia o Israel y ante los que al menos ser¨ªa precisa otra victoria para estar en los cuartos de final el 1 de julio en Par¨ªs.
Hungr¨ªa no se clasificaba para la fase final de un Europeo desde hac¨ªa 30 a?os. Su ¨²nica figura es el p¨ªvot de 2,06 metros Kornel David, que esta temporada ha actuado en la NBA con los Bulls de Chicago. Espa?a gan¨® a Hungr¨ªa hace un par de semanas en un amistoso disputado en Gij¨®n por 90-75.
La selecci¨®n, muy renovada antes del pasado Mundial, llega a esta cita con el Europeo con el mismo bloque. S¨®lo se advierten un par de recambios: la integraci¨®n en el grupo de Corrales y de Romero que relevan a Azofra y Orenga. Adem¨¢s de rejuvencer al equipo, lo dotan, en el caso del base reci¨¦n fichado por el Caja San Fernando con un punto de mayor descaro y determinaci¨®n para romper el partido si as¨ª lo requieren las circunstancias y en el caso del p¨ªvot, con algunos cent¨ªmetros m¨¢s -2,12 metros por 2,06 de Orenga- y mayor precisi¨®n en el lanzamiento exterior. Tambi¨¦n se ha reincorporado al grupo Roger Esteller, ausente el a?o pasado en Atenas por una de las pocas controvertidas decisiones de Lolo Sainz. Por lo dem¨¢s, prosigue el mismo esquema, con Nacho Rodr¨ªguez al tim¨®n, Herreros como ca?onero, Carlos Jim¨¦nez y De la Fuente como puntales defensivos y Due?as, Reyes y De Miguel bajo los aros.
Es la formaci¨®n espa?ola de lo m¨¢s homog¨¦nea. Una caracter¨ªstica positiva en principio pero que aplicada en dosis excesivas corre el peligro de ser contraproducente y de despersonalizar al equipo.
Tres cuartos de lo mismo les sucede a la mayor¨ªa de las selecciones que van a competir en el Europeo. Y de ah¨ª arranca la falta de referencias. Casi todos pueden ganar o perder con casi todos. Lo mismo sucedi¨® en el pasado Mundial donde Espa?a se impuso en dos partidos por un punto (Australia y Argentina), en otro por tres (Italia) y en otro perdi¨® por dos tantos (Estados Unidos). Un error m¨¢s de la cuenta en tales situaciones puede marcar la frontera entre el ¨¦xito o el fracaso en un campeonato en el que, de entrada, s¨®lo Yugoslavia parece un punto por encima del resto y muy pocos est¨¢n por debajo del nivel medio. El ¨²ltimo segundo adquiere un valor a?adido como nunca hasta ahora.
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